En su habitual catarata de desaciertos, Aníbal Fernández advirtió hoy que los jueces "no" cumplen la Constitución Nacional y aseguró que "no existen presiones" por parte del Poder Ejecutivo hacia la Justicia, tal como denunciaron ayer algunos magistrados y fiscales.
"No están cumpliendo con la parte de la Constitución que dice que todos somos iguales ante la ley, los poderosos son amigos o cercanos, y no reciben ningún tipo de presión", señaló.
En su habitual contacto con la prensa antes de ingresar a la Casa Rosada, el secretario General de la Presidencia sostuvo que "no existe la presión" del Ejecutivo porque los magistrados "hacen lo que les parece", hecho que, dijo, le parece "saludable porque esa es la independencia del Poder Judicial".
Ayer, la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN) contestó duramente la acusación de la presidenta Cristina Fernández respecto a que la Justicia es un partido político y, tras aseverar que "el Judicial no es un partido, sino un Poder del Estado", advirtió que se está ante "un vulgar -no por eso menos peligroso- intento de presión y condicionamiento".
La presión que acusan los funcionarios judiciales se suma a las habituales aprietes que reciben los jueces y fiscales cada día, ya sea a través de “carpetazos” o visitas de lobbystas del Poder Ejecutivo, como Javier Fernández, Julián Álvarez, Dante Dovena o el hoy número dos de la ex SIDE Juan Martín Mena.
Todos ellos supieron ejercer presión sobre el gobierno a lo largo de los últimos 12 años. El resultado estuvo a la vista: durante una década, los funcionarios del kirchnerismo se movieron con total tranquilidad a pesar de los escándalos que los envolvieron.
Julio De Vido, Ricardo Jaime, Ricardo Echegaray, Aníbal Fernández y hasta los Kirchner, pudieron hacer lo que quisieron frente a la impasividad de la Justicia.
Ahora, cuando los jueces se han vuelto independientes, Cristina protesta. Parece casi un chiste. ¿Lo será?