Este sábado, Cristina Kirchner estuvo en Mendoza presentando su libro “Sinceramente”. En realidad, fue una excusa para hacer campaña política, como viene haciendo en todas las provincias.
De lo que menos habla es de su libro. Solo se refiere a la política y a criticar a los candidatos del macrismo, sin vacilar en decir las barbaridades más increíbles.
Por ejemplo, la expresidenta dijo que la Argentina está "igual que Venezuela con la comida". Con una mano en el corazón, ¿se puede comparar la situación entre ambos países?
Cristina aseguró que "si esto sigue cuatro años más no van a quedar ni pasas de uva" y agregó: "Que la gente no pueda comer en un país como Argentina es maltrato. No estamos en África o en algún páramo del desierto donde no hay nadie. Somos un país que producimos alimentos para 400 millones de personas". Como si durante su gobierno no hubiera habido crisis y altas tasas de pobreza.
La senadora nacional aprovechó la polémica por su frase sobre las marcas "pindonga" y "cuchiflito" para hacer hincapié en la temática de los alimentos y los "productos que escasean", según dijo, en el programa "Precios Esenciales" del Gobierno.
"Salieron todos a hacer una defensa de no se sabe qué cosa. Porque la verdad es que cuando uno ve que gente que puede pagar una buena leche sale a defender que los demás tengan que contentarse con algo que no sea leche, es muy egoísta", disparó.
En este sentido, preguntó retóricamente si "los hijos del Presidente (Mauricio Macri) y de la gobernadora (bonaerense, María Eugenia Vidal) toman leche que no es leche".
Además, sostuvo que el Gobierno "recicló" el programa "Precios Cuidados" de su gestión con el nombre "Precios Esenciales" y, con ironía, señaló: "Será por eso que decía El Principito, que lo esencial es invisible a los ojos. Todo con esta gente es invisible, hasta la comida".
En el mismo tono, mientras mostraba un artículo periodístico para comparar los precios de la tapa de asado del programa implementado por su gestión y los del Gobierno de Mauricio Macri, lanzó: "¿Se acuerdan del asado?". ¿Recordará Cristina que durante su gobierno hubo una gran franja de carenciados que tampoco podían comer asado, justamente aquellos que vivían en las zonas más “peronistas” del conurbano como La Matanza?
Al referirse a las expectativas frente al proceso electoral, la postulante a la Vicepresidencia afirmó: "Tengo mucha esperanza, porque creo que las sociedades no se suicidan. No imagino cuatro años más con estas políticas". Lo dijo quien dejó una bomba de tiempo en la Casa Rosada, con un déficit fiscal de 7,2 puntos del PBI, el más alto desde 1982. Muchos tal vez no lo recuerden, pero en el primer semestre de 2015 la entonces presidenta aumentó un 243,3% con relación al mismo período de 2014. Así lo indica un informe de la Auditoria General de la Nación.
Por otro lado, Cristina no dejó de pegarles a los medios de comunicación, a los que acusó de haber impulsado una "campaña pica sesos de los medios de comunicación". Gran error de la exmandataria. Lo que hacemos los medios es reflejar lo que hacen los funcionarios públicos. Si le molesta que uno publique sus desaciertos, pues que no los cometan.
Casi al final, Cristina dijo: "Nos queremos ser todos proletarios, queremos volver a tener movilidad social ascendente. Si naces en una familia pobre, poder aspirar a ser un profesional. Es simple, no pedimos demasiado". ¿Recordará que ella misma chocó la economía, que dejó de crecer desde 2008, siendo ella presidenta hasta 2015?
Finalmente dijo: “Hay que devolverle a la gente una Argentina posible y mejor". ¿Será mejor el país que ella gobernaba, donde éramos perseguidos por hacer nuestro trabajo de periodistas, donde se escondían las estadísticas, no solo del Indec sino también de la inseguridad? ¿Un país donde un narcotraficante llegó a ser jefe de Gabinete de la Nación?
Fuimos uno de los 5 medios de comunicación más perseguidos por ella y su marido, con informes en 678, Duro de Domar, revista 23, Página/12 y otros canales otrora oficialistas. Solo por contar lo que ocurría en esos años. Ese país no es mejor, es un error de Cristina creer algo semejante. Alguien se lo tendría que recordar.