Casi dos meses y medio después del primer paro del año, los gremios opositores volvieron a dar muestra este martes de su poder de fuego, pero como en aquella oportunidad la posibilidad de conseguir cambios profundos aparece lejana.
Como siempre ocurre tras una huelga, los debates sobre los efectos y consecuencias, los aspectos positivos y negativos, se renovarán y las voces a favor y en contra también se harán oír.
En ese contexto, se reflotará el enfrentamiento entre el Gobierno y las cúpulas sindicales en torno a la adhesión de la medida y qué habría ocurrido si el transporte no se hubiera plegado a la medida.
Para el Gobierno, sólo adhirió el 20% de los trabajadores, pero la parálisis del transporte público impidió a mucha gente poder cumplir con sus labores.
Sin embargo, Hugo Moyano, Pablo Micheli y el controvertido Luis Barrionuevo podrán exhibir como pergamino sindical la foto de un día que se pareció a un feriado nacional.
Discusiones aparte, lo cierto es que el principal reclamo sindical, cambios en el impuesto a las Ganancias, ya no podrá ser resuelto por la administración de Cristina Kirchner, que considera este tributo necesario para poder cubrir otras demandas sociales.
Un mes después del paro anterior, el ministro Axel Kicillof, para quien Ganancias sólo afecta al 10% de los trabajadores, anunció una reducción en el impuesto que lejos estuvo de satisfacer el reclamo sindical.
Elecciones mediante y más allá de las amenazas de nuevos paros, resulta poco probable que puedan convocarse nuevas medidas de fuerza.
En rigor, todo dependerá en parte si la UTA, el gremio de los choferes de colectivos, consigue un aumento cercano al 30% o un convenio parecido al de los bancarios, que lograron un mínimo de más de 14 mil pesos, una compensación por Ganancias y que por eso no se sumaron al paro.
También este mes deben cerrar las paritarias el gremio de los camioneros y Moyano ya adelantó que no aceptarán una cifra que no tenga un tres adelante.
Párrafo aparte merece la verborragia de Barrionuevo, quien ya quedó en la historia con aquella vieja frase de: "tenemos que dejar de robar por lo menos dos años".
Cuando todo hacía suponer que esa manifestación era insuperable de tan polémica, su creatividad demostró no asumir límites cuando dijo que "con los militares había más diálogo" que con este Gobierno y sugirió que en aquellos años de plomo, se "negociaba".
Micheli fue el primero en despegarse de Barrionuevo y hasta dijo que él no hacía paro con el gastronómico, mientras que Moyano admitió en la conferencia de prensa el error del jefe de la CGT Azul y Blanca y con poco éxito intentó minimizarlo (NA).
Estos sindicalistas no representan a los trabajadores. Tengo entendido que Barrionuevo nunca fue gastronomico, sino que se apoderó del gremio.Hace falta más democracia sindical, no puede ser que estén frente al gremio hasta la muerte.Además el paro lo hacen po los que más ganan, no les interesa los trabajadores de menos recursos o en negro.
¿Qué acaso Moyano y compañía no andaban a los abrazos con los K, tirándose flores (y billetes) entre ellos?. Todos son burros del mismo pelo, siempre fueron funcionales a su bolsillo (políticos y sindicalistas por igual).
Y CLARO QUE UN PARO DE UN DIA NO HACE MELLA.... VAMOS MUCHACHOS, LOS K SON RESPONSABLES DE MUERTES COMO LA TRAJEDIA DE ONCE.. CREEN QUE UN PARO LES AFECTA?? PAREN UNA SEMANA Y AHI VEMOS.. UN DIA DE PARO EN ESTE PAIS QUE HAY MAS FERIADOS QUE VACACIONES.. DAN RISA MUCHACHOS SINDICALISTAS... O HACEN JUEGUITO PARA LA TRIBUNA.. PERO ESTA METODOLOGIA, NO SIRVE.