"Hacemos mucho ruido, porque el silencio nos tiene asignada una muerte lenta". Alejandro Nagy en la Rock&Pop
La vuelta del supuesto suicida virtual Hussein Berro a los principales titulares de la corporación mediática nacional, dista de ser una casualidad permanente sino un cuento bien montado antes de la conclusión del juicio a la supuesta y espuria conexión local. Pues un año antes, a mediados de 2003, esa misma entidad difundía una foto aportada por la SIDE donde constaba el entrenamiento de supuestos comandos suicidas en Irán.
La misma, obviamente suministrada por la CIA y el MOSSAd, trataba de instalar en los cerebros la idea de la Traffic bomba conducida por el necesario terrorista dotado de turbante. En enero de ese año, Miguel Angel Toma (en ese entonces jefe de la SIDE duhaldista) elaboró un informe al ahora caído en desgracia Juan José Galeano, con abundante data de esos dos servicios, que acusaban a Irán como el principal instigador del ataque a la mutual judía. Yendo al paroxismo del delirio, incluso se llegó a barajar de pedir la captura internacional del entonces presidente de la repùblica islámica Alí Jamenei, líder de los musulmanes shiitas.
Siguiendo esta línea delirante, Galeano ordenó la captura de un ex correo diplomático iraní en Bruselas, al mismo tiempo que EEUU anunciaba que dicho país tenía uranio enriquecido insdispensable para la construcción de armas nucleares. No contento con eso, y siguiendo los dictados de Washington y Tel Aviv, el ex juez federal del sandwichito intentó la extradicción a Londres del ex embajador iraní en Argentina, Soleimanpour, motorizado por una nota de Daniel Santoro en la que se afirma que el 16 de mayo de 1992, se entrevistó con un miembro de Hezbollah en la inefable Triple Frontera, más concretamente en Foz de Iguazù.
Este dato proviene del famoso informe Toma, confeccionado por Jaime Stiusso en aras al paladar de la CIA y el Mossad. En él se infiere que el diplomático viajó 6 veces allí y también a Ciudad del Este, donde una empresa iraní le proveyó el amonal utilizado para demoler la AMIA.
Desentrañando lo obvio
En primer lugar, Hezbollah jamás poseyó bases en la Triple Frontera puesto que nunca cometió atentados fuera del ámbito del Medio Oriente. Segundo, la trama de la Traffic bomba con Berro a bordo es una historia montada para ocultar que los verdaderos autores de la masacre de la calle Pasteur fueron los sirios en venganza de las promesas no cumplidas por Carlos Menem. Tercero, dicho partido y organización libanesa nunca mantuvo ni mantiene lazos con la tierra de los ayatollahs, siendo siempre adscriptos a las filas de Damasco.
Por eso, si se continùa en la línea de la inculpación a Irán jamás los culpables serán conocidos y menos aùn condenados, puesto que tanto Washington como Tel Aviv y Londres mantuvieron excelentes relaciones con el extinto dictador Al Assad, gran proveedor de heroína de máxima pureza. De más está decir que los servicios de inteligencia de esas tres capitales utilizaron esa droga para bancar operaciones encubiertas de la talla de los Contras y demás.
Como se ve, no hay nada nuevo bajo el sol.