¿Qué significa cerrar la grieta? ¿Bajar los decibeles de la discusión ideológica? ¿Evitar todo tipo de insultos y descalificaciones? ¿Buscar consensos mínimos y administrar con racionalidad los disensos? En eso estoy de acuerdo. Ninguna familia, ninguna empresa o país puede crecer sin cohesión.
Para desarrollar con inclusión y en forma igualitaria a la Argentina, necesitamos tirar todos para un mismo lado y no ventear la energía en peleas fraticidas. En eso estoy de acuerdo. Son necesarios los acuerdos de estado. Pero no todos pueden participar de ese proceso de reparación de las heridas. La condición previa es que queden afuera los corruptos y los golpistas.
El cierre de la grieta no puede hacerse sobre la base de la impunidad. No se puede hacer borrón y cuenta nueva sobre los que cometieron graves delitos. Eso sería edificar la realidad sobre pilares de barro. Eso sería un engaño para que una vez más no haya juicio, castigo y condena para los ladrones de estado y los autoritarios que no respetan la ley ni la Constitución. ¿Se entiende?
Le doy un ejemplo bien de actualidad. Yo no quiero cerrar ninguna grieta con Julio de Vido, por ejemplo. No tengo nada que hablar con un delincuente que fue el ministro de Planificación de Coimas, Lavados y afines del cártel de los Pingüinos. De Vido y los corruptos y golpistas no pueden tener en la mesa un lugar junto a los dirigentes honrados y los que proponen una democracia republicana.
Cerrar la grieta con De Vido es igual a impunidad y a libertad para robar y enriquecerse ilícitamente. La señal sería nefasta para la sociedad. Si no hay premios ni castigos no hay país posible. Tengo cientos de ejemplos semejantes. Lo pongo a Julio de Vido porque justo está en el centro de la información por varios motivos.
Primero, porque el juez Luis Rodríguez resolvió elevar a juicio oral y público la causa más turbia del ex ministro más turbio. Don Julio y su banda robaron más de 176 millones de pesos. Igual que en otras estafas utilizaron a las universidades y fundaciones para evitar licitaciones y hacer contrataciones directas con sobreprecios y delitos. En este caso es la regional Santa Cruz de la Universidad Tecnológica Nacional.
Se llevaron parte del dinero de todos que era para poner en valor la mina de Río Turbio en Santa Cruz. En la puerta de la empresa, hay una estatua de Néstor Kirchner con los brazos abiertos que a esta altura es un símbolo de la bienvenida que le dieron a los malandras que se llevaron la plata en miles de valijas.
De Vido está preso hace más de dos años por esta causa que es un manual básico de corrupción. Hace unos días la Cámara Federal rechazó su pedido de pasar a detención domiciliaria en la mansión berlusconiana que tiene en Zárate.
Primero porque recién cumple los 70 años el 26 de diciembre y segundo porque los informes de los médicos de la cárcel de Marcos Paz dicen que sus enfermedades y dolencias pueden ser perfectamente atendidas en la prisión. De Vido piensa lo contrario, por supuesto.
Estaba esperando que la evaluación del Cuerpo Médico Forense fuera favorable por su diabetes insulinodependiente, hipertensión arterial y una enfermedad vascular coronaria que dice que lo aqueja. Pero esta mañana, en forma sorpresiva, Don Julio desistió del beneficio de pedir la continuidad de su prisión en su domicilio.
Presentó una carta muy dura contra el juez Claudio Bonadio porque, según su comunicado “ordenó un estudio de manera compulsiva, sin respeto por la dignidad humana y sin que estuvieran sus peritos”. De Vido no aporta pruebas pero asegura que fue sometido a un trato: “inhumano, cruel y degradante”.
Hay que recordar que De Vido se presentó como primer candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires en la lista del fascista Santiago Cúneo y sacó apenas 20.200 votos, algo asi como el 0,20% del padrón. Un fracaso y un papelón que habla del rechazo que provocan estas figuras.
Con ese señor no hay grieta que cerrar. Hay que cerrar bien las puertas del calabozo para que no salga y pague por sus delitos. Porque De Vido fue el responsable de crímenes de lesa indignidad. El autor material. Pero está claro que la autora ideológica fue Cristina.
