En cada tanda de entretiempo, se emitían “avances” del programa ultra oficialista “6 7 8”.
En la práctica, eran meras propagandas de varios minutos dirigidas por los máximos representantes del Frente para la Victoria.
Siempre se criticaba a los opositores y se elogiaba a los propios.
En una ocasión, se llegó a repetir más de 30 veces la represión de la policía santafesina contra hinchas de Belgrano de Córdoba que habían visitado el estadio de Newell`s Old Boys en Rosario.
El objetivo era claro: esmerilar la figura del gobernador socialista Hermes Binner, uno de los principales rivales opositores de CFK en las presidenciales de 2011.
Pero, el interés de los K y el grupo La Cámpora iba más allá de lo político.
Máximo Kirchner colocó en el FPT a un ex compañero suyo de colegio en Río Gallegos, Rafael Cuello.
Este alter ego del hijo de la presidenta ejercía un seguimiento puntilloso de los negocios que se generaban gracias a las transmisiones deportivas.
También, la agrupación juvenil creó una plataforma web para que todos pudieran seguir los partidos desde internet.
La cartelería tuvo una nueva forma de llegada a los fanáticos y los avisos no convencionales multiplicaron su efectividad.
En 2020, Máximo y los suyos están volviendo por sus fueros e intentan la resurrección del formato gratuito.
La excusa esgrimida se relacionó con la pandemia de coronavirus: como los fanáticos no pueden ir a los estadios, debería ser una política de Estado llevarles el show deportivo hasta sus hogares.
El Estado se ofrecería, una vez más, como solventador y mecenas de la actividad futbolística profesional.
Para buena parte de los clubes de primera división, el ingreso televisivo representa entre el 50 y hasta el 70% de su facturación mensual.
En 2020, se muestran, más que nunca, fundidos y