Este jueves, el conductor Marcelo Tinelli estrenó la opción "broadcast" de Twitter, es decir, tuitear sin tener que exponserse las respuestas.
Y lo hizo con un polémico tuit: “Te escuchaban los teléfonos, te leían los mails, te apretaban con la AFIP. Tenían un aparato del Estado, que pagábamos nosotros, para perseguir a los que pensaban distinto o a los propios que pudieran descarriarse. #SiSePuede”.
Al contrario de lo que era Twitter hasta hace no mucho tiempo, se acabó el feedback, y la empresa trajo a una de las atmósferas más democráticas de Internet la lógica de los medios tradicionales: el poderoso habla y el resto escucha.
El estreno de Tinelli es preocupante por dos cuestiones. Una es que al no poder responderle al autor del tuit, la “respuesta” suele ser un retuit con comentario, es decir citándolo, por lo que el tuit original se masifica, gana visibilidad y termina beneficiándose.
Desde ahora responder a un insulto, mentira o información equivocada es sumarle retuits. Sin contar que ahora no podrá gestarse una conversación entre usuarios abajo del tuit inicial, ya que en cada RT con comentario esto se descentraliza.
La otra es que no permite el “fact checking” o “chequeo de hechos”. Una regla no escrita de Twitter es que cuando un famoso, político o poderoso tuitea algo y su tuit tiene muchas más respuestas que retuits es porque en algo la pifió.
No es infalible, pero solía ser funcionar como una especie de control popular... hasta ahora. Desde este jueves, la verdad la tiene el famoso.
Te escuchaban los teléfonos, te leían los mails, te apretaban con la AFIP. Tenían un aparato del Estado, que pagábamos nosotros, para perseguir a los que pensaban distinto o a los propios que pudieran descarriarse. #SiSePuede
— marcelo tinelli (@cuervotinelli) May 28, 2020