Marcelo Tinelli siempre es polémico. Haga lo que haga y diga lo que diga. Porque es un reflejo de lo que es el argentino promedio: canchero, charlatán y chanta.
Ese "espejo" incomoda, molesta, inquieta. Porque... ¿quién quiere que le digan que cuenta con esos disvalores?
Entonces, aparece el inevitable “acto reflejo”, aquel que despierta la verbalización del insulto y la descalificación. Y Tinelli es el candidato perfecto para oficiar de “chivo expiatorio”.
Este jueves, por caso, ello se disparó a raíz de un tuit en el cual el conductor de Showmatch aseguró que durante el gobierno de Mauricio Macri "te escuchaban los teléfonos, te leían los mails, te apretaban con la AFIP. Tenían un aparato del Estado, que pagábamos nosotros, para perseguir a los que pensaban distinto o a los propios que pudieran descarriarse”.
Ello provocó una catarata de furiosas respuestas en Twitter que “obligaron” a Tinelli a silenciar las respuestas a su propio tuit. El enojo de los tuiteros se basaba en una cuestión básica: ¿Se olvidó el otrora movilero de Juan Alberto Badía que el kirchnerismo hacía eso mismo, sin molestarse en disimularlo?
Ciertamente, lo hecho por los K no minimiza el eventual espionaje macrista, que ahora mismo investiga la Justicia, pero sí deja expuesta la hipocresía de Tinelli. ¿O acaso dónde vivía cuando existían los escraches de Cristina a los que criticaban a su gobierno? ¿O cuando los perseguía a través de la AFIP? ¿Dónde estaba cuando la expresidenta apretaba a los jueces a través del operador Javier Fernández? ¿Y cuando espiaba a propios y ajenos a través de Antonio Stiuso y Fernando Pocino, de la AFI?
Cuando omite este tipo de detalles, Tinelli denota la clase de persona que es. Ventajero y acomodaticio, siempre presto a recibir las prebendas dinerarias de los diferentes y sucesivos gobiernos. ¿O alguien necesita recordar cómo se abrazó sucesivamente con Menem, Néstor, De la Rúa, Scioli, Macri y Cristina? ¿No es esa acaso la mejor definición de “chanta”?
Si alguien abriga alguna duda respecto de la cualidad de persona que es Tinelli, solo debe ver el siguiente registro del BCRA, que refleja la enorme cantidad de cheques sin fondos que ha emitido, por más de 33 millones de pesos.
Muchos de ellos fueron entregados a exempleados de su propia productora, despedidos oportunamente sin causa. Ergo, se quedaron sin cobrar.
No debería sorprender: Tinelli es un tipo sin escrúpulos, que no dudó en asociarse a uno de los personajes más oscuros del mundo empresario y político, Cristóbal López, otrora testaferro de Néstor Kirchner.
Pero hay algo aún más sorprendente: en 2015, como reveló este jueves Tribuna de Periodistas, el polémico conductor fue a la Justicia y también denunció espionaje… pero por parte del kirchnerismo. Incluso lo tuiteó. “Mañana mis abogados presentan una denuncia en Comodoro Py, para que se investigue el caso”.
Mas allá de las bromas por el teléfono pinchado, mañana mis abogados presentan una denuncia en Comodoro Py, para que se investigue el caso.
— marcelo tinelli (@cuervotinelli) October 21, 2015
En esos mismos días, ridiculizaba a Cristina e incluso le dijo a su imitadora —Fátima Florez— que jamás volvería al poder —“¿Adónde van a volver?”, sostuvo— mientras todos reían. El siguiente video no deja mentir al respecto:
¿Qué pasó entre ese momento y ahora? ¿Por qué Tinelli pasó de la crítica más descarnada al elogio más obsecuente, sin término medio? ¿Lo habrán “carpeteado”, como dicen algunas malas lenguas?
¿Le habrán recordado sus vínculos con el grupo mexicano de entretenimientos CIE, relacionado con el narcotráfico de ese país, del cual siempre se sospechó que lavó dinero en Argentina?
Realmente no se entiende qué le pasó ni por qué cambió de un día para otro de opinión sobre los K. Lo que sí está claro es que sus acciones no son gratuitas: o hubo una presión o hubo una “compensación”.
Más temprano que tarde se sabrá.