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Los derechos humanos no son los derechos del delincuente

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El mundo del revés
El mundo del revés

Desde antes del advenimiento de la democracia, en nuestro país venimos escuchando hablar sobre Derechos Humanos. De hecho, Argentina debe ser uno de los países en el que más se habla, discute, y defienden los DDHH en el planeta. No por casualidad, hay un Premio Nobel argentino en la materia.

 

Pero, como en nuestro país casi todo se tergiversa y, cuando no, se utiliza para beneficio propio, los Derechos Humanos no podían ser la excepción.

En este sentido, no caben dudas de que el kirchnerismo no solo usó y abusó de los DDHH haciendo de ello una de sus banderas, sino que además lo convirtió en un negocio fenomenal.

Tanto que comenzaron a aparecer los "jueces garantistas", algo que en realidad no tiene razón de ser, ya que de por sí un juez debe, precisamente, garantizar el justo cumplimiento de la Ley. Y, como todo se tergiversa, los jueces garantistas empezaron a darles a los delincuentes -encubiertos por el presunto garantismo- supuestos derechos humanos, cuando en realidad, lo que se les debería dar son los derechos que debe tener todo delincuente.

En primer lugar, para hablar sobre los derechos humanos de los delincuentes, debemos aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de Derechos Humanos, concretamente.

Existen, en referencia a los DDHH, normas operativas y normas programáticas. Las normas operativas son todas aquellas que son aplicables inmediatamente a su sanción. El ejemplo típico es la libertad de expresión.

Las normas programáticas son aquellas que implican una acción por parte del Estado, mediante una normativa especial que posibilite la corrección de ese derecho. Algunos ejemplos de ello son: derecho a una vivienda digna, acceso a la educación gratuita, al sistema de salud o un trabajo remunerado de manera tal de poder vivir dignamente.

La Corte Interamericana de DDHH, ha sostenido que el objetivo y fin de los tratados sobre Derechos Humanos son la protección de los derechos fundamentales de los seres humanos independientemente de nacionalidad, tanto frente a su propio Estado como frente a cualquier otro Estado contratante.

Dada la diferencia de los tratados comunes y aquellos sobre derechos humanos, corresponde señalar que estos últimos tienen como distinción la presunción de operatividad de las normas contenidas de los mismos.

La operatividad consiste en que pueden ser invocados, ejercidos y amparados sin complemento de disposición legislativa alguna. Ello se funda en el deber de respetar los derechos del hombre, axioma central del derecho internacional de los derechos humanos.

Sin embargo, es importante advertir que la mencionada presunción cede cuando la norma bajo examen prevista por un carácter nítidamente programático; a título de ejemplo, tienen los derechos económicos, sociales y culturales, a cuyo desarrollo progresivo se comprometen los Estados, entre otras circunstancias, “en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados” (art. 26 de la Convención).

Pero, como ya hemos dicho, en nuestro país el tema de los DDHH se ha tergiversado y constituido más en un estandarte político que social, que es lo que realmente es, o debería ser.

Ahora bien, ¿existen los derechos humanos para los delincuentes? Por supuesto que existen, y son, precisamente, valga la redundancia, los "derechos de los delincuentes".

Estos son algunos (los más importantes) derechos de los que goza cualquier delincuente no solo en nuestro país, sino en la mayoría de los países occidentales.

-A que se presuma su inocencia (es decir que antes de pensarlos culpables, debe darse por sentado que son inocentes hasta que se demuestre lo contrario).

-A declarar o guardar silencio (desde el momento de su detención se le harán saber los motivos de la misma y su derecho a guardar silencio, el cual no podrá ser utilizado en su perjuicio […] La confesión rendida sin la asistencia del defensor carecerá de todo valor probatorio).

-A que se le informe, los hechos que se le imputan y los derechos que le asisten.

-A que se le reciban los testigos y demás pruebas pertinentes que ofrezca para demostrar su inocencia.

-A contar con una defensa adecuada, y a un defensor público en caso de requerirlo A ser juzgado antes de cuatro meses si se tratare de delitos cuya pena máxima no exceda de dos años de prisión, y antes de un año si la pena excediere de ese tiempo, salvo que solicite mayor plazo para su defensa.

-A que sea el acusador quien deba probar su culpabilidad (y no al revés).

-A que sólo sea condenado cuando exista convicción de su culpabilidad.

-A ser juzgado en audiencia pública por un juez o tribunal.

-A recibir beneficios si presta ayuda eficaz para la investigación y persecución de delitos en materia de delincuencia organizada.

-A ser tratado sin distinción alguna.

