Cristina Kirchner volvió a ser protagonista, desde su alejamiento del poder, de "la previa" a la campaña electoral con una jugada audaz, la de competir sin el PJ en los comicios, que también implica un alto riesgo: la desaparición del kirchnerismo como alternativa de poder.
La jugada legal, atribuida al ex "monje negro" de Cristina, Carlos Zannini, hizo rememorar la decisión del 2005 del kirchnerismo de ir por afuera del Partido Justicialista, para enfrentar a los Duhalde en los comicios legislativos de hace 12 años.
Sin embargo, aquélla fue movida desde el poder ascendente que contemplaban los Kirchner. Pero esta vez, se trata de una acción de supervivencia porque las elecciones de octubre serán un punto de inflexión en el presente del kirchnerismo. Se fortalecerá con un muy buen resultado en los comicios bonaerenses y volverá a entremezclarse entre las alternativas de poder de cara al 2019; o quedará sepultado su protagonismo, licuándose dentro del PJ o rompiendo con el partido y dando paso a un nuevo peronismo.
El armado del Frente Unidad Ciudadana debilitó en principio las aspiraciones de Florencio Randazzo.
El objetivo del ex ministro del Interior era aspirar a convertirse en "el ganador" de la interna del PJ en agosto, "el que venció al kirchnerismo", y a partir de allí ser el nuevo referente del peronismo bonaerense y competir, lo más dignamente en las elecciones de octubre.
La decisión de CFK de ir por afuera deja sin contenido la estrategia de Randazzo, que dejará de ser "el opositor" a Cristina Kirchner y ese rol será cumplido en mayor medida por la lista de Cambiemos —con el rostro de María Eugenia Vidal de fondo— o por el tándem Sergio Massa-Margarita Stolbizer.
¿Qué ocurriría si Randazzo se presenta por el PJ pero termina cuarto? Su carrera política sería gravemente afectada. Pero lo mismo le ocurriría a Cristina Kirchner su compite y sale en tercer lugar o si decide no competir y ubica en ese rol a su hijo Máximo Kirchner o a Verónica Magario.
Por lo pronto, lo más llamativo es que el sello Frente para la Victoria, como tal, no competirá en ninguno de los grandes distritos: provincia de Buenos Aires, la Capital Federal, Santa Fe, Mendoza ni Córdoba.
Todo un dato. Sobre todo, a partir del culto a los símbolos que hizo el kirchnerismo durante los doce años en el poder.