Néstor Kirchner y Hugo Chávez quisieron quedar en la historia como San Martín y Bolívar, los próceres de la Patria Grande. Pero a medida que se conoce información más detallada de las corrupciones colosales que Néstor y Chávez cometieron, van rumbo a convertirse en el Gordo Valor y La Garza Sosa, los ladrones de la Plata Grande.
Los presuntos libertadores de América en realidad se hicieron millonarios, como los estafadores de América, porque se quedaron con mucho dinero de los argentinos y venezolanos más pobres.
Se llenaron la boca hablando en contra del Fondo Monetario, el imperialismo y los banqueros. Pero se llenaron los bolsillos de los dólares sucios producidos por la cleptocracia que instalaron en ambos países.
El colega Daniel Santoro reveló en el diario Clarín una maniobra y solo una, de las muchas bicicletas financieras ilegales que ejecutaron el Gordo Chávez y la Garza Kirchner. Y la información no fue aportada al expediente judicial por la CIA. El que contó todos los detalles fue Claudio Uberti, en su declaración cómo arrepentido. Estamos hablando del gerente de las coimas de los peajes en las rutas y los peajes en el concubinato con Venezuela. Néstor y Hugo tuvieron relaciones carnales pagas. Y con sus respectivas muertes, dejaron países infectados de mentiras, latrocinio y autoritarismo que luego Nicolás Maduro y Cristina, sus sucesores, terminaron de dinamitar.
No se olvide: La solidaridad latinoamericana del chavismo nos otorgó préstamos usurarios de dinero a tasas del 15 % que nos perjudicaron muchísimo. Le recuerdo que el “sanguinario” FMI nos cobra el 4,5%. Más de tres veces menos.
Los negociados de Julio de Vido con el petróleo y los barcos que nadie sabe cuántos fueron ni cuanto nos costaron. Esa parte de la corrupción todavía no se investigó. Don Julio, como si fuera Don Corleone, desde la cárcel amenaza a los arrepentidos que están diciendo la verdad y les dice traidores y ortivas. Tiene miedo de quedarse en la cárcel durante toda la vida. Y falta investigar las coimas que hubo que pagar con la maquinaria agrícola.
Insisto con el tema: Claudio Uberti, el que deschava al chavismo, era la pieza clave de lo que se conoció como lo embajada paralela. Uberti era un títere de Julio de Vido, el gerente general del robo sistemático y gigantesco que hicieron los presidentes Néstor y Cristina Kirchner.
Hay que recordar la valentía del embajador de entonces, Eduardo Sadous, que denunció estos y otros delitos y que fue perseguido por eso. Por ejemplo, en el 2004 se había creado un fideicomiso entre Caracas y Buenos Aires para el intercambio de fuel oil por productos industriales en un banco suizo. Fue tan grave la ilegalidad que luego, por diversas denuncias, el UBS, cerró esa escandalosa cuenta.
Hay que recordar que Aníbal Fernández con su obsecuencia eterna, mintió al decir que Guido Antonini Wilson no había estado en un acto en la Casa Rosada. O la Casa Robada, a esta altura. ¿Se acuerda? Después un video del canal del estado mostró la presencia de Antonini en la sede del gobierno y lo desmintió en la cara dura de Aníbal. Era aquel avión, fletado por Enarsa y pagado por todos los argentinos, que trajo una valija de 800 mil dólares que fue descubierta en la aduana por María Luján Telpuk, en ese entonces agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Dicen que esos 800 mil eran solamente una parte de un traslado de 5 millones de dólares.
Lo primero que Antonini hizo fue concurrir a un acto en Balcarce 50. Lo primero que Uberti hizo fue ir a la quinta presidencial de Olivos para contarle la mala nueva al comandante Néstor.