Fue tanto el océano de dólares sucios que robaron que alcanzó para todos y todas. De Vido robó para él y su familia. De Vido robó para la corona de la Reina Cristina y sus compañeros de celda, también robaron. La relación entre Cristina y don Julio nunca fue buena. Se despreciaban mutuamente. Pero eran socios en los negociados y las trampas.
En su momento, don Julio quiso renunciar y Cristina, como una madrina de la mafia le dijo: “De acá solamente te vas preso o con los pies para adelante”. ¿Se entiende, no? Yo Cristina te hago meter en cana o te hago matar. No anduvo con vueltas la exitosa abogada que nunca ganó un juicio y lo perdió varias veces.
Cristina todavía no emitió una palabra, un sonido gutural, ni un emoticón, ni un tuit por De Vido. Los diputados camporistas lo dejaron solo y ni siquiera bajaron al recinto en aquel día aciago para el arquitecto del sistema de corrupción. Por eso De Vido perdió en su momento la votación para desaforarlo 176 a cero.
Eso don Julio no se lo olvida jamás en su vida. Y Lali, su esposa hace responsable de eso a Cristina de la cual fue muy amiga. Tal vez por eso, Cristina dijo que no pone las manos en el fuego por De Vido. Pero de nada vale que corra, el incendio va con ella.
Le recuerdo que el ex superministro del matrimonio Kirchner fue condenado a 5 años y 8 meses de prisión en el juicio por el siniestro de estación Once. Es la primera condena efectiva que se le aplica a quien, además, se lo inhabilitó a perpetuidad para ejercer cargos públicos.
De Vido escuchó la sentencia desde la cárcel. En su delirio mentiroso, el gerente general del cártel de la corrupción K aseguró que sufre “una perversa persecución política, mediática y judicial”.
A los K no les tembló la mano en embarrar de actitudes mafiosas aun los símbolos más sagrados como pueden ser los pañuelos blancos de las Madres de Plaza de Mayo o los claustros universitarios.
De hecho, entre la decena de causas que De Vido tiene en la justicia está la estafa de la Fundación Sueños Compartidos que fueron más pesadillas que otra cosa para que Sergio Schoklender, Abel Fatala y Hebe de Bonafini tengan que explicar lo inexplicable ante los tribunales. No fue magia, fue mafia e impunidad kirchnerista.
Pero conviene recordar otras causas que nunca hay que olvidar: Gasoductos Odebrecht, Gas Natural comprimido, Renegociación de contratos ferroviarios, Subsidios a colectivos, Direccionamiento de la obra pública a su compañero de prisión: Lázaro Báez, Compra de trenes chatarra.
Y la última causa que es directamente alucinante por el nivel de impunidad que sentían. Escuche bien: don Julio, con su firma le pagó 70 millones de dólares a una empresa por la construcción de un gasoducto. Lo escandaloso es que del gasoducto no hay ni un ladrillo construido y que ese pago, repito de 70 millones de dólares, lo autorizó 8 días antes de irse del poder. Perdió la chaveta, la vergüenza y se quedó sin estómago.
Ocho días antes de dejar el gobierno le regaló 70 millones de dólares a una empresa de Santa Cruz. ¿Qué me cuenta? El contrato total era por 218 millones de dólares y se hizo sin licitación, ni auditorias, pero con sobreprecios y la obra nunca comenzó. Además ese contrato se firmó en 24 horas, dicen que es el que más rápido se firmó en la historia.
Estos muchachos de Cristina no dejaron delito por cometer. Fueron el gobierno más corrupto de la historia democrática. Muchos artistas, defensores de los derechos humanos y universidades, lamentablemente, fueron utilizados como partícipes necesarios de varias estafas de este tipo.
Algunos se dieron cuenta a tiempo y se eyectaron. Pero otros hoy siguen levantando las banderas de Cristina porque sueñan con convertir a la Argentina en la Venezuela chavista. Esa sería una novela negra, negra y sucia como la plata que robaron y lavaron con De Vido corrupción.
Con esos corruptos y golpistas no hay acuerdo posible. Solo que se sometan a la justicia. Eso es lo que corresponde. Con De Vido y los cientos de De Vidos que hubo en más de 12 años de cristinato, no quiero cerrar ninguna grieta. Nos separa un abismo de honradez y ética republicana. Todavía tengo esperanzas de construir un país menos turbio y más transparente. ¿Podremos?