Un estudio desarrollado por el departamento de Economía y Administración de la Universidad Nacional de Moreno advierte que la crisis económica que afecta a la Argentina es "autoinfligida" por la aplicación de una teoría "fallida, sobreendeudamiento y mala praxis" mientras el mundo no crece al mismo ritmo que años atrás pero tampoco cae, por lo que la recesión actual será más prolongada que la de 2001.
De acuerdo al análisis de marras, la economía mundial continuará expandiéndose de la mano de los países emergentes, en particular India y China, y de los Estados Unidos.
A su vez, se asegura que el comercio mundial también se expande, pero a menor ritmo debido a un mayor proteccionismo y al incremento de la tasa de interés internacional, que ha determinado menores flujos de capitales hacia emergentes.
Las luces amarillas se encienden respecto a los altos niveles de deuda que detentan los países, luces que podrían pasar a naranja, si la tasa de interés sigue en alza, algo que la Reserva Federal estadounidense ha descartado por ahora, dice el texto.
Latinoamérica también crece, pero a un ritmo más bajo que el total emergente y en el caso de Brasil, los auspicios de mejora que había meses atrás, se están diluyendo a medida que se conocen las políticas adoptadas por el presidente Jair Bolsonaro.
"Mala noticia para la Argentina. En resumen, no existe ninguna crisis internacional ni actual ni a la vista como para ser la causa principal de la mala performance económica a partir de fines de 2017", sostiene el estudio.
Respecto a la Argentina, dice el análisis que la recesión actual "será la más prolongada de este siglo" y las probabilidades de rebote podrían venir sólo de la mano del subsector cereales y oleaginosas (no de todo el sector agropecuario), actividad cuya generación de empleo es baja.
La política monetaria y cambiaria puesta en práctica a partir de la llegada del tercer presidente del Banco Central en tres años –Guido Sandleris- afectó fuertemente la economía real dejando por el camino miles de trabajadores despedidos y cientos de empresas de todo sector y tamaño (pymes, grandes nacionales o transnacionales) que han cerrado o están al borde del precipicio.
La fragilidad financiera externa -añade el análisis- a causa del inusitado incremento de la deuda externa que realizó Cambiemos a partir de 2016 (sin ninguna aplicación a la generación de divisas para el repago) y de la imposibilidad de conseguir dólares del mercado voluntario a partir de enero de 2018, determinó el haber recurrido al auxilio del FMI.
"Argentina lidera por mucho el índice Riesgo País entre los mercados emergentes, con incertidumbre creciente sobre la capacidad de hacer frente a los pagos de la deuda externa. Desde agosto 2018, la moneda acumula una caída del 50%, 5 veces mayor al promedio de los emergentes (8% promedio)", dice.
En ese sentido, culmina: "Sin una economía mundial que se nos cayó encima como afirma el presidente Mauricio Macri, no caben dudas que la crisis actual ha sido autoinfligida por Cambiemos –sobreendeudamiento, desconocimiento de los rudimentos macroeconómicos básicos y desmanejo de la política económica-".