Hoy casi no se habla ni lee de otra cosa. Pero como sucedió con otras tragedias mundiales, este cuadro con visos surrealistas que es la pandemia, con todas sus secuelas, pasará. Y tal vez antes de lo pensado por muchos.
Este contexto caótico, está impactando como un mazazo sin previo aviso, que está haciendo tambalear muchas de las estructuras supuestamente intocables del Poder Mundial, con epicentro este en el algo difuso pero omnipresente Poder Financiero Transnacional.
Varios analistas de reconocida seriedad argumental, piensan que podemos estar inmersos a nivel global en una crisis peor que la de 2008; e incluso algunos creen que la actual, con los dos “cisnes negros” de la pandemia y la caída de los precios del petróleo, es el corolario de aquella crisis, para algunos nunca resuelta del todo, y agravada por el accionar corrosivo e irresponsable del mega poder financiero transnacional.
La pandemia (de dudoso origen, para varios analistas, que suponen un operativo de guerra virósica intencionalmente provocada), antes o después pasará; y si bien todos estamos ahora preocupados por el hoy y ahora, es obligación de estadistas patriotas analizar y tener listas las múltiples medidas que sin duda serán necesarias para enfrentar la nueva realidad económica y geopolítica que será consecuencia –deseada o no- de la pandemia.
Los hechos, con su contundencia irrefutable (pero ocultables por los amañados mercenarios de la comunicación), demuestran lo inviable, irracionalmente perverso y socialmente destructivo, del pensamiento político – económico predominante, el neoliberalismo ultra privatista, y peor aún su versión recargada, el “libertarismo” como doctrina que propugna una suerte de anarco capitalismo, una impiadosa ley de la selva del poder financiero sin límites ni pizca de solidaridad y amor al prójimo.
Las repetidas muletillas, que susurran o vociferan los voceros del establishment neoliberal, despotricando contra El Estado, alabando la supuesta “mayor eficiencia” del sector privado, las “soluciones a todo” que “el mercado ‘naturalmente’ produce y suministra”, y otras gruesas falsedades conceptuales similares, se cayeron a pedazos ante las contundentes evidencias que esta severísima crisis expone día a día.
Naciones con su Estado Nacional fuerte, presente y activo, han demostrado estar mucho mejor preparadas para superar la pandemia, o para impedir su propagación, disponiendo además de los sistemas sanitarios amplios, bien equipados y con acceso a todas sus respectivas poblaciones.
China es posiblemente el caso emblemático, que dispuso todo lo necesario con prontitud, y con la debida seriedad, logrando bajar la incidencia en tiempo muy breve. Pero no es el único caso de una nación con el Estado activo y presto para brindar soluciones en Salud Pública a toda su población, operando a la vez en forma enérgica para tratar de evitar mayor proliferación de la pandemia.
Rusia parece haber sellado sus extensísimas fronteras, para aislarse y evitar la propagación del Covid19.
Los tres países nórdicos (Suecia, Noruega y Finlandia), ni son mencionados, por lo que es posible que sus eficientes sistemas sanitarios, accesibles a todas sus poblaciones, haya actuado prestamente, sin excluir a nadie.
Casos aparte son los países “condenados” por sanciones unilaterales de EEUU y eventualmente sus socios cercanos, a los que se les niega la posibilidad de comprar insumos sanitarios esenciales; como fue denunciado públicamente por Irán, y como sucede desde hace mucho tiempo por Cuba y desde hace poco,
Venezuela, entre otros casos. Claro que Cuba en particular, parece estar dando lecciones internacionales de sanitarismo muy activo y eficiente; y verificar eso no significa en modo alguno ser “comunista” ni menos aun “subversivo”, como están en Argentina prestos a catalogar, los colonizados mentales del tipo de los proceseros {1} y similares, que ven “comunistas” hasta en la sopa.
En el otro extremo, de la improvisación inicial, de los escasos recursos sanitarios disponibles para toda la población (con sistemas privados, y pobres o muy poco extendidos sistemas sanitarios estatales), por lo que la atención médica es prohibitiva o muy poco accesible para mucho sectores de la población; en ese otro extremo están las naciones que hicieron gala del “eficientismo” privado que sus políticas neoliberales exaltaron. Naciones ricas como EEUU, Italia, España, Gran Bretaña, en menor medida Francia y otras, no evidenciaron tomar las debidas prevenciones en tiempo y forma; estando a la vez mucha gente con riesgo de vida severo, ante la ausencia o carencias del Estado en la Salud Pública.
Argentina se encuentra en una situación especial, pues cuatro años de neoliberalismo descarnado, afectaron seriamente a todo el sistema sanitario, desfinanciándolo (siendo el caso más patético el Instituto Malbrán), paralizando terminaciones de hospitales y centros de salud pública y gratuita, además de acciones miserables, como dejar vencer en la aduana lotes de vacuna y dejar arrumbados sin protección alguna, a valiosos equipos que hoy faltan.
