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La psicopatología de los argentinos por el dólar

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Locos por la moneda verde
Locos por la moneda verde

Nuestro país está atravesando una crisis que tiene, una vez más, al dólar en el centro de la escena. Estas corridas contra el peso comenzaron en abril, cuando cambió el escenario mundial y la posibilidad de tomar deuda dejó de ser accesible para nuestro país. Las monedas emergentes chocaron de frente contra un dólar fortalecido y para nuestro país el impacto dolió el doble.

 

Venimos arrastrando un déficit que durante los años kirchneristas se volvió escandaloso. Este gobierno optó por el gradualismo para controlar el impacto social de bajar nuestros desbalances estructurales: gastamos más dólares de los que ganamos y esta situación que ya parece una marca nacional, genera una vulnerabilidad muy compleja.

El kirchnerismo armó un relato anti-imperialista, mientras se dedicó a emitir moneda al compás de los argumentos de sus principales economistas: “La emisión no genera inflación”, decían; “ese es un cuento liberal”. Moreno se ocupó del resto: destruyó el Indec, mientras aseguraba que la inflación era del 9%, aunque todos sabíamos que era del 25% o 30%.

Pero volvamos a estos últimos meses. Ante los tsunamis financieros mundiales, los principales fondos que habían traído dólares e invertido en Lebacs, ante los cambios de escenario pasaron sus activos a dólares y los retiraron de la plaza. El dólar empezó a subir y ahí se produjo nuestra habitual avalancha.

Todos los argentinos corren a comprar dólares caros cuando sube porque asumen la premisa opuesta a lo que las leyes del mercado dictan. Un delirio.

Si un bien aumenta repentinamente por algún motivo, la gente lo percibe caro y deja de consumirlo. Con el dólar en nuestro país ocurre lo opuesto: cuanto más caro, más lo queremos, más tememos que se nos escape, porque no confiamos en el peso como moneda de ahorro.

El resto es fácil y conocido: cuánto mayor cantidad de pequeños ahorristas compran, más sube, y se vuelve una obsesión nacional. Una especie de respuesta exagerada que incluye pánico y sensaciones fatalistas.

Y acá es donde entra la psicología. El componente psicológico de la economía es mucho más importante de lo que parece a simple vista. El “Rodrigazo”, la 1050, la hiperinflación, la convertibilidad, el corralito, el default de Rodríguez Saá en la crisis del 2001, el cepo, las mentiras del kirchnerismo acerca de la inflación y la pobreza y las actuales corridas en contra del peso son algunos de los hechos, entre muchos otros, que han tenido enormes consecuencias negativas en la economía y para la psicología de los argentinos.

Pero no podemos mentirnos: la sociedad participa activamente como actor económico en estos procesos. Como en una terapia, tenemos que reconocer primero nuestra enfermedad. Richard Thaler ganó el Premio Nobel de Economía por su aporte a la llamada Economía del comportamiento o conductual. Thaler tendría en la Argentina un objeto de estudio fenomenal para explicar sus teorías. ¿Qué dice la Economía conductual?

Para explicarlo brevemente: Thaler afirma que los individuos en sus manejos económicos sufren diversos errores cognitivos como pensar en tiempos demasiado cortos y la falta de autocontrol. Entonces, ahí donde piensan que están siendo fríos y calculadores, en realidad se está poniendo en juego una serie de ansiedades y temores que los llevan a actuar de manera irracional y contraria a sus propios intereses. La razón en raras ocasiones domina nuestros actos, y la economía no es la excepción.

En el dólar lo vemos con claridad, no nos funciona el instinto gregario de preservación del grupo. Todo lo contrario, cada uno pretende salvar sus ahorros y entre todos producimos la profecía auto cumplida: todos compran dólares al precio que sea. A las complicaciones externas se le suma la histeria colectiva argentina y ahí tenemos los resultados: la concreción de nuestros propios temores, el dólar escala mucho más en la Argentina que en cualquier otro país de la región.

Por supuesto en la economía conductual no se puede suponer que la sociedad es una suma de individuos que actúan todos de igual manera conforme a intereses individuales. El comportamiento de una persona no explica cómo se comportan todos. Es muy importante comprender el funcionamiento de los grupos sociales y cómo interactúan entre sí. No es lo mismo un actor de un grupo financiero, que una persona de clase media que pretende poner a resguardo un puñado de pesos, y mucho menos alguien que no tiene nada y sólo le queda esperar que la devaluación no impacte en los precios de la canasta básica. Luego tenemos las limitaciones intelectuales y visiones sesgadas de cada uno.

