En el discurso de asunción de Alberto Fernández ante la Asamblea Legislativa, el flamante presidente se refirió a la inmensa deuda externa contraída durante el gobierno de Mauricio Macri, enfatizando que “el país tiene la voluntad de pagar, pero carece de capacidad para hacerlo”. Sin embargo, añadió que “no hay pagos de deudas que se puedan sostener si el país no crece. Tan simple como esto: para poder pagar, hay que crecer”. Pero ¿qué piensan los argentinos acerca del pago de la deuda externa?
Para conocer el estado de la opinión pública respecto de este tema realizamos una encuesta junto a D´Alessio-Irol que refleja que para el 95% de los consultados su pago está fuera de cuestionamientos. Aunque existen diferencias acerca del momento adecuado para hacerlo: para un 45% se debe pagar siempre y para un 50% debe hacerse cuando las condiciones económicas de la Argentina sean favorables, creciendo al 81% entre electores del Frente de Todos. Por el contrario, el 85% de los que optaron por Juntos por el Cambio en octubre, prioriza las obligaciones con las entidades financieras por sobre la coyuntura (Datos pertenecientes a la medición realizada en forma online a 1014 encuestados, mayores de 18 años de todo el país, entre el 4 y el 5 de diciembre).
Si analizamos los resultados por edad, nivel socioeconómico y grado de escolaridad alcanzado, los menores de 45 años, con énfasis en el tramo más joven, hasta los 34 años; los de inferior nivel educativo y los sectores medios altos y bajos coinciden en demorar los pagos de la deuda hasta encontrar el momento propicio.
Los argentinos son conscientes de las desventajas que conlleva el incumplimiento de los pagos: para el 60% de los consultados, no hacerlo conlleva pocos beneficios y muchos costos. Entre el electorado de Juntos por el Cambio, este porcentaje se eleva al 93%. Quienes apoyan al Frente de Todos muestran una postura más mesurada, expresando el 61% que traerían algunos beneficios y algunos costos.
En cuanto a edad y nivel educativo, se registra total acuerdo sobre las inconveniencias que acarrearía no pagar la deuda externa, salvo en los sectores de nivel medio alto, que presentan una visión más moderada respecto al incumplimiento ya que el 55% opina que traerían algunos beneficios y algunos costos.
El pasado miércoles, en lo que fue su primera exposición ante la ciudadanía, el Ministro de Economía Martín Guzmán confirmó que una de sus prioridades es renegociar la deuda con los acreedores externos y que continuará sus conversaciones con el Fondo Monetario Internacional ya que el programa del Fondo “no funcionó y se cayó”, señalando, además, que la administración anterior dejó al país “en una situación de eventual default”.
Al respecto, según los datos de nuestro estudio, existe un amplio acuerdo entre la población acerca de la importancia de evitar ese default, superando la grieta: 8 de cada 10 votantes del Frente de Todos sostienen esta opinión, alcanzando la totalidad entre los de Juntos por el Cambio. Incluso la convicción acerca de la importancia de evitar el default atraviesa a todas las edades, los niveles educativos y socioeconómicos.
Si bien los argentinos están a favor de saldar las deudas, el 64% de los encuestados coincide en que bajo ninguna condición la deuda pública debe provocar un mayor ajuste fiscal por parte del Estado, en sintonía con lo expresado por Martin Guzmán en la conferencia de prensa: “en 2020 no se puede hacer más ajuste fiscal”.
Aquí también hay amplio consenso y no se encuentran diferencias significativas por edad, nivel educativo y socioeconómico. Aunque si tenemos en cuenta el voto en octubre pasado, el 91% de los votantes del Frente de Todos manifiestan su límite al rechazar un mayor ajuste fiscal, mientras que el 66% de los de Juntos por el Cambio estarían dispuestos a afrontarlo.
Finalmente, pedimos que se rankeen del 1 al 10 en qué deben asignarse los recursos del Estado, resultando como prioridad para el gasto público la Educación y la Cultura, en segundo lugar, la Salud y en el tercer puesto, las Jubilaciones y el asistencialismo social.
En cuarto lugar, aparece el Pago de la deuda pública, ocupando un lugar relevante en el imaginario de los ciudadanos, por encima de Defensa e inteligencia y de Servicios públicos, energía y transporte, en quinto y sexto puesto, respectivamente.
La seguridad y sistema penal queda relegada al séptimo lugar, seguida por Ciencia, técnica y medio ambiente. El penúltimo puesto tiene que ver con infraestructura, vivienda, urbanismo, agua potable y alcantarillado, quedando relegado al último lugar en que deberían gastarse los recursos del Estado, el Empleo público.