Tal como en la época K, La Cámpora vuelve a hacerse cargo del Correo Argentino. Es que el Gobierno designó a Vanesa Piesciorovsky como presidenta del directorio de la mayor empresa postal del país, en reemplazo de Luis Freixas Pinto.
Piesciorovsky es dirigente de La Cámpora y había ocupado la vicepresidencia durante la gestión de Cristina Fernández, cuando su titular era un hombre de Amado Boudou, pero era Piesciorovsky quien manejaba el poder y tomaba las decisiones en el Correo, según publica el colega Alejandro Alfie.
No es único caso donde el cristinismo ocupa empresas y organismos con cajas poderosas y gran alcance territorial, ocurre lo mismo con el PAMI, Aerolíneas Argentinas y ANSES, entre otros.
Hay que resaltar que el Correo tiene un presupuesto que ronda los $9.000 millones, emplea a 15.000 trabajadores y tiene 1.500 sucursales en todo el país. Y lo más importante: se encarga de toda la logística en las elecciones y de contratar a la empresa que realiza el escrutinio provisorio.
Pero no solo regresó Piesciorovsky al Correo, también retornó Camilo Baldini, quien fue director general en la gestión de Cristina Kirchner, y ahora será su nuevo CEO.
Eso sí, La Cámpora tuvo que ceder la vicepresidencia a Mónica Litza, que responde a Sergio Massa y protagonizó una comentada renuncia en los últimos días, ya que había asumido como secretaria de Empleo, en el Ministerio de Trabajo, pero duró poco más de dos semanas en ese cargo.
El tercer lugar del directorio quedó en manos de Horacio Pacheco. Esa designación fue pedida por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, en cuya área está el Correo.
Uno de los principales conflictos que tendrá la nueva gestión será la competencia con OCA, el mayor correo privado del país, que está en una quiebra con operación, pero que sigue respondiendo a Hugo Moyano.