Los espías estaban convencidos que varios políticos opositores recibían instrucciones directas desde el Vaticano. Y con esta presunción desplegaron las tareas de espionaje ilegal para ver hasta donde llegaba esa sospecha. Así comenzaron los seguimientos, las pinchaduras y las infiltraciones. Para tal fin, armaron “La Base 8”, una sede clandestina de inteligencia que funcionó en La Plata durante los cuatro años de la presidencia de Mauricio Macri.
La cueva de espías era un secreto a voces entre el círculo rojo bonaerense. Pero nadie logró, durante ese tiempo, determinar donde funcionaba exactamente. Ni siquiera los integrantes de la propia delegación oficial de la AFI en la ciudad platense.
Esta semana, en el expediente del juez federal Federico Villena, se va a empezar a cruzar información para ver qué relación existió entre la misteriosa “base 8” y la banda liderada por Alan Ruíz, el espía que fue detenido ayer. Según pudo saber A24.com, la sede clandestina funcionó en un viejo departamento ubicado sobre la diagonal 74 entre la Plaza Italia y la Plaza Moreno. Esa oficina funcionó en red con otras siete “cuevas” clandestinas que fueron armadas y desplegadas en territorio bonaerense durante la gestión de Gustavo Arribas.
El ex intendente de La Plata Pablo Bruera solicitó ser tenido como querellante la causa Villena luego de tomar contacto con las pruebas que dieron cuento del espionaje clandestino del que fue víctima. El dirigente pasó más de dos horas en el juzgado donde se le exhibió un pizarrón plagagado de datos obtenidos de los materiales recolectados por los investigadores. Allí pudo observar perplejo el mecanismo de relojería que funcionaba para espiarlo en la ciudad capital provincial.
“Los espías discutían mi relación con el obispo de Lomas Jorge Lugones, a quien querían seguir por su vinculación con el Papa”, le contó Bruera a A24.com, pero luego remarcó que Lugones es su tío y que los contactos frecuentes tenían que ver, entre otras cosas, con la relación familiar que los une. “Me crié con él”, agregó. El ex intendente solicitó ser tenido como querellante pero, además, le pidió al juez Villena que se investigue si esta banda de espías estaba relacionada con “La Base 8”.
Según los mensajes que obtuvo el juez Villena del teléfono del exagente de la AFI Leandro Araque, el actual diputado provincial del PRO Alex Campbell mantuvo reuniones y recibió información de dirigentes opositores y eclesiásticos. Todo con la intermediación de Susana Martinengo, exfuncionaria de la oficina de Documentación Presidencial. Una mujer con llegada directa a Mauricio Macri.
Entre los papers recoletados en los allanamientos y obtenidos de los celulares se hallaron tanto datos públicos como privados de Bruera y, también de Jorge y Luis Lugones, este último, hermano del obispo y un dirigente peronista con fuerte influencia en la ciudad de La Plata. Ambos son tíos de Bruera.
Según se desprende del expediente, al que tuvo acceso A24.com, el agente de la AFI que los siguió fue Emiliano Motta, un hombre poco experimentado en cuestiones de espionaje que estaría directamente ligada al armado y el funcionamiento de misteriosa “Base 8”.
Algunas de las maniobras “habrían consistido en obtener información, producir inteligencia y almacenar datos sobre personas por el hecho de su raza, fe religiosa, acciones privadas, opinión política, o de adhesión o pertenencia a organizaciones partidarias, sociales, sindicales, comunitarias, cooperativas, asistenciales, culturales o laborales, o por la actividad lícita que desarrollaran las víctimas, y/o con el objeto de influir en la situación institucional, política, social, económica, en la vida interna de los partidos políticos, en la opinión pública, en personas, en medios de difusión o asociaciones o agrupaciones".
Bruera quiere saber si los espías de la “Base 8” estuvieron ligados a un episodio policial sin resolución. En la madrugada del 26 de diciembre de 2018, la sede del Partido Justicialista de La Plata sufrió un atentado con una arma de fuego que impactó en el blindex de la entrada, sobre un afiche que reclamaba “navidad sin presos políticos”.