El Gobierno anunció con bombos y platillos el sobre cumplimiento de la meta de déficit fiscal comprometida con el FMI, y confía en alcanzar el equilibrio de las cuentas en este 2019, aunque ese ´logro´ pueda hacerle perder las elecciones a Mauricio Macri.
Son varios los casos en la Argentina en los que una gestión fue beneficiada por el sacrificio de la anterior.
En 1991, Domingo Cavallo pudo aplicar su exitoso plan de Convertibilidad para estabilizar los precios porque Erman González había hecho el trabajo sucio de licuar deudas con el plan Bonex.
El Plan Bonex consistió en el canje compulsivo de los depósitos a plazo fijo por títulos públicos.
En 2001, confirmando que la historia se repite, Jorge Remes Lenicov aplicó el denominado ´corralón´ -una ampliación del ´corralito´, bajo la presidencia de Eduardo Duhalde, y licuó los plazos fijos en dólares.
Es que al público se le devolvieron 1,40 pesos por cada dólar, cuando la divisa norteamericana se fue rápidamente a 4.
Eso permitió que luego llegara Roberto Lavagna -en primer plano ahora por las especulaciones sobre su candidatura presidencial- al Ministerio de Economía y se iniciara uno de los períodos de crecimiento más fuertes de la historia argentina.
Alguna vez Macri deslizó que había llegado a la Casa Rosada a adoptar las políticas que nadie se animó, incluido poner las cuentas en orden, aunque le costara el apoyo electoral.
Tal vez lo logre en este 2019, pero desde la oposición sostienen que el costo será altísimo: una aguda y prolongada recesión y un nivel de endeudamiento récord, que se encamina a superar al Producto Bruto.
El kirchnerismo y el massismo creen que Macri perderá las elecciones de octubre ante este escenario, y se preparan para aplicar un plan de contingencia que debería incluir una renegociación del acuerdo con el FMI.
Macri considera lo contrario: está convencido de que encaminar las cuentas hará más confiable a la Argentina y eso permitirá que de una vez por todas empiecen a llegar inversiones en serio.
La lectura que esté acertada explicará el resultado electoral que colocará al próximo presidente.
Por ahora, los esfuerzos del ministro Nicolás Dujovne están puestos en llevar señales de tranquilidad a los acreedores y tratar de persuadirlos de que Macri mantendrá el ajuste aunque las encuestas le indiquen que perderá el poder.
Esta semana Dujovne y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, recitarán ese catecismo ante la crema del capitalismo en el Foro Económico de Davos.
Allí tienen pautada una reunión con la jefa del FMI, Christine Lagarde, la principal responsable de que la Argentina no haya caído en default este año.
Lagarde apostó a la Argentina y se juega mucho de su ´prestigio´ ante las potencias internacionales a que el experimento resulte exitoso.
Este año, el déficit fiscal primario deberá ser cero para que los desembolsos del FMI no se corten.
Pero eso no se puede lograr sólo con la podadora del ajuste permanente, sino que será necesario un aumento de la recaudación, lo cual genera muchas dudas porque la economía tampoco crecería en este 2019.
El Gobierno espera un aumento del 40% en la recaudación de este año, lo cual la ubicarán al borde de los 3,7 billones de pesos.
Es una meta exigente, pero cumplible, creen en círculos económicos, aunque también alertan que una clave estará en que ese aumento se explique por crecimiento y no por inflación.
Las principales consultoras consideran que el costo de vida rondará el 35% en 2019, casi 10 puntos por encima de lo que prevé el Gobierno. .
La otra duda, tal vez el punto que más están mirando los inversores, es cuándo la economía empezaría a dar señales de revertir la recesión.
Si eso se produce en abril, dará más tiempo al gobierno para afrontar el desafío electoral.
Pero si las señales de salida de la recesión se demoran hacia el segundo semestre, el futuro presidencial de Macri podría estar sellado y debería irse a casa en diciembre.
Los compromisos de la deuda son otro foco de atención permanente: el pago de intereses representó casi $ 390.000 millones en 2018.
Subió 73% con relación al 2017 y plantea un escenario desafiante que le pondrá una presión enorme al gobierno que asuma a fin de año.
El pago de intereses llegó a 2,8% del Producto Bruto, 0,6 puntos por encima de 2017.
