Hace algunos años se viralizó en las redes un artículo de un periodista y publicista brasileño llamado José Luis Tejón. La nota planteaba que Lionel Messi era un ejemplo de superación y voluntad. Podemos estar de acuerdo, ¿pero por qué afirmaba esto?
Sin contar con ninguna preparación profesional ni diagnóstico médico, Tejón aseguró que Messi se inscribía en el llamado Trastorno del Espectro Autista, por sus siglas TEA, y, más específicamente, dentro del Síndrome Asperger.
Es un artículo emotivo desde el título: “Messi, la superación de un autista”. Todos comprendemos las emociones que mueven los deportes y más aún el futbol. La épica del héroe desfavorecido que contra todo pronóstico tuerce el destino y se convierte en el salvador de su gente es tan antigua como la humanidad.
La nota de Tejón carece de todo fundamento científico. El autismo ya no se nombra así; ahora hablamos de espectro autista. El abanico de este trastorno ese enorme y la intensidad de los síntomas también. Es inadmisible usarlo como un adjetivo, como una descripción anímica y mucho menos de manera peyorativa. Es un diagnóstico, una categoría clínica, bastante compleja de diagnosticar. En general, son profesionales distintas disciplinas quienes participan del diagnóstico.
Resulta insólito que un periodista haya aventurado el supuesto “autismo” de Messi, sólo por considerarlo retraído o poco dado a las declaraciones.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición neurológica y de desarrollo que comienza en la niñez y dura toda la vida. Hasta hoy no se conocen sus causas. Las investigaciones marcan antecedentes genéticos, pero también aparecen factores ambientales. Desde luego, ambas hipótesis no se excluyen entre sí.
Se diferencian cinco tipos de trastorno autista:
-El autismo clásico
-El Asperger,
-El TGD (trastorno generalizado del desarrollo no especificado),
-El síndrome de Rett
-El trastorno desintegrativo infantil).
Los síntomas difieren de un paciente a otro pero, en general, podemos decir que en el TEA hay deterioro de la actividad social, de la comunicación y que suelen presentar conductas repetitivas y estereotipadas. Como el clásico aleteo, por ejemplo.
Me voy a referir al trastorno de Asperger, que es el que se le había adjudicado a Messi. Los chicos con Asperger presentan una notable capacidad para concentrarse en un foco de interés y hacer abstracción de todo el resto. Toleran el cansancio mental y son capaces de ir al fondo del hueso en su materia, por ejemplo: armar artefactos, las matemáticas, resolver acertijos, conocer a fondo el mapa mundial, la mecánica, en fin, estos son sólo ejemplos, pero en general el foco está puesto en operaciones mentales complejas, memoria o ciencias abstractas. Pueden presentar o no problemas en el lenguaje, pero como en general la dificultad es la comunicación, entonces resulta difícil un diálogo fluido, expresivo. Suelen ser acotados en su gestualidad y tener dificultades para entender las sutilezas del lenguaje corporal.
Mucho se ha escrito sobre la relación de los genios con el Trastorno de Asperger. Hasta el propio Hans Asperger dijo que había que tener un poco esta condición autista para tener éxito en la ciencia o en el arte. La capacidad de concentración, el mantener un foco durante tanto tiempo, y el pensamiento que escapa a los prejuicios y a las estructuras convencionales pueden generar que una persona con Asperger se destaque notablemente, pero esto tampoco puede ser una exigencia y puede no darse. La presión siempre es desaconsejada.
No tiene ningún sustento pensar que un deportista como Messi puede padecer Asperger, porque en general, en este trastorno se ve afectada la motricidad. Son chicos que pueden presentar problemas en la escritura, dificultades para cortar con tijeras, seguir líneas con un lápiz y también en la motricidad gruesa, en general tardan más en aprender a caminar, o en andar en bicicleta y la torpeza en los movimientos puede persistir aún en la adultez. Claramente, no es el caso de Messi.
Por último, quiero recalcar que todos debemos saber que es el TEA porque a veces ocurre que un chico en un ámbito público hace un berrinche descomunal y la gente se pone nerviosa, intolerante, piensan que los padres deberían controlarlo; es posible que se trate de un chico caprichoso pero también es posible que sea un chico con TEA: cualquier cambio en una rutina o algo imprevisto puede desencadenar un evento de nerviosismo y ansiedad difícil de manejar. El chico lo sufre y sus padres se sienten muy solos si la gente no comprende. Tratemos de ayudar, de acercar una mano en esos casos.
Aventurar un diagnóstico de una condición compleja como es el Trastorno Autista es, como mínimo imprudente, pero sí es importante la difusión, y que las obras sociales y el sistema de salud cubran todo el tratamiento porque las mejorías en la calidad de vida y los progresos son enormes con un buen tratamiento.
El autismo, el sindrome de down y similares es asociado desde lo emocional con la culpa y la verguenza, pero a niveles de paroxismo. Gente muy culposa como los religiosos o con un concepto equivocado de la responsabilidad. No es el caso de Messi, pero en estas epocas se tira mucho ese concepto como sinonimo de estupidez o pocas habilidades sociales.
Excelente como siempre Federico!