Uberti confesó ante la justicia que en una operación trucha realizada con bonos de la deuda argentina en 2007, Néstor y Chávez se quedaron con 25 millones de dólares cada uno. Y que la parte del presidente argentino llegó al país en billetes verdes en aviones especialmente fletados. Tal vez algún fanático negacionista de la realidad piense que Uberti está mintiendo. Es fácil. Aportó pruebas, lugares y detalles para corroborar lo que dijo. Si es cierto, se beneficiará con una baja de su condena. Pero si es un engaño, se multiplicará su pena.
Para que quede más claro: Uberti no le contó esto en un café a un amigo ni es un trascendido de un periodista. Se trata de su declaración oficial ante el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadío y, obviamente, consta en el expediente. Le recuerdo que Uberti también reveló que el día que murió Néstor entró al departamento de Cristina en Juncal y Uruguay y encontró bolsos con 60 millones de dólares en el dormitorio.
La codicia sin límites, la enfermedad bulímica por el dinero ajeno, consagran al matrimonio Kirchner largamente como los políticos más corruptos de la historia argentina y algunos dicen que están en el podio de los mayores delincuentes del planeta. Y como si esto fuera poco, entre el chavismo y el kirchnerismo construyeron un puente de plata (en el más amplio sentido de la palabra plata) con Irán.
La prestigiosa revista brasileña “Veja”, en su momento, publicó una nota que respalda con testimonios muy importantes gran parte de la hipótesis del fiscal Alberto Nisman y de las relaciones carnales y de complicidad entre el Irán de Ahmadinejad, la Venezuela de Chávez y la Argentina de los Kirchner.
Un militar y ex ministro de Chávez exiliado en Miami, estuvo presente en la charla que mantuvieron el negador del holocausto de Teherán y el líder bolivariano hoy fallecido. Chávez le decía a todo que “si compañero”, como si se tratara de un subordinado. Y Mahmoud Ahmadinejad le pedía que convenciera a la Argentina para que le transmitieran tecnología nuclear imprescindible para culminar su plan y para que los Kirchner dejaran de perseguir a sus funcionarios mediantes las alertas rojas de Interpol. En una parte brutal del diálogo, el iraní le dice al venezolano: “No te preocupes por los costos de esa operación. Disponemos de todo el dinero necesario para convencer a los argentinos”. El comandante Chávez respondió que él se encargaría personalmente de las gestiones, cuando su compañero le dijo: “Es una cuestión de vida o muerte”.
En esa época los vuelos entre Caracas y Teherán eran frecuentes. Se los llamaba “aeroterror” y cambiaban cocaína para Hezbollah por el traslado de terroristas con pasaporte venezolano. Dicen que hasta el mismísimo Moshen Rabbani acusado de ser el jefe del atentado a la AMIA utilizó esa documentación falsa. Un gesto de hermandad antiimperialista. El mismo Rabbani que aparece hablando con Yussuf Khalil en las escuchas y que envía dinero a la Argentina, según él mismo reconoció.
Fue tan importante la sociedad delictiva entre el chavismo y los Kirchner que enviaron de embajadora, para reemplazar a Sadous, a la mismísima Nilda Garré quien fue ministra de Defensa y hoy preside esa comisión en diputados.
La historia nefasta de los Kirchner en su paso por el poder en la Argentina tiene un capítulo especial por lo fabulador ideológicamente con el comandante Hugo Chávez Frías. Imágenes del Che Guevara, de Fidel Castro, de Hebe de Bonafini en las banderas, “al carajo con el ALCA”, en Mar del Plata con Maradona de ladero y finalmente se confirmó que todas esas consignas izquierdistas y emancipadoras quedaron sepultadas por la cara de George Washington en los billetes de las coimas y el enriquecimiento ilícito. Algunos dicen que billetera mata galán. En este caso bóveda mata a revolucionario.
San Martín y Bolívar próceres de la Patria Grande seguramente se están revolviendo en la tumba por la tragedia y la farsa que quisieron instalar, el Gordo Valor Chávez y la Garza Sosa Néstor, los estafadores de la Plata Grande.