Los videos de partidarios de Milagro Sala llevándose bolsos con millones de pesos de un banco, y el de la Rosadita contando millones de dólares, las detenciones de Ricardo Jaime y Lázaro Báez, incluyendo a su contador y su abogado, los bolsos de José López, con el video de las monjas que no son monjas del convento que no es convento, también con video incluido, las declaraciones golpistas de Fernando Esteche, las convocatorias de Luis D´Elía a puebladas, los 11 senadores del FPV que votaron contra la ley de Reparación Histórica a los Jubilados, los 49 diputados del FPV, que lo hicieron contra la suspensión de los fueros a Julio De Vido, y ya que nombramos a De Vido, su situación procesal, a las que debemos sumar nada más ni nada menos que la de la ex Presidente y su vice, entre otros funcionarios de primera línea, y las denuncias de corrupción de Cristóbal López y otros empresarios relacionados a los Kirchner, no hacen más que dejar al desnudo lo que fue, en realidad el kirchnerismo, y hacerle un inmenso favor al oficialismo.
Pero como si todo eso no fuese suficiente, aparecieron Ibar Perez Corradi y Marcelo Mallo, dos delincuentes ligados directamente al "triple crimen" y el escándalo "efedrina", ambos casos ligados, a su vez, a Aníbal Fernández, o sea, directamente al kirchnerismo.
Y como si haría falta algo más, aparecieron cajas de seguridad a nombre de Florencia Kirchner con más de 4,6 millones de dólares en efectivo.
El kirchnerismo hizo daño de todo tipo; económico, político, pero principalmente en lo social. Les hizo creer a muchos argentinos que era posible no pagar por los bienes y servicios básicos como luz, gas, agua o transporte público, y el resultado no solo lo padecemos cuando en verano se cortan el suministro de agua y luz, o en invierno el gas. También está a la vista la deficiencia en el transporte, rutas y caminos y la falta total de infraestructura en lo que se le ocurra.
Era sabido que durante el primer semestre se iban a tomar medidas impopulares, como sincerar los precios relativos, blanquear el precio real del dólar con su consecuente devaluación encubierta, o el aumento de tarifas cuyos valores reales se mantuvieron ocultos y disfrazados por doce años de populismo.
También hubo que salir de dos laberintos en los que nos había metido el kirchnerismo, como el cepo al dólar y el default.
En definitiva, lo que se hizo en este sentido fue recuperar la confianza de otros países. Otro de los daños causados por el kirchnerismo, y en honor a la verdad, no era tan difícil.
No era tan difícil tampoco, por ejemplo, quitarle retenciones a las exportaciones que genera el campo, ni ta difícil llevar a cabo un blanqueo de capitales medianamente coherente, y tampoco era tan difícil sancionar una ley de reparación histórica a los jubilados.
La gran duda es: ¿Cristina —porque en definitiva el kirchnerismo era algo así como una especie de monarquía donde se hacía a rajatabla lo que decía la reina— no tomó medidas como estas, —o similares— por impericia o por una cuestión ideológica?
De todas maneras, ya sea por una cosa u otra, el punto es que hoy, lo único realmente visible del kirchnerismo es que su única preocupación era la de crear una estructura mafiosa para poder sostener un andamiaje destinado al saqueo sistemático del Estado.
El gobierno de Macri no es brillante. Cometió algunos errores y, seguramente, los seguirá cometiendo, pero debemos reconocer que tiene dos méritos, diametralmente opuestos a lo que vimos durante 12 años de kirchnerismo, que son la autocrítica y el diálogo.
Por lo tanto, si tenemos en cuenta esto, más algunas de las medidas mencionadas, y sumamos que la triste realidad del kirchnerismo juega a favor de Mauricio Macri, todo indica que pronto, más de lo que imaginamos, el kirchnerismo será solo un mal recuerdo.