Pese a la caótica situación heredada de cuatro años de desenfrenado neoliberalismo salvaje, hoy con el Estado presente y activo, todo parece indicar que nuestro hoy empobrecido país, es uno de los que mejor está procediendo en el mundo, para evitar en la medida posible, la difusión de la pandemia.
Y con la miserabilidad con la que procedieron siempre, los”dueños del poder”, esos que eufemísticamente en los últimos años se llamó “el círculo rojo”, están presionando por medio de sus voceros –los de los medios concentrados y sus repetidores al tanto por cuanto, con los mascarones de proa de “periodistas de renombre”- más trols y similares, para cortar cuanto antes la cuarentena.
Las muertes que puedan haber, no les interesan ni les conmueven, solo priorizan sus mezquindades habituales. Los 1.450 despidos de Techint del magnate Paolo Rocca, claramente se inscriben dentro de los aprietes al gobierno nacional, para que se subordine a sus mezquinas exigencias.
Son los mismos de las oligarquías tradicionales, más los de las oligarquías diversificadas, que aplaudieron el bombardeo a Plaza de Mayo, los fusilamientos y torturas desatados desde 1955, acentuados desde 1962 y llevados al paroxismo desde 1976. Son los que desde las sombras presionaron para que Cavallo, en pleno período golpista, estatice sus cuantiosas deudas en dólares, con las bayonetas custodiando que nadie reclame ante semejante tropelía. Son los que avalaron el neoliberalismo apátrida de los años ’90. Son los que apoyaron al macrismo para desguazar a Argentina,
No faltan colonizados mentales en grados profundos, sean “gente bien” del tipo “Barrio Norte” o similares (los hoy definidos como “chetoslovacos” {2] ) de sectores medio – altos, más un tropel de muy confusos de clases medias, medias bajas e incluso pobres; que en sus cegueras mentales y odios profundos, se jacten de jugarla de apoyos al neoliberalismo macrista, que tanto daño –más que evidente- perpetró. Son los mismos que denostando al Estado y burlándose de la evidente pandemia, en tropel viajaron al exterior… y luego rogaron que ese mismo Estado al que desprecian, se haga cargo de repatriarlos, en las aeronaves de la aerolínea de bandera, que desprecian y quieren ver privatizada.
La pandemia puso en evidencia que “el mercado” no soluciona nada, excepto los mezquinos intereses financieros de los poderosos. Y que “el mercado” no puede suplir al rol del Estado para cuidar y proteger a la nación toda, y a toda la población, sin marginaciones ni caprichosas exclusiones dictadas por racistas, clasistas, oligarcas ni proto oligarcas.
También es evidente que las naciones que practican diversas versiones de capitalismo de Estado, con Estados presentes y activos, no apegados a dogmatismos neoliberales, son los que más rápido y mejor actuaron, en defensa de sus respectivas poblaciones.
Claro está, que muchos muy confusos o colonizados mentales, siguen quejándose del “Estado opresor”, “tan opresor” que tiene poder para cerrar fronteras para protegerlos (pese a que los ”libertarios” se burlan de la soberanía); que les suministró un bien equipado y bien gestionado hospital de alta complejidad, en las cercanías, en el cual pudieron someterse a alguna compleja cirugía, o ser bien atendidos si la pandemia los afecta. O “tan opresor” que en muchos casos les permitió acceder a una buena vivienda propia, tener un buen trabajo, educación gratuita y de calidad para ellos y sus hijos, y un sistema sanitario presente y al alcance de todos, no solo de minorías excluyentes, como propugna el culto a la meritocracia egoísta, clasista y socialmente excluyente.
O un Estado “tan opresor” que en épocas de políticas económicas heterodoxas (no neoliberales), permitió a los empresarios “juntarla con pala” {3} gracias a los buenos salarios y altos índices de empleo, que estimularon el desarrollo económico y produjeron altos efectos multiplicadores en la economía nacional toda.
Pero a unos cuantos, el odio recargado no les deja razonar, ni se preocupan por conocer la realidad. Para ese tipo de gente, pensar por cuenta propia, les es un esfuerzo excesivo. Prefieren que otros lo hagan por ellos, y ni las evidencias que la pandemia pone al desnudo, les hacen pensar con coherencia.
(1) “Proceseros” es el mote aplicado a los partidarios, por lo general muy poco pensantes y de escasos razonamientos propios, partidarios del “proceso” cívico militar que perpetró el golpe de Estado neoliberal y oligárquico de 1976, en Argentina.
(2) “Chetoslovacos” es un neologismo lunfardo, que define a los “chetos” – expresión también lunfarda- que son los oligarcas o proto oligarcas aspiracionales, que se creen formar parte de un “país aparte”, cargado de clasismo y racismo implícito o explícito.
(3) “Juntarla con pala”, del lunfardo coloquial, equivalente a ganar mucha plata fácilmente.