Estos son los derechos de todos los presuntos culpables de haber cometido algún delito o hecho punible,  cualquiera que este sea. El respeto a sus derechos habla, al igual que el debido proceso.

Tanto es así, que a modo ilustrativo, y demostrativo de la utilización de los derechos humanos en favor a los derechos de los delincuentes, Verónica Magario, Intendente del partido de La Matanza, el año pasado distribuyó panfletos, y también en redes sociales, explicando cuáles serían los derechos de una persona al ser detenida, que no hace más, dicho sea de paso, que demostrar que los derechos de cualquier ciudadano sospechado de un delito, o no, existen, y que no tienen nada que ver con los Derechos Humanos como realmente son.

Como se puede apreciar, existen sustanciales diferencias entre los Derechos Humanos y los derechos de los delincuentes; sin embargo, en nuestro país, como en el tango Cambalache, "Vivimos revolcaos en un merengue, y en el mismo lodo todos manoseaos. Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador...".

 
 

14 comentarios Dejá tu comentario

  1. Provinciano, es exactamente al revés. Los hechos te demuestran que si fuera como vos decís estaríamos muy bien. Porque lamentablemente los tipos como Piratón que tienen los valores bien puestos, son cada vez menos. Lo más fácil es pensar como vos. Creen que se las saben todas y son los que vienen produciendo el desastre.

  2. Pablo Dócimo, lo felicito por la posta. Tadavia estamos esperando las disculpas de la intervencion de la OEA y los DDHH en el caso Maldonado. Y caso notable, lo que dijo ayer un periodista, no vi en la muerte del colectivero Leandro, ningun premio nobel, ningun pañuelo blanco, ningun representante del PO, o de las Villas, los que claman por planes, y mejoras, los que viven de los que pagamos impuestos. No vi a ningunos de ellos protestando por la muerte de un laburante, y por la falta de seguridad. Ciertamente los K convirtieron un negocio de los DDHH, y siguen con su cruzada . El ciudadano sigue dependiendo de los sres. politicos, de los ministerios de las secretarias, de las subsecretarias, de los legisladores, senadores, consejales etc etc etc etc. Que esperan ? Otro que se vayan todos ? Con los planes y las ayudas sin contraprestacion sin educacion sin orden no se puede laburar. AUNQUE SEA EMPIECEN A PONER ORDEN EN LAS CALLES DE LA CABA. Al que corta una calle saquenle el plan, al que corta y a su familia. Al que sale con un palo, devuelvanle el palo roto en la cabeza. O apliquen la pena de muerte. Va a ser mas practico, con los muertos por asesinatos que superan los 3.500 anuales, con colgar unos 100 el primer mes y 50 al 2do. mes, en 6 meses los chorros no salen mas a delinquir. Al que sale con una pistola en la cintura, 5 años adentro, si mata 25 adentro. Singapur tenia 500.000 personas en carceles, aplico la pena de muerte a robos, asesinos y drogadictos, y en 6 meses, el panorama cambio. hoy hay solo 50 personas en la carcel, los arrebatadores etc etc , con uniforme amarillo y tobillerfa electronica a limpiar baños publicos, y plazas. Se acabo el tema de robos, y asesinatos. Pero si los Sres. legisladores se contentan con la dieta, y su problema son el recambio de pasajes estamos en el horno.

  3. No existen los jueces garantistas. De existir, todos los viejos militares que se estan muriendo en la cárcel con más de ochenta años estarian cumpliendo la prisión domiciliaria o estarian libres ya que se los juzgó sin prueba alguna. Los que existen son jueces delincuentes. ¿ Por qué creen que Zaffaroni saco el aberante fallo conocido por todos ?, porque él era un degenerado que se hacia dar con los pendejitos que liberaba. Simplemente por eso.

  4. ENTRE LOS K Y EL PERIODISTA HAY ALGO PERSONAL PARECE (DIRÍA SERRAT) ...CUANTO ODIO! TE HACE PERDER OBJETIVIDAD...TE RECUERDO QUE LOS TRATADOS QUE NOMBRÁS FUERON PUESTOS POR LOS TRAIDORES RADICHAS (ANOTEN OTRA PARA ESTOS INFAMES...) EN EL PACTO DE OLIVOS A CAMBIO DE LA REELECCIÓN DEL INNOMBRABLE. (SALVO LO DEL ART. 18 DE LA CN.)

  5. Dice ud: tergiversa, no solo esto ocurre sinó que se "transgrede", los k nos impusieron este estilo "de andar por el otro lado del borde". Asi estamos bien podridos!!!! Y nos costará mucha sangre y lágrimas cambiar todo este sistema k.

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