Existe un dicho popular que reza: "El sentido común es el menos común de los sentidos" y, en honor a la verdad, muchas veces es así; el sentido común, en ocasiones, falla.
Veamos, en primer lugar, que es aplicar el sentido común. La aplicación del sentido común no es más que interpretar lo que nos dice el común denominador de las personas.
Por supuesto, no existe ninguna forma de comprobar empíricamente lo que piensan, en promedio, cada individuo; y además no estamos tratando una ciencia exacta, pero si podemos encontrar una respuesta satisfactoria aplicando la lógica, que según la Real Academia Española significa: “Todo aquello que es consecuencia de lo natural y legítimo”.
Un tiempo atrás leí, no recuerdo dónde, una excelente descripción socio cultural argentina en solo siete palabras: "El subdesarrollo argentino es, ante todo, cultural".
Es, precisamente, nuestro subdesarrollo cultural lo que nos lleva a que fallemos en nuestro sentido común, lo que desemboca en nuestra crisis de valores y el deterioro social en el que estamos inmersos.
Permanentemente vemos que, desde hace años, cualquiera puede hacer lo que se le ocurra, desde cortar una ruta o un puente hasta tomar una escuela, con el agravante de que cuando se quiere restablecer el orden, algunos sectores de la sociedad, organizaciones sociales, partidos de izquierda e incluso una parte del periodismo se quejan por "la brutal represión".
Entonces, ¿qué hacemos? ¿Es normal que cualquiera tire una manta en una vereda y venda productos de dudosa procedencia, o que un trapito quiera cobrarnos por estacionar el auto, o que manifestantes que en realidad son extorsionadores profesionales paralicen media ciudad? Cito estos tres casos, que son los más livianos solo a modo de ejemplo.
Hay veces en que la simple descripción de los hechos nos exime de dar explicaciones.
El saqueo material que hizo el kirchnerismo, fue criminal. Pero el daño que causaron en ese sector de la sociedad, el odio que engendraron, costará décadas erradicar. Mientras tanto, con las fortunas que robaron todavía siguen comprando voluntades y siguen mintiendo, para poder seguir robando y negando todo lo anterior.