Esta dinámica respondió a la fuerte depreciación del peso del año pasado, ya que alrededor del 80% de la deuda del Estado Nacional se encuentra nominada en divisas.
El Producto Bruto será otro tema clave del año electoral, ya que la fuerte devaluación del 2018 provocará una fuerte depreciación de ese indicador clave.
En definitiva, la enorme crisis del año anterior confirmará muy pronto con los números del INDEC que los argentinos somos mucho más pobres. José Calero
USTEDES PUEDEN HACER TODOS LOS ANALISIS QUE QUIERAN, Y SACAR LAS CONCLUSIONES QUE CONSIDEREN, PERO EN REALIDAD LA GENTE CUANDO VAYA A VOTAR NO SOLO VA A TENER EN CUENTA LO ECONÓMICO, VA A TENER QUE VOLVER A ELEGIR ENTRE VARIOS CANDIDATOS QUE SON TODOS UN CACHIVACHE, ENTRE EL ACTUAL VENDEHUMO O SU REEMPLAZO EN SU PARTIDO, ENTRE UN KIRCHNERISTA RENEGADO Y CHARLATAN QUE MAS ALTO NO VA A LLEGAR , O ENTRE UNA DELINCUENTE , CON PEDIDO DE PRISION PREVENTIVA POR LOS DELITOS QUE COMETIÓ QUE SE AMPARA EN SUS FUEROS . EL PAIS ES COMO ISIDORO CAÑONES, PEDÍA GUITA VIVIA DE FIADO Y DE PRESTAMO PERMANENTE Y SE LO PATINABA EN JODA, BOLICHE Y PASARLA BIEN, CON SU ESPECIAL AMIGA CACHORRA( QUE NO ES LA KCHORRA QUE ESTA EN EL DESHONORABLE CONGRESO, ESTA ULTIMA ES UNA "PERSONA" DE CARNE Y HUESO, LA OTRA ERA UN PERONAJE DE HISTORIETA) Y LO CORRIAN PARA COBRARLE LAS DEUDAS.
Macri tiene DOS DESAFIOS, uno ECONOMICO que implica OCUPARSE de que las CUENTAS NACIONALES esten los mejor ORDENADAS POSIBLES, con vistas a los efectos que REFORMAS INEXORABLES DEBERAN LLEVARSE A CABO si es que Argentina no caiga en default con cualquiera que gobierne. Argentina vive la HORA de la verdad y si no ASUME su propia CONSTRUCCION se la impondrà de prepo la REALIDAD, cuando las empresas EMIGREN DEL PAIS para radicarse en Brasil, Chile u otro paìs de la regiòn que le ofrezcan mejores condiciones de desarrolla y rentabilidad. El otro DESAFIO ES EL POLITICO. Macri como EMPRESARIO, sabe que cuando un NEGOCIADOR, está quemado, ya no es util para alcanzar los OBJETIVOS de la "empresa", en este caso EL PAIS. Menos aùn si insiste en los mismos METODOS, aunque cambie la cara de los funcionarios. ¡ES EL METODO CON SU CONDUCTOR EL QUE FALLÓ! Es hora que permita que OTRO de su misma coalicción sea el que lo reemplaze y a su vez APLIQUE SU PROPIA METODOLOGIA incluyendo la incorporación de nuevos socios, siempre PRIORIZANDO LOS OBJETIVOS. Macri, fuera del gobierno, podría ser util para negociar la refinanciaciòn de la deuda con el FMI. Quien mejor que un dirigente con VISION suficiente como para tener presente de que EL MISMO ES PARTE DE UN PROCESO DE CAMBIO, en el que la persona del gobernante es prescindible al lado del PROYECTO PAIS. Esto serìa tomado hasta como fortaleza, no solo por el FMI, sino por los MERCADOS, tan acostumbrado a ver PERSONALISMOS ARGENTOS, que se imponen por sobre las URGENCIAS DE LA NACION. Incluso, lo IDEAL serìa que Macri hiciera este anuncio en Marzo, al inicio de las Sesiones Ordinarias y ademàs de patear el tablero, haria resurgir las esperanzas de todos aquellos que apostaron a CAMBIEMOS en 2015 y 2017 y a su vez desarmarìa los argumentos del "gobierno de ricos" y "el gabinete de CEOS".