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Qué es lo que hay que hacer para reimpulsar la energía en la Argentina

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Energía para el desarrollo: los desafíos de la hora actual
Energía para el desarrollo: los desafíos de la hora actual

Debiéndose superar lo más rápida y menos dolorosamente posible (para el castigado tejido socio económico nacional), la sumatoria de paralizaciones de obras sin fundamentos lógicos, inacciones intencionales y desaciertos culposos, perpetrados por el recientemente caducado tercer gobierno neoliberal de nuestra historia, los desafíos que se presentan son múltiples y acuciantes.

 

Si algo produjo el neoliberalismo macrista, fue el concepto –explicado muy bien por Federico Bernal del OETEC- de la pobreza energética; lo cual se perpetró vía tarifazos descomunales, deterioro acelerado del poder adquisitivo salarial, masiva desocupación en crecimiento geométrico, y la carencia casi total de inversiones imprescindibles y largamente postergadas.

Eso implica que forzaron el subconsumo a niveles de subdesarrollo profundo, pasando La Energía (en sus distintas formas) a ser servicios o insumos de lujo, en vez de su rol lógico de soportes del desarrollo y del bienestar, como sucede en países con criterio de grandeza y cuidado de su población. Claro que a la oligarquía, el bienestar del pueblo siempre le pareció “un despropósito” o “una mentira” (como lo dijo el gestor delincuencial González Fraga, referente de los economistas neoliberales).

Dentro de las múltiples urgencias o necesidades de corto plazo, que se vuelven de complejas soluciones ante la anemia financiera provocada por el absurdo y descomunal endeudamiento en divisas al cual sumieron a nuestro país, cabe definir las siguientes, sin que el orden escrito indique escala de prioridades.


En el Sector Eléctrico

Inversiones urgentes en Distribución; líneas de Media y Baja Tensión, cuyas falencias ocasionan recurrentes cortes de energía, en muchas jurisdicciones, y para prever incrementos de la demanda en todo el país. Son obras individuales de montos relativamente reducidos, pero dada la falta casi total de inversiones en cuatro años, la suma a construirse o repararse, sin duda es cuantiosa. Cada empresa provincial o concesionaria, debe establecer prioridades y definir magnitudes de inversiones. En los casos de las privadas, se debe delimitar responsables, pues en varios casos repartieron utilidades sin invertir casi nada.

En Transmisión; Alta Tensión, para cubrir el bache de cuatro años sin inversiones y para cubrir el previsible incremento de la demanda y evitar apagones o inconvenientes como el que dejó sin energía a casi toda Argentina y a regiones de países vecinos. El Sistema Interconectado Nacional, si bien llegó a todo el país continental en los doce años del anterior gobierno nacional heterodoxo, sin duda necesita ampliaciones, evaluando prioridades con criterio federal.

En Generación; es necesario diversificar ampliamente la Matriz Eléctrica, para disminuir la alta dependencia de los costosos combustibles fósiles, parte de cuyo consumo puede remplazarse por biocombustibles.

El reemplazo de hidrocarburos por biocombustibles, tendrá un doble efecto positivo. Por una parte, permitirá resurgir a la que fuera potente industria de biocombustibles, que llegó a ser una de las principales del mundo, y cayó en crisis –como tantos otros sectores- durante los últimos cuatro años neoliberales. Por otra parte, permitirá ahorrar petróleo y gas natural, incrementando las

estratégicas reservas y permitiendo mayores saldos exportables, con lo que se mejorará la Balanza Comercial, aportando divisas que hoy necesitamos imperiosamente.

La matriz de generación debe ser diversificada en base a tecnologías aptas para funcionar como Energías de Base, principalmente energía hidroeléctrica y nuclear; que son tecnologías probadas, seguras, de bajos costos reales por kWh; y cuyas concreciones además potenciarán los desarrollos tecnológicos e industriales nacionales, incluyendo sectores de tecnología de punta, como el nuclear.

Esas tecnologías, además de dar mayor confiabilidad al sistema eléctrico, permitirán ahorrar enormes volúmenes de hidrocarburos, lo cual no sucede con las “renovables” eólica y solar, que son dependientes del respaldo en caliente (o sea funcionando) de centrales térmicas para cubrir los baches de generación.

Sin duda es imperativo relanzar el Plan Nuclear, que había tenido formidable impulso desde 2006, multiplicando su presupuesto en 1.100 % y encarándose diversas inversiones de altos valores estratégicos.


Obras hidroeléctricas y nucleares a concretarse

Hay varias obras de grandes magnitudes e importancias estratégicas, que contaron con financiaciones blandas de China y Rusia, las cuales fueron paralizadas sin argumentos válidos, por el macrismo, siendo evidente que esas paralizaciones fueron consecuencias de las vinculaciones de ese gobierno con las petroleras anglosajonas y grupos locales vinculados a ellas y a la generación termoeléctrica.

Esas obras, algunas ya comenzadas y paralizadas con alevosía por los personeros neoliberales, son:

Las hidroeléctricas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en el Río Santa Cruz.

Atucha III, comenzada a fines del gobierno de CFK, con financiación china blanda (tasas bajas y amplios plazos de pagos), paralizada en forma rebuscada por Macri.

Dos grandes centrales nucleares más, con financiación china y rusa respectivamente, sobre las que se habían hecho estudios preliminares avanzados, todo paralizado por el neoliberalismo.

Terminar el proyecto piloto CAREM, abriendo el camino a las centrales nucleares modulares.

