Pongámoslo bien en claro desde un principio. Pienso que hay dos formas de ambientalismo y de ambientalistas. Una la que representan los ambientalistas no-ideologizados tradicionales y por otro lado los ambientalistas ideologizados, radicalizados. Su motivación central es poder aplicar sus ideologías anti-sistema. Para ellos lo más importante es el término que acompaña al concepto de ambientalismo. Ellos pueden ser anarquistas, socialistas, progresistas, ecofeministas, anti capitalistas, miembros de partidos verdes, ecosocialistas, primitivistas, tribalistas, marxistas, anti patriarcales, etc. etc.. Son simplemente rebeldes en busca de una causa “social”, y algunos de estos grupos politizados, marxistas, acuden a la violencia y llevan rasgos netamente fascistas. La diversidad de ideologías en esto ambientalismo ideologizado es tan grande como lo es ideológicamente diversa la sociedad moderna; la mayoría de ellos creen ser dueños de la verdad, los únicos correctos y todos son críticos severos de todos los demás. Rasgos fascistas que hacen un diálogo constructivo muy difícil, incluso en el marco familiar. Para los ambientalistas ideologizados los problemas ambientales son manifestaciones de cuestiones políticas, sociales, filosóficas, económicas, culturales y no pueden ser resueltos sin la realización de cambios radicales, revolucionarios en la sociedad. Para ellos el capitalismo, el libre mercado, las actividades empresariales, son el verdadero problema, y hay que acabar con ellos. Uno de sus lemas es “cambiemos el sistema “.
El pensamiento de los ambientalistas no-ideologizados surge a fines del siglo 19 en los países desarrollados como una respuesta crítica a la revolución industrial, y llega a adquirir fuerza a partir de los años 70 del siglo pasado. La idea central de este concepto de ambientalismo se centra, aún hoy en día, en lo que llaman “nuestro futuro común”, que plasma el concepto de un desarrollo sostenible como un tipo de desarrollo que atienda las necesidades de la actual generación sin comprometer las posibilidades de las futuras generaciones para satisfacer sus necesidades. No está atado a ninguna ideología radical o revolucionaria, y por lo tanto enfrentado dramáticamente al ambientalismo ideologizado.
La hipocresía, la peligrosidad y la manipulación de medios de prensa y gobiernos con respecto a este dramático enfrentamiento se pone claramente en evidencia a cómo se trató y se trata mundialmente el caso de la tragedia de los incendios en la Amazonia brasileña. La progresía internacional socialista aún no pudo tragar el hecho que en el Brasil haya podido ganar democráticamente un gobierno de centro-derecha, derrotando a uno de sus Ídolos, a uno de los mitos por excelencia del llamado progresismo, el gran Lula, ahora preso por sus fechorías, su corrupción. Sufren aún más porque les falta el apoyo financiero y estratégico del capo di tutti capi, del Foro de San Pablo, que agrupa a los sátrapas de nuestro continente. El sufrimiento es aún mayor al tener que confrontar el hecho que el gobierno de Bolsonaro, a pesar de sus dificultades internas y externas y al carácter poco diplomático, tosco, provocador del presidente, esté anotando progresos para el país como lo son la lucha contra la violencia generalizada, la corrupción de la justicia, además de obtener buenos logros económicos.
Se trataba entonces de aprovechar la tragedia de los incendios forestales Amazónicos maliciosamente, para sus fines, en este caso destruir la imagen de Jair Bolsonaro y su gobierno, ignorando hechos y datos fundamentales para su real comprensión. Se cargaron las tintas sobre Bolsonaro para destruir su imagen internacional y se ignoró lo que sucede con la Amazonia boliviana, porque simplemente este país está gobernado por Evo Morales, que responde internacionalmente a la línea “progresista” de otros impresentables como Maduro, Ortega, Castro, etc.
Los incendios en la Amazonia brasileña afectan vastas zonas de la selva periódicamente en las épocas de las sequías del verano. Las que asolaron al Brasil este año son de una magnitud comparable a lo ocurrido en el año 2016 que, sin embargo, no suscitó una alarma internacional tan espectacular, como la que hemos presenciado. ¿Pero a qué se debe este cambio de actitud por parte de los ambientalistas ideologizados? Muy sencillo. En el año 2016 estaba al mando del Brasil Lula, el compinche corrupto de la progresía internacional, y ahora el presidente es Jair Bolsonaro, el odiado nuevo líder del centro derecha brasileño, un amigo del capitalismo y del libre mercado y presa fácil para movilizar el odio visceral anti-sistema de la feligresía progresista internacional. Se ignoran hechos fundamentales como por ejemplo que los satélites de la NASA indicaron que la actividad de incendios en todo el Amazonas, en lo que va del año, se mantiene dentro de los promedios de los últimos años. Consideremos también que en Brasil la agricultura ocupa tan sólo el 7 % de todo el territorio, mientras que en varios países europeos llega hasta el 70 %. El rico territorio de la Amazonia es compartido por varios países sudamericanos, y al Brasil le corresponde un 60 %, otra gran parte le corresponde a Bolivia, gobernada por Evo Morales, alumno del socialismo del siglo 21 de Chávez. Es increíble confirmar que no hubo mayor o casi ninguna crítica internacional acerca de los vastos incendios ocurridos en la Amazonia boliviana, que incluso se propagaron a las zonas limítrofes con Brasil. Nuevamente la explicación es bien sencilla; el dictador Morales cuenta con el apoyo y la simpatía de los círculos de la izquierda caviar internacional.
