“La prensa es la artillería de la libertad” Hans Christian Andersen.
Existe un abanico de razones que han llevado al precandidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, a tener una visión negativa por parte de una mayoría de la ciudadanía argentina, sin embargo, según la subjetividad de quien escribe estas líneas, la más reprochable es la que refiere a la mala relación que posee para con el periodismo.
Es dable destacar que aquel que se dedica a la prensa tiene la responsabilidad de divisar lo que no está a la vista. Investigar y redactar artículos que dejen ver las irregularidades de los funcionarios públicos, los cuales, eventualmente, pueden terminar en sede judicial.
El hombre de prensa que se dedica a la investigación, tiene la pericia de aportar información en la Justicia para agregar mayor peso a puntuales causas que pesan sobre aquellos que manejan la Republica y muchas veces termina poniendo en juego su propia vida en pos del constitucionalismo y la transparencia en aquello que se denomina “cosa pública”.
No obstante ello, el afamado ex jefe de Gabinete del kirchnerismo, supo tener una retahíla de encontronazos con la prensa, llegando al punto de manifestarle “cuidado con lo que va a decir, se puede arrepentir mañana” al periodista Joaquín Morales Solá.
Lo más paradójico es que en la misma entrevista, Alberto Fernández se jacta de conocerlo desde hace muchos años al conductor de “Desde el Llano”. En ese sentido es necesario inquirir: Si amenaza a un conocido, durante la campaña electoral, ¿Qué hará con la prensa en general una vez posado sobre el sillón de Rivadavia?
Alberto Fernández manifiesta que durante su ejercicio en la jefatura de Gabinete fue el encargado de defender el periodismo, e incluso asevera haber estado de su lado. Ello es totalmente falaz, es una de las tantas mentiras que se han ido revelando durante estas últimas semanas en el marco de una campaña de inusitada volatilidad.
Tribuna de Periodistas ha sido un medio asaz presionado por el precandidato a presidente, “te puedo hacer mierda” solía mencionar en aquella época en la que desde este portal se publicaban investigaciones que dejaban al descubierto la corrupción del Gobierno de Néstor Kirchner y los primeros años del de Cristina Fernández.
¿Por qué haría un cambio ahora? ¿Quién podría creer que defendería la libertad de prensa luego de tener una actitud tan errática e intolerante hacia el periodismo?
Sin la libertad de la prensa no existe transparencia, es que, como bien dijo en su momento el novelista Albert Camus “una prensa libre puede ser buena o ser mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”.