Por estas horas, el mayor misterio de Chubut no es cuándo le pagarán a los empleados públicos ni cuándo se retomarán las clases, o cómo es que una de las provincias petroleras se transformó en la más endeudada del país. Hoy, la pregunta es cuántos días pasa de viaje el gobernador recientemente electo Mariano Arcioni.
Según el sitio Border pudo constatar, el principal avión de la flota con la que cuenta el gobernador Arcioni realizó 106 vuelos en los últimos meses, la gran mayoría entre mayo y julio, salvo un vuelo en septiembre.
De esos 106 vuelos, 22 tuvieron destino el aeropuerto de San Fernando, en la provincia de Buenos Aires, y otros 21 a Comodoro Rivadavia, la ciudad natal del gobernador.
Ese lapso coincide con la campaña electoral que llevó a Arcioni a consagrarse como gobernador, el 9 de junio pasado, luego de haber adelantado las PASO en abril, y también con el estallido de la crisis posterior.
El citado medio logró acceder a la planilla de vuelos del Hawker 400XP, matrícula LV-BEM, una aeronave provincial que tiene objeto de avión sanitario, pero en la práctica también es un jet ejecutivo.
Así, contrastando la información de los vuelos con organismos aeronáuticos, fuentes provinciales y nacionales, aeropuertos, pilotos y fuentes del sector se pudo reconstruir la traza de vuelos y contrastar la información con la agenda del gobernador y cómo lo usa para su campaña.
Así se desprende por ejemplo, que el 23 de mayo pasado Arcioni estaba en un acto en Gaiman inaugurando una obra de asfalto en el barrio Baraibar y posteaba una foto en su cuenta de Twitter a las 12.23. A las 17.57 el LV-BEM partía desde el aeropuerto de Trelew hacia Comodoro Rivadavia, donde arribaría 18.33. Y 16 minutos después, Arcioni tuiteaba sobre el acto de la inauguración del SUM de una escuela en Rada Tilly, una localidad a 12 kilómetros de Comodoro.
O que el 26 de junio, el LV-BEM partía desde Trelew a las 12.18 y arribaba en el aeropuerto de San Fernando a las 13.50. A las 17.45, Arcioni se mostraba en redes en un congreso del gremio La Bancaria, en Buenos Aires. Y a las 22,01 el avión emprendía el retorno de San Fernando a Trelew, a donde llegaría ya en la madrugada con 6 pasajeros a bordo.
La movilidad de Arcioni ya despertó reclamos de la oposición en la legislatura chubutense, donde se pidieron informes sobre los gastos en mantenimiento de las aeronaves y sobre el alquiler de jets, que desde su equipo niegan. Los pedidos, en su mayoría elaborados por el kirchnerismo que se oponía al fallecido gobernador Mario Das Neves ahora duermen en la burocracia con la reunificación peronista detrás de Fernández.
Otro dato llamativo es que, además de ser escribano -y haber creado sociedades para Lázaro Báez- el gobernador de Chubut es piloto matriculado. Figura con el legajo 52.042 en los registros de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y, si bien este año no registra movimientos en aeropuertos, Arcioni piloteó aeronaves durante su campaña electoral en al menos seis oportunidades.
Como piloto, Arcioni voló desde el aeroclub de Rawson cinco horas hacia El Bolsón. También fue a Esquel y a Comodoro Rivadavia, donde tardó casi lo mismo que yendo en auto. Utilizó avionetas pequeñas de seis plazas. Una de ellas fue un Piper PA-28 201 Arrow 4, matrícula LV-APP, que pertenece al aeroclub de Comodoro.
También se habría subido a otro Piper, un PA-32 Cherokee Six, propiedad de un médico amigo. Eufórico con la carrera electoral, Arcioni hasta se dejó filmar y se reía cuando lo trataban como “piloto de campaña”.
Cuando se habla de alquiler de jets privados, el ministro de Arcioni, Massoni dice que “no hubo confusión sino que quisieron generarla, que es otra cosa”. Se refiere a la reunión por el acto en Mendoza con Alberto Fernández y la candidata finalmente derrotada en la contienda por la gobernación, Anabel Fernández Sagasti. Como antes se había visto en Tucumán -y como se volvió a ver en La Pampa-, fueron varios los gobernadores peronistas que arribaron con sus aeronaves.
Arcioni fue de pasajero en un avión alquilado por su contacto más firme en el Frente de Todos, Sergio Massa, que se transformó en el político más adicto a los vuelos privados que dice que paga su partido, el Frente Renovador. Arcioni se subió con él a un jet que fue antes del financista K Ernesto Clarens.
Pero Arcioni ya había tenido un conflicto con otro vuelo privado. Fue a fines del año pasado, cuando lo retrataron bajando de madrugada del Mear Jet 45 matrícula LV-GOM en el aeropuerto de Esquel, que había extendido el horario para su arribo.
Buscando en el boletín oficial de Chubut, se puede ver que entre 2018 y lo que va de 2019, Arcioni hizo contratar al menos 17 vuelos de línea, en su gran mayoría para el tramo Trelew-Buenos Aires-Trelew y siempre acompañado de su secretario privado, Alejandro Sandilo.
Por los pasajes del gobernador y su asistente, el Gobierno chubutense pagó 506 mil pesos.
Pero fue el último fin de semana largo cuando al peronista que más dolores de cabeza le trae a Alberto Fernández dio la nota que le faltaba. Su escapada a Buenos Aires comenzó el viernes pasado con un vuelo en primera clase de Aerolíneas Argentinas, donde fue escrachado por una docente que lo siguió y filmó por todo Aeroparque -y a quien dijo querer identificar y sancionar-. Y continuó al ser descubierto un día después en el balcón del bar Piano Nobile, del exclusivo hotel Hyatt situado en el impactante Palacio Duhau, bebiendo una copa de Veuve Clicquot, un espumante de 9.500 pesos la botella.
Este jueves Arcioni volvió a viajar. Partió raudo hacia La Pampa, para celebrar el día de la lealtad peronista junto a los candidatos Alberto y Cristina Fernández de Kirchner, quienes intentaron ubicarlo al fondo de las fotos grupales y al margen de las otras. “Fue en su vehículo oficial”, sostuvo Massoni a Border.
Desde 2016 a hoy, el Gobierno de Chubut destinó 1.463.679 dólares y otros 2,8 millones de pesos para mantener al jet LV-BEM, sin considerar gastos de combustible ni personal y en base a los gastos publicados en el boletín oficial provincial. En ese tiempo Arcioni fue vice, provisorio y gobernador electo. Ante una gestión que no puede pagar sus aginaldos, es mucho hasta para salir volando.