Este viernes, Ricardo Echegaray fue sobreseído en una causa judicial en la que se investigó su patrimonio y el de todo su círculo íntimo durante 16 años, desde 1998 a 2014.
Dos cosas deben decirse al respecto: primero, el que benefició al exjefe de la AFIP fue el “jubilado” juez Rodolfo Canicoba Corral; segundo, lo hizo porque la Oficina Anticorrupción se retiró como querellante.
En ese contexto, a los jueces de la Sala I de la Cámara Federal Leopoldo Bruglia, Pablo Bertuzzi y Mariano Llorens no les quedó más alternativa que sobreseer a Echegaray ya que no quedaba acusador alguno.
Se insiste: al desistimiento por parte de la OA que conduce Félix Crous, y sin que quedaran otras apelaciones vigentes al fallo de primera instancia, la Cámara Federal porteña dejó firme el fallo con el que Canicoba Corral había dispuesto el sobreseimiento de la Administración Federal de Ingresos Públicos.
Al desistir de la apelación, la OA sostuvo “que es política” de ese organismo durante la actual gestión “que el desempeño de la Oficina en los juicios penales, en cuanto querellante, se ejercerá de un modo excepcional y restrictivo, según criterios de oportunidad, mérito y conveniencia para cada caso”.
"Y en definitiva, con la totalidad de la prueba colectada (declaraciones juradas, escrituras públicas, informes de dominio, constancias de los registros públicos de diferentes provincias, movimientos bancarios, gastos de tarjetas de crédito, pólizas de seguro, etc.), la cantidad de años de investigación y la búsqueda de datos a través de los consumos y gastos perpetrados por el causante, nada se pudo concluir; lo que le genera al Suscripto la convicción de que no media elemento concreto alguno para cuestionar la situación patrimonial del causante", había escrito Canicoba Corral en febrero de 2020.
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