Lo que pasó hoy en las inmediaciones del Congreso se podría decir que es un agravio hacia la constitucionalidad, una verdadera intifada, una postal de la educación Argentina donde todo se maneja de forma virulenta, incluso dentro del recinto donde se debaten intereses que afectan a toda la nación.
En una surte de rebeldía donde todo ya parecía preparado, sino ¿cómo se puede explicar que dos grupos distintos de dos lados opuestos del monumento a los congresos empezaron a provocar destrozos al mismo tiempo?, exactamente a la 13:30 del mediodía, o ¿cómo se puede explicar la apedreada hacia las fuerzas de seguridad?, es casi obvio que los objetos voladores fueron acarreados por los mismos manifestantes, de mas esta decir que con el destrozo de las baldosas no alcanzaba para lograr conseguir las armas improvisadas de estos sujetos.
Incluso un ex precandidato a diputado por el frente de Izquierda participó utilizando un mortero casero, toda una locura.
Es gravísimo, tanto como el hecho de que quienes nos representan en el Congreso no escuchen el reclamo del común denominador de los ciudadanos, siempre denotando su disidencia hacia la mal llamada reforma que intenta forzar su aprobación el gobierno.
¿Cómo se puede esperar que la ciudadanía escuche el llamado de paz si los mismos diputados no escuchan el rechazo de la ciudadanía?
En estos momentos parece haber menguado el escandalo dejando hasta el momento 48 oficiales heridos, 60 personas detenidas y una desmesurada cantidad de destrozos, los que después deben ser pagados por quienes ni participamos, una injusticia total.