Se me dirá que quien se cobijó en el dólar cuando comenzó la corrida ganó. Y es cierto. Es individualmente cierto, pero todos estaremos de acuerdo en concluir que, producto del pánico social, el dólar escala y se vuelve el tema más relevante de nuestra economía al punto de ponerla en jaque.

Por supuesto tenemos nuestras razones: las crisis que cada diez años obligan a barajar y dar de nuevo, 70 años de inflación, falta de crédito o crédito usurarios y unos niveles de pobreza inadmisibles.

Los argentinos presentamos un comportamiento económico que supera los niveles de irracionalidad de cualquier otro lugar del mundo. Lo nuestro es una reacción propia del estrés post traumático. Determinados elementos nos disparan respuestas de ansiedad descontrolada y un pánico que sólo se explica por traumas anteriores. Traumas que dejaron huellas. El instinto de resguardo individual supera a cualquier razonamiento grupal.

¿Cuándo dejaremos de estrellarnos contra el vidrio como pájaros asustados? ¿Cuándo los funcionarios que toman decisiones y los ciudadanos que apenas podemos decidir sobre nuestro dinero lograremos pensar como una sociedad madura en un proyecto de país a largo plazo?

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Genial artículo. Ayer estaba discutiendo con unos compañeros de trabajo. Califican un gobierno por el bolsillo del momento; tienen siempre en mente una lucha clasista con el que más tiene, hasta el punto de ser irracional y tienen el pensamiento mágico de que, el gobierno, controla con presición milimétrica cada aspecto de la economía, como si la economía fuera una ciencia exacta y no una sociál. Peor aún, parece ser que pensaran que, el país, comienza de cero cada vez que cambia de presidente. Parece ser que estamos cada vez más y más ciegos a los argumentos. Y así nos llevan, de crísis en crísis cada 10 años.

  2. La zanahoria de los "ganancias" es lo que actúa como premio conductista. En los 90 las tasas de interes en pesos eran mas alta que en dolares, a pesar de la convertibilidad del 1 a 1. Era por ello que entonces se ahorraba EN PESOS, hasta que llegò el corralito y "todos se acordaron que querian tener DOLARES BILLETE". Si en Argentina se tomara la DECISION como POLITICA SOCIAL de que los pequeños y medianos ahorristas, tendrían ASEGURADOS el valor de sus depositos (o plazos fijos), con tasas POSITIVAS, respecto a la inflaciòn, aunque estas fueran levemente por encima de ellas, habría mas FIDELIDAD AL PESO. En ARgentina NO SE FOMENTA EL AHORRO NACIONAL que es el que le asegura cierta sustentabilidad a la monedad. Vemos el caso de Brasil que desde que reformuló su enfoque financiero hacia adentro, despego a los ciudadanos de la evolución de la divisa, pues ellos cobran en REALES y gastan en REALES, el mantenimiento de valor ADQUISITIVO de la moneda es el reaseguro que tienen para ni siquiera preocuparse por los vaivenes cambiarios. Es cierto que a NINGUN GOBERNANTE SENSATO, se le ocurriría hacer como hizo con el gobierno anterior de conspirar en CONTRA del peso, para que SE GASTASE TODO con el argumento ficticio (porque tiene beneficios temporales) de estimular el CONSUMO para generar mas TRABAJO. El CONSUMISMO, hizo que el 80% de la industria Argentina estè orientada al CONSUMO INTERNO Y NO A LA EXPORTACION, incluidas la mayoría de PYMES. Por lo tanto es logico que si se cae la actividad interna, HAY CRISIS, que se agrava mas, cuando las PYMES usan insumos importados y tienen equipamiento tecnologico foraneo. Asi es previsible que SIEMPRE habrà una BALANZA COMERCIAL deficitaria, salvo excepcciones como la suba de los commodities agrarios.

  3. No le busquen mas vueltas, macho. Argentina tiene que Dolarizar y punto. Por que? La moneda cumple 3 funciones: 1- Medio general de cambio 2- Reserva de valor 3- Unidad de cuenta En Argentina, el Peso solo cumple la primera en transacciones chicas. El resto lo cubre el Dolar. Entonces hay que sincerar la economia y punto. No le den mas vueltas.

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