La Hidroeléctrica Chihuido I, necesaria no solo para generar sino también para proteger de grandes crecidas a Cerros Colorados, que contaba con financiación blanda rusa, fue paralizada por Macri, dando largas a tratativas innecesarias con Putin.

Además, otras obras muy postergadas, como las hidroeléctricas Añacuá, Corpus, Panambí, Garabí, e incluso el complejo Paraná Medio (que podría significar múltiples efectos positivos adicionales); todo esto sin excluir a otras.

En el contexto de diversificación de la matriz y la inversión con criterio geopolítico, terminar la Central Carbonífera de Río Turbio, paralizada faltando menos del 10 % de la obra.

En “energías renovables”, es imprescindible frenar la orgiástica implementación del tipo “al todo vale”, con la cual se promocionan a ultranza las costosas y muy poco efectivas energías solar y eólica. Las condiciones leoninas perjudiciales al Estado y a los usuarios (tarifas dolarizadas e indexadas, exenciones impositivas y otras facilidades prebendarias, prioridad para vender sin importar el precio, y la casi total ausencia de medidas concretas de fabricación nacional), son algunas de las abusivas ventajas concedidas, sin las cuales no podrían ser ni mínimamente competitivas.

Gasoductos para integrar a todo el territorio continental, es otra de las prioridades, siendo la deuda principal terminar el GasNEA, caprichosamente paralizado por el neoliberalismo macrista.

Incrementar las producciones de petróleo y gas natural, es otra de las prioridades imprescindibles. Es correcto el criterio de buscar maximizar la explotación de hidrocarburos no convencionales (Vaca Muerta), pero sin descuidar los yacimientos convencionales. Deberán analizarse posibles condiciones excesivamente favorables a los inversores, que con Aranguren y otros personeros de las hidrocarburíferas en el poder, seguramente se establecieron a discreción.

Las divisas resultantes, deben reinvertirse en Argentina, por amplios períodos de tiempo o en porcentajes mayoritarios de las mismas.

Para esas y otras actividades, el libertinaje establecido en los manejos de divisas, sin controles para remesarlas al exterior, alimentó las escandalosas fugas de divisas perpetradas en el precedente período de gobierno.

El precio uniforme en todo el país para los combustibles líquidos, que estuvo vigente hasta comenzados los años ’70, debe volver a ser Política de Estado. Los precios diferenciales y a criterio de las petroleras y estacioneros, refuerzan el centralismo económico que tanto daño nos hace.

Las tarifas no pueden manejarse dolarizadas ni considerando precios o costos internacionales. Los precios y tarifas de los energéticos, deben dejar de ser un cáncer para la economía y para el tejido social nacional.

Argentina debe salir de la encerrona neoliberal, por tercera vez perpetrada; para volver a la senda del desarrollo, buscando la grandeza nacional. Y el factor cultural es sin duda una de las claves al respecto, debiendo ponerse al descubierto y destruirse los nocivos dogmatismos neoliberales, que tanto daño hacen.

El tema no se agota.

 

4 comentarios Dejá tu comentario

  1. Todo muy lindo, salvo dos cosas, Macri no es ni fue neoliberal, algo que sólo existe en la mente afiebrada de los populistas latinoamericanos, y segundo, con que dinero va a poner usted toda esa cantidad monstruosa de obras en generación, transmisión y distribución, nuestro estado está quebrado por lo menos por un par de décadas y usted encima sueña con subsidiar las tarifas. Le recuero a usted, hombre del litoral, que la cleptocracia kirchnerista que nos azotó durante doce largos años a usted como mesopotámico y como al resto de los argentinos que no viven alrededor de CABA lo obligó a pagar tarifas eléctricas reales, mientras a mi como habitante del GBA me las regalaba, tan poca memoria puede tener, o sólo su odio de clases lo hace quedar tan en ridículo??????

  2. Termino de leer y cuando voy a contestar la nota Mara se me adelantó reafirmo EL NEOLIBERALISMO NO EXISTE, SE ES LIBERAL O NO. La Argentina esta INFESTADA DE SOCIALISMO POPULISTA, pero en la nota hay algo de verdad, las empresas energéticas JAMAS ni durante el Menemato, (donde se concesionarionh, no se privatizaron) De La Rúa, Duhalde y los 12 años de los Kirchner y los cuatro de Macri, NINGUNA, NINGUNA EXHIBIÓ LOS ANÁLISIS DE COSTOS. Ninguna perdió plata (sino tiraban las empresas arriba de la mesa y se iban) cobraban a dos puntas, con la factura una parte y por los subsidios (que no eran a los usuarios sino a las empresas) lo que restaba y como del otro lado del mostrador les indicaban "no hace falta que hagas las obras de ampliación, total los que te controlamos somos nosotros" y luego Macri dejó en parte, no en todo de subsidiarlas y vía tarifas compensó la quita de subsidios y las ganancias ahora fueron más abultadas (estan los balances que son públicos porque cotizan en bolsa). Cierto Mara, los del interior de la provincia de Bs. As. en mi caso, pagamos siempre lo que gastábamos, al igual que Córdoba y otras; al lado de Yaciretá, tienen la energía más cara del país, lo mismo en el Chocón. Las obras las pueden hacer, basta que resignen ganancias y las hagan, pero el Estado tiene que controlar las obras y ¿quién lo hará?

  3. ¿¡Corpus¡? ...,¿¡¡ Garaví¡¡?....,¿!!! Paraná Medio?!!! ..."es imprescindible frenar la orgiástica implementación del tipo “al todo vale”". ¡Líbrenos el creador!

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