Finalmente, llegó el tan temido "ajuste". Si bien era sabido que esto iba a ocurrir, ya que los tres candidatos con más posibilidades a ganar la elección presidencial lo venían anticipando, parece ser que a un sector político y de la sociedad esto le produce un fuerte rechazo.
En primer lugar debemos aclarar dos cosas importantes. La primera es que, tanto Daniel Scioli como Sergio Massa, si hubiesen sido electos, iban a tener que ajustar las tarifas. Esto no quiere decir que si hubiera ganado Scioli, que era quien más posibilidades tenía, estaríamos en un escenario mejor, sino todo lo contrario; por lógica, sería insostenible. Lo segundo, es que si se trata de un "ajuste", significa que, evidentemente, había algo que estaba desajustado.
De eso no cabe la menor duda, ya que es realmente inconcebible que una casa de familia pague facturas de luz de 40 o 90$ bimestralmente. Un verdadero despropósito.
Según lo anunciado, si un usuario pagaba $30 por bimestre, con la nueva tarifa deberá abonar $180 mensuales. Dicho esto de otra manera, la tarifa se multiplica por seis. Lo que equivaldría a un incremento tarifario de, aproximadamente más del 500%.
Ahora bien, seamos honestos, y pensemos si realmente pagar 180, 200 o ya sean 300 pesos por mes de luz es algo descabellado. Al contrario, sigue siendo barato. Eso es lo que gasta una persona que fuma en menos diez días.
Esto demuestra que, si aplicando un aumento de poco más del 500%, la tarifa sigue siendo baja, el despropósito de los subsidios era de gran magnitud.
Por otra parte, ¿no se debe tomar en cuenta desde cuanto tiempo hace que estas tarifas están prácticamente congeladas (salvo algún pequeño retoque) y de cuanto ha sido la inflación generada por el kirchnerismo desde entonces hasta su último día de gobierno? Y ni hablar, si lo comparamos con el valor del dólar. Realmente, no resiste el menor análisis por donde se lo mire.
Sin embargo, parecería ser que un sector de la población desconoce algunas cosas, como por ejemplo que la energía no es barata ni gratis en ningún país del mundo, ni se subsidia lo que se importa. Un dato a tener en cuenta, como para graficar el despropósito de los subsidios, es que Chile no produce gas; Chile históricamente compraba gas a Argentina. Ahora Argentina no tiene gas e importa desde Chile el gas que ellos, a su vez, importan de Asia.
Tampoco parecería ser que ese mismo sector de la población se enteró de que todas las medidas que tuvo que tomar el nuevo gobierno fueron solo para solucionar el desbarajuste que dejo el kirchnerismo. Podemos citar, a modo de ejemplo, los casi 6.000 despidos en el Estado de supuestos empleados con contratos precarios y políticos, o levantar el cepo cambiario.
Como decía el General, la única verdad es la realidad, y la realidad indica que es imposible sostener una red energética eficiente con el criterio que venía utilizando el kirchnerismo. Y la realidad dice, además, que quienes están tratando de demonizar la medida de ajustar las tarifas son los mismos que generaron el problema y que además, jamás supieron, o quisieron, solucionar.
Por si todavía algunos no se enteraron, les cuento: Llegó el momento de poner los pies sobre la tierra, se acabó el populismo.