Luego de 40 años, la Secretaría de Derechos Humanos del juzgado Federal 2 de San Martín me cita el año pasado para hablar de mi hijo Horacio Alejandro Izaguirre, quien padeció el secuestro y tormentos de manos de la entonces Jueza de Menores María Romilda Servini de Cubría.

Esa secretaría judicial de Derechos Humanos pretendía hacer pasar a mi hijo como nieto de una de las abuelas de Plaza de Mayo, pero tuvieron que guardarse el dedito acusador dado que las evidencias fueron más que contundentes.

En esa declaración, que me tomaron, que duró siete horas y media, pude explayarme por primera vez y luego de 40 años, por los tormentos que tuvo que pasar mi hijo Horacio bajo el impune accionar de la actual Jueza Federal Electoral, que a fines de los años 70 era la dueña de la vida de los niños de Argentina.

En esa declaración hablé sobre la entrega de mi hijo a familias militares desde ese juzgado de menores y pedí la investigación de todos los expedientes de ese tribunal entre 1976 y 1983 y la inmediata detención de Servini de Cubría por delitos de lesa humanidad originados desde aquel espacio judicial.

La reacción fue virulenta, Emilio Ramón Canicoba a cargo del Federal 1 de San Martín, hijo del juez federal Canicoba Corral hoy procesado por coimas en el Federal 1 de Servini de Cubría, decidió sin tomarme declaración alguna, imputarme por el delito de falsa denuncia, citándome para el 19 de febrero de 2019 para tomarme declaración indagatoria.

A días de quedar detenido por dejar al descubierto el accionar de Servini de Cubría durante la dictadura militar, la familia judicial cierra filas para callarme, esperando que las rejas atoren mi decisión de ir a fondo y no correr la cortina de impunidad que supieron tejer durante estos 40 años.

Bajo el expediente FSM 169735/2018 de la secretaría Nº 2 a cargo de Florencio Leitao Pinheiro han preparado todo para condenarme por un supuesto falso testimonio inventado en ese juzgado, pero se olvidaron de mi denuncia por secuestro y tormento que pesa sobre la Tía María, que ahora se dio el gusto de entregarle a Carlotto su nieto “perdido”.

Servini de Cubría sabe moverse a nivel judicial y presentar como robados expedientes que la comprometen, como así también supo evitar allanar la Casa Rosada lugar desde donde se ordenaba el ingreso de Efedrina desde 2004 en los días en que Aníbal Fernández era el muchacho fuerte del Poder Ejecutivo.

El Juzgado Federal 1 a cargo de Canicoba (no Corral) de San Martín que tiene fama negra, no ha sabido combatir el narcotráfico que reina desde hace décadas en esa localidad conocida como la pequeña Colombia con más de 60 villas de emergencia y desde donde se reparte la droga al resto de la Provincia de Buenos Aires; sin embargo han demostrado una enorme agilidad para procesarme por un inventado falso testimonio, que seguramente me llevará a la cárcel en un primer momento, pero que es el inicio de la grieta que sostiene las columnas que sustentan la estabilidad de María Romilda Servini de Cubría.

Canicoba, quien entró como Secretario de ese Juzgado 17 días después de recibirse de abogado y que consiguió ser juez gracias a Cristina Fernández de Kirchner, será el encargado de decidir si mi hijo fue o no secuestrado y sufrió tormentos de manos de la Tía María.

Estoy preparado para la cárcel con la verdad en la mano.