En Bolivia podemos muy bien hablar de un verdadero ecocidio del Amazonas, como lo afirma, con amplio conocimiento del tema, el abogado y politólogo boliviano, Carlos Sánchez Berzaín, director del Interamerican Institute for Democracy de Miami. En Bolivia se han visto devastadas por los incendios más de dos y medio millones de hectáreas de las selvas amazónicas. Esto equivale, de acuerdo a algunas estimaciones, a la deforestación de un área del tamaño de 204.000 canchas de fútbol. El cinismo de Morales relativo a los incendios es especialmente grave porque los ha incluso promovido con una ley, la Nr. 741, que ha permitido ampliar las plantaciones ilegales de coca. Es más en julio pasado aprobó el decreto supremo 3973, autorizando la quema controlada de bosques en los amazónicos departamentos de Santa Cruz y Beni, para ser utilizados para más plantaciones de coca. En Bolivia, de acuerdo a observaciones satelitales en la Amazonia, el número de focos de incendios aumentó en un 105% con respecto al año anterior, siendo el más alto de toda la región. Es así que Morales ha transformado a Bolivia prácticamente en un narcoestado. Todo esto importó un comino a quienes se escandalizaron clamorosamente por lo sucedido en la Amazonia brasileña.
Un capítulo aparte merece la increíble proliferación de ONG´s, principalmente extranjeras, que están actuando en los territorios amazónicos brasileños, sirviendo muchas veces a oscuras estrategias y no siempre en el interés de los países que los acogen. Según datos oficiales brasileños publicados por la agencia de noticias española EFE, tan sólo en el Brasil actúan unas 820.000 organizaciones no gubernamentales con diferentes fines. Por su parte el general Durval Nery, consejero del Centro Brasileño de Estudios Estratégicos del Ejército Brasileño (CEBRES), que comandó durante varios años un batallón de fuerzas especiales en la Amazonia, llega a cifras diferentes en sus estudios y habla de la presencia de 276.000 ONG´s extranjeras en el Brasil, 100.000 de ellas asentadas en la Amazonia. Muchas de ellas, como pudo comprobar, son simples pantallas para el lavado de dinero, tráfico de drogas, de armas y la extracción de metales y piedras preciosas, además de explotar la buena fe de las naciones indígenas que habitan la selva. Frente a este caos y para limitar la presencia e injerencia extranjera, Bolsonaro firmó un decreto ley para investigarlas y asegurarse que sus actividades estén de acuerdo con los lineamientos establecidos por el gobierno federal. Coordinador de esta nueva ley será el secretario de gobierno Carlos Santos Cruz, un general retirado del ejército con experiencia en temas amazónicos.
Otro factor importantísimo contra el que debe luchar el gobierno de Jair Bolsonaro, en búsqueda de mantener su independencia en la toma de decisiones referentes al Amazonas y terminar con la nefasta influencia hipócrita de tantas ONG s extranjeras, es la actuación del Papa Bergoglio que, como era de esperar, considerando que es cómplice de los sátrapas latinoamericanos, se ha enfrentado duramente al gobierno de Bolsonaro. Justamente en estos días de octubre, se realiza en Roma el llamado “Sínodo ecológico sobre el Amazonas”, organizado personalmente por el Papa, y coordinado por el cardenal carioca Claudio Hummes, un conocido religioso ultra progresista y muy cercano a Bergoglio. El Sínodo reúne a 185 cardenales, obispos y religiosos de todos los continentes, auditores, expertos elegidos por el Papa e invitados especiales, entre los cuales se encuentran varios caciques amazónicos. Se montó un gran show mediático con las coloridas vestimentas y las correspondientes plumas de los indígenas marchando en peregrinación por las calles del Vaticano. Interesante es destacar que entre los organizadores del Sínodo se encuentran los progresistas prelados latinoamericanos Madariaga, Pineda, Parra, que están siendo investigados por la justicia de sus países de origen por serios delitos de abusos sexuales y malversación de fondos de ayudas internacionales. Nada de esto importó al Papa que de esta forma demuestra el llamado “colapso moral” del Vaticano, que mencionó recientemente el Papa Benedicto XVI. Las críticas dentro de la propia iglesia católica contra la realización del Sínodo, no son pocas. Tanto el cardenal Walter Brandmueller, como el cardenal Burke, acérrimos enemigos de Bergoglio, en el plano eclesiástico como político, dieron a conocer un comunicado donde alertan que “el Sínodo viola las verdades reveladas por la fe católica, que podría traer la autodestrucción de la Iglesia y transformar el cuerpo místico de Cristo, en una especie de ONG secular con un papel ecológico – social – sicológico.”
