Son momentos de mucha desesperanza, confusión, y hasta pánico, en las huestes opositoras al kirchnerismo. Paulatinamente se van instalando algunas realidades descorazonadoras.
-Que Mauricio Macri, en el principio y en el final, simpre fue tanto o más corrupto que los Kirchner.
-Que Daniel Scioli ya está ganando la presidencia en primera vuelta.
-Que aunque se diera el milagro de evitar que Scioli gane en primera, y se acceda a un ballotage, Mauricio Macri lo pierde por no menos de 5 puntos, porque, lisa y llanamente, sus votos no están, ni estarán.
-Que existe, y es inocultable, un antimacrismo que jamás votaría por Macri, aún a sabiendas de que Scioli ganará la presidencia.
-Que ese antimacrismo reside en el massismo, reside en el voto a Margarita, en la izquierda; reside en los socialistas de Santa fe, reside en parte de los peronistas cordobeses, y reside en los radicales que votaron a Sanz, pero le han negado su apoyo a Mauricio Macri.
-Que hay un voto peronista que hoy está en sectores opositores, pero que ante un eventual ballotage jamás votará a un armado escencialmente antiperonista, como PRO.
Todas estas cuestiones ya no resisten demasiado análisis, ni discusión.
Están ahí, son claras, y ya las repiten hasta los analistas y encuestadores más favorecedores del candidato PRO. Esto es inexorable.
Entonces, probablemente, se debieran analizar otros aspectos de esta situación.
Porque hay otras realidades que también están ahí, que también son inconstrastables y que perfectamente podrían ser tenidas en cuenta, dada la situación.
-Hay un tipo que hace solo 2 años revolcó al kirchnerismo por 12 puntos, nada menos que en Provincia de Buenos Aires.
Es el que ratificó, en las urnas, lo que la ciudadanía había decidido, desde las calles: No a la reforma constitucional con reelección indefinida. Minga de Cristina Eterna.
-Da la casualidad que es el mismo que, ya todos reconocen, tiene las mejores propuestas de campaña.
-Es el que tiene al mejor equipo económico de los últimos 30 años.
-Es el único que se comprometió a meter presos a los corruptos del actual proceso.
-Es el único del que aún no pudieron mostrar una sola causa o prueba de corrupción.
-Es el único opositor que puede garantizar gobernabilidad; un asunto que no es tenido muy en cuenta por estos días, pero que resultará crucial a partir del 11 de diciembre.
Si usted hace números sencillos, se va a dar cuenta que, si 1 de cada 3 ciudadanos que han votado en PASO por Mauricio Macri, cambia su voto, Sergio Massa evita que Scioli gane en primera vuelta, se mete en ballotage, y le gana la presidencia a Daniel Scioli en el mes de Noviembre. Porque, sencillamente, es el único que puede unificar el voto opositor.
Si tanta gente tiene como máxima prioridad que Daniel Scioli no gane la presidencia, y si tanto se ha hablado del famoso "mal menor", resulta muy claro que ese mal menor está ahí nomás, al alcance de la mano que emite el voto.
Si los acuerdos que Mauricio Macri no quiso realizar antes del cierre de listas, han derivado en esta situación de derrota inexorable frente a Daniel Scioli, en una de esas sea la decisión personal y razonada del votante la única que verdaderamente pueda cambiar las cosas.
Es cuestión de que los amigos opositores decidan si continuar peleándose entre ellos, para beneplácito de Cristina Kirchner, Daniel Scioli, Carlos Zannini, Aníbal Fernández, y demás impresentables, o razonar adecuadamente, y ejercer el pragmatismo necesario como para hacer la única movida posible que les queda, antes de la presidencial de Octubre, que, hoy, está consagrando a Scioli presidente.
El último tren a Octubre están en el andén, pronto a partir.
Habrá que ver si el elector opositor decide subirse, o quedarse en el andén lamentando su partida.
Como siempre ocurrió en democracia, es el soberano el que decide su destino.