El anticipo de liquidaciones de las exportaciones realizado en los días previos al cambio de gobierno, provocará una falta de divisas justo cuando comience el segundo trimestre.
La faltante de dólares se producirá en momentos en los cuales se autofijó el plazo de negociación con los acreedores y cuando se siente a dirimir sus diferencias con el Fondo Monetario Internacional.
Como quedó demostrado en el caso de la deuda bonaerense, la negociación con los acreedores externos será durísima.
En el caso del FMI y a pesar de la gestión de buenos oficios que llevó adelante el presidente Fernández en Europa, la relación con ese organismo multilateral será puesta a prueba una vez más.
Lo mejor que puede hacer el mandatario argentino es llamarse a silencio, mientras se negocia con el FMI.
Si bien Fernández cosechó apoyos en su gira europea, estos no fueron gratuitos. Por caso y a cambio de ese apoyo, los líderes europeos exigieron su compromiso de concretar rápidamente el acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea.
Pero aún falta mucho y el vital apoyo de los Estados Unidos, clave para lograr la refinanciación, aunque también faltan tres soportes claves: Japón, Canadá y los Países Bajos, tradicionalmente hostiles hacia los países con desorden fiscal.
Si se agudiza la escasez de divisas justo en el momento de la negociación por la deuda, los daños pueden ser muy importantes.