Esta sería entonces otra ONG, esta vez papal, en contra del gobierno de Bolsonaro, buscando desprestigiarlo por razones ideológicas, ignorando la soberanía de un país y el deseo de poder desarrollarse y crecer, dentro de los parámetros de un respeto por la naturaleza, sin intervenciones colonialistas, mercantilistas, ideológicas, como hemos sufrido en siglos anteriores. Al gobierno de Bolsonaro le cabe la importante tarea de legislar y controlar no sólo las intromisiones de ONG´s globalistas ideologizadas, sino vigilar bien de cerca a ganaderos, agricultores y empresarios brasileños para que no invadan tierras selváticas. Al mismo tiempo tiene la significativa misión de conservar los territorios indígenas ayudando a que puedan desarrollarse aprovechando las innumerables riquezas de sus territorios para así poder salir de la pobreza, pero jamás permitir internacionalizar sus territorios que son parte soberana del Brasil.
El socialismo, el populismo, el progresismo, son por su inherente ideología, anti libre mercado, anti capitalistas, y jamás podrán solucionar el tema de la pobreza en nuestro continente. El número de habitantes del Brasil explotará inexorablemente en los próximos años y la mejor salvaguardia de los bosques amazónicos está en contar con gobiernos que abracen el sistema de libre mercado, al capitalismo humano, porque el mercantilismo y un socialismo al estilo de aquel llamado socialismo del siglo 21 representan pobreza con la subsecuente destrucción ambiental. Ese es el verdadero peligro ecológico que nos acecha. Pero esto poco importa a los hipócritas ambientalistas ideologizados que tenemos inexorablemente que enfrentar hoy en día.
Muchos postulan y divulgan que la principal causa de la violencia es el odio, están muy equivocados. La principal causa de la violencia, por lejos, es la identidad, la defensa de una identidad. Y por identidad me refiero exactamente a lo que los violentos entienden por identidad, o sea al conjunto de apariencias y supuestos valores a los que adhieren por hipocresía y por necesidad de sentir que son alguien o que no son menos que el resto. Cuando la existencia del otro se les vende como un ataque a su propia identidad, y siempre se la venden así, surge la violencia. Hay una caterva de nuevas identidades, todas de fácil adquisición, porque en general basta la simple autopercepción y declaración de adhesión. Toda identidad chatarra para consumo rápido, tiene como resultado violencia inmediata garantizada. Los diversos tipos de ambientalistas son parte de eso. Por ota parte el socialismo del siglo XXI también hace uso y abuso de la asignación de identidades, paranoia, defensa y violencia. Lo más notable es la incoherencia entre unos militantes y otros, y es notable porque muchos militan en ambos valores a la vez. Pero es indudable que el socialismo del siglo XXI no sólo tiene su base en el lumpenaje y en los supuestos excluidos sino principalmente en su explosión demográfica. El resultado de la explosión demográfica de marginales e incapaces de incluirse no puede ser otra que la destrucción de los recursos sea por descuido, sea por ocupación, sea por déficit y entrega incondicional para solventar emergencias auto gestionadas.
El ambientalismo es una de las falsas banderas arriadas por el marxismo actual, junto con la imposición coercitiva de la ideología de género..La izquierda radicalizada y pseudoprogresista hace uso y abuso de causas de una connotación indudablemente noble como son los derechos humanos y las cuestiones ambientales, con un sesgo evidente y malicioso, culpando al "neoliberalismo" de todos los males..Distinto es el accionar de otros grupos, entre los cuales cabe mencionar a la Renama, que fomenta una agricultura sin agroquímicos, y con experiencias que se están llevando a cabo con gran éxito en distintos municipios de las provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, extendièndose incluso fuera de nuestras fronteras..Se está forjando un cambio de paradigma dentro de un contexto capitalista, muy lejos del sesgo malintencionado impuesto por la cofradía marxista.
Cuanta ignorancia y falta de interses en investigar. El uso adecuado de los recursos es una responsabilidad asumida por todos los Estado democraticos del mundo congregados en la ONU. No es una ideologia o capricho, es en responsabilidad humana garantizar la sustentabilidad. Lo demas es politica partidaria. Y por favor "capitalismo humano"? Es una cargada?
Esto no tiene nada que ver con el marxismo que en todo caso tiene un rol residual y retórico en esta cuestión , los primeros en promover la teoría de la internacionalización del amazonas fueron los mismos estadounidenses, luego se sumaron los europeos con intereses propios. Incluso las primeras campañas de esterilización en comunidades amazónicas fueron impulsadas por ongs truchas al servicio de grandes empresas. Averigüen el rol de USAID en relación a esta cuestión...
TENES MENOS TIMMING QUE EL 2 DE FLANDRIA, LA MODA DEL AMAZONAS YA PASO, Y ESTE AÑO SOLO HUBO 70 MIL INCENDIOS. CUANDO EL PROMEDIO POR AÑO ES 100, MUCHA RED O GLOBO