Distintas economías regionales, como la producción de uva, aceite de oliva, arroz o la avicultura, enfrentan serias dificultades para obtener un precio por su materia prima que sirva para enfrentar el encarecimiento que ofrecen los costos internos de producción, principalmente por el ajuste de debieron encararse por la suba de los insumos dolarizados, el pago de retenciones a la exportación y el incremento que exhiben las tarifas eléctricas.
En Mendoza, en el la Sociedad Rural del Valle de Uco reconoce que hoy los productores de uva de la región no cuentan con un precio justo, debido a que esto depende de la sustentabilidad de la actividad. Y precisaron que el productor sigue trabajando a pérdida por el aumento de los costos y de la presión impositiva.
Desde la entidad manifestaron que “la rentabilidad hace sustentable nuestro trabajo y el Estado debe facilitar esto, para eso deberá poner freno a la industria en su posición dominante y se necesita un mercado institucionalizado. Este mercado se construye con herramientas que tengan precios y pizarras de referencia”.
La queja también es replicada por la Federación Agraria Argentina, que recuerda que en 2009 dicho vino valía $0,92 el litro, mientras que la misma cantidad de gasoil salía $ 2,26. Hoy, los precios son $ 7,15 y $ 35.99 respectivamente”.
Algo similar sucede con la avicultura, allí desde la Cámara Argentina de Productores Avícolas Integrados, también aseguran que falta rentabilidad para encarar el desarrollo futuro de la actividad y también inversiones. Hoy por un pollo de ronda los tres kilos/vivo se paga a razón de $ 7,20 -según expresaron desde el sector a Agencia NP- mientras que en la salida de los galpones se requiere un valor de $ 11,5 por cada ave entregada a la industria.
Según reconoció Ricardo Unrrein, el costo de la electricidad presenta un impacto enorme sobre la actividad, y “ni que hablar” de los valores de los insumos dolarizados: una lona nacional es más accesible pero no dura más de dos años mientras que por ello se requieren las que se traen del exterior que pueden extender su vida útil hasta casi cinco años.
Desde el mercado avícola aseguran que no resulta fácil sostener un nivel de demanda semejante atento al incremento que exhibieron los costos de producción, fundamentalmente en 2018. Esto llevó a que la producción, que hasta el 2013 creció a un ritmo del 20% interanual, hoy está en retroceso. Si bien hace seis años se alcanzó una producción de casi 3 millones de toneladas de pollo eviscerado, hoy este número se ubica cerca de los 2 millones. Actualmente son unos 4.800 productores de pollos.
La producción olivícola en el Interior, no lo pasa bien. La pérdida de fincas de oliva es permanente, por alta de mercado y fundamentalmente por la falta de rentabilidad y suba abrupta de los valores de las tarifas eléctricas.
En Catamarca, solo queda el 20% de los productores de aceite de oliva que hace un lustro. La suba en los costos dolarizados y el incremento de un 200% que registraron desde el 2015 las tarifas eléctricas nominadas en dólares -un servicio necesario para bombear agua en las fincas-, son cuestiones que fuerzan a la olivicultura al abandono de la actividad.
En provincias como La Rioja o Catamarca se pagan tarifas de aproximadamente u$s 900 por hectárea, cuando en el 2015 se abonaban entre 300 y 400 dólares.
La producción de arroz para por una coyuntura complicada en lo económico y productivo: en las últimas semanas la situación se agravó por las inundaciones en el Litoral, donde solamente en Corrientes hay entre 3.000 y 4.000 hectáreas inundadas.
Jorge Paoloni, de la Asociación de Plantadores de Arroz, sobre una exportación con valor FOB de entre 350 y 380 dólares la tonelada, el gobierno descuenta 48 dólares, “es decir el 15% de la exportación, en momentos donde el precio internacional del arroz ha caído incluso por debajo del trigo, aun cuando el costo de producción por hectárea se ubica por arriba de los 2.000 dólares”, dijo.