"La violencia es el último recurso del incompetente." (Isaac Asimov)
“Tengo un sueño”, decía Martin Luther King; yo también lo tengo. Sueño con un país donde podamos convivir en paz, más allá de las diferencias; un país donde las palabras rival y enemigo no sean sinónimos.
Pero para alcanzar este sueño, debemos estar “preparados para defender la sociedad tolerante contra las tropelías de los intolerantes”; sino lo hacemos, “el resultado será la destrucción de los tolerantes”. “Tenemos por tanto que reclamar, en el nombre de tolerancia, el derecho a no tolerar la intolerancia” (Karl Popper).
La represión, por definición, implica una RESPUESTA al uso de la fuerza iniciado por otro, es eminentemente una reacción defensiva; si las fuerzas de seguridad iniciasen actos violentos porque si, entonces no sería represión, sería simple y llana violencia.
Ahora bien, “todas las razones que hacen que el inicio de fuerza física sea un mal absoluto, hacen que el uso defensivo de la fuerza sea un imperativo moral. Si una sociedad "pacifista" renunciase al uso defensivo de la fuerza, quedaría indefensa a merced del primer matón que decidiese ser inmoral” (Ayn Rand).
Lo más preocupante de los sucesos del jueves próximo pasado, no fueron los feroces actos que acontecían fuera del Congreso; lo más preocupante fue que dentro del Congreso, los energúmenos elegidos para ser parte del Parlamento (de parlar, o sea hablar) se comportaban como animales y encima ¡festejaban el levantamiento de la sesión! (un fracaso en su esencia de "parlamentar"). Seguramente nunca leyeron lo que el oligarca de Gandhi (sarcasmo) cuando escribía “La victoria obtenida violentamente equivale a la derrota”.
Yo me pregunto: ¿Estas son las mentes iluminadas, empáticas y llenas de civismo, que van a escribir las leyes que van a sacar a la Argentina del atraso? ¡Qué lejos estamos del ejemplo republicano de nuestros vecinos chilenos! Si nuestros políticos no cambian, ¡Estamos en el horno!
Por otro lado, es increíble la discusión que se da en torno a la jubilación. Más allá de los sentimientos (loables y correctos) que nos despiertan las penurias que pasan nuestros abuelos, seguimos sin tratar el problema de fondo.
Este problema es que ¡La jubilación estatal de reparto es un robo! Eso no quiere decir que las AFJP previas fuesen carmelitas descalzas; antes nos robaban los privados, pero el estado nos roba siempre, antes, ahora y seguramente después.
Las AFJP fracasaron porque eran obligatorias, porque era un negociado auspiciado y compartido por el estado y porque el propio estado las descapitalizó, “chupándoles” más del 50% de su capital con préstamos obligatorios al tesoro nacional.
Además recordemos que en el 2007, cuando a las personas se les dio la posibilidad de pasarse a la jubilación de reparto actual, ¡EL 80% SE QUEDÓ EN LAS AFJP! ¿Lo hicieron por masoquistas? Nooo, lo hicieron porque sabían que el estado es el rey de los ineficientes y que los políticos, en cuestión de robo, dejan en ridículo a Alí Baba.
Para los políticos, los ciudadanos somos infradotados. Para ellos somos imbéciles y suicidas, idiotas que necesitamos de los iluminados del gobierno para que nos digan cómo jubilarnos, a qué obra social adherirnos, qué médico elegir para que nos trate o qué es lo que deben aprender mis hijos en la escuela (sea estatal o privada).
Por supuesto que muchos se suman felices a esta esclavitud tranquila, es más cómodo que “otro” (estado) asuma MIS responsabilidades; ¡Y encima le puedo echar la culpa! ¿Qué más puedo pedir?
En lo personal, “prefiero una libertad peligrosa antes que una servidumbre tranquila” (¿Mariano Moreno?), porque creo en la libertad, en el derecho a elegir, incluso en el derecho a equivocarme. Porque creo que “ningún hombre es lo bastante bueno para gobernar a otro sin su consentimiento” (Abraham Lincoln) y yo no quiero que decidan sobre mi vida.
La única función que justifica si o si la existencia del Estado, es la defensa de la vida, la libertad y la propiedad de cada uno de nosotros del ataque de cualquiera, incluso del propio estado.
Excelente artículo Rogelio. Asquea ver en la foto el abrazo de de Mendiguren con Rossi, las sonrisas cómplices de Moyano con Kicillof. Eso demuestra que los peronistas disimulan cuando son oposición y hasta algunos se hacen pasar por políticos civilizados, pero cuando aparezca un nuevo macho alpha (o hembra, como lo demostró Kris) se encolumnan todos detrás de el y el circo de la corrupción estructural, el atraso y el proteccionismo dadivoso se pone nuevamente en movimiento.
Excelente nota en especial la selección de citas. En cuanto a los sistemas jubilatorios no me canso de recordar que cuando se quedaron con las cajas de las AFJP sólo pensaron en disponer de ese dinero desde el poder pero nunca se acordaron de que el principal robo al contribuyente es la comisión del 50% sobre los aportes brutos. Ningún legislador dijo nada de eso y tanto es así que en las cajas de profesionales que siguieron como antes esa práctica continúa hasta ahora.
Pero faltó un poco más sobre los protagonistas de adentro. Los que no querían que el Congreso sesione se pusieron en evidencia y dejaron bien claro que se apoyaban en la barrabrava y en los tirapiedras de afuera para hacer capitular a uno de los poderes del Estado. Una por una, las intervenciones de tipos como Rossi que aparentaban preocupación, realmente pretendieron exagerar un supuesto peligro "social" que ellos mismos prepararon y estaban comandando. Repugnante y patético por donde se lo mire es el concepto implícito, repetido hasta el cansancio, de que si un grupo de delincuentes corta calles, hace destrozos en una plaza, o se tira piedras con la policía, entonces la República, la Constitución, y la democracia quedan suspendidas hasta nuevo aviso. No me tomé el trabajo, pero hay que hacer una lista de los que desde adentro del Congreso quisieron que la violencia planificada en la calle les sea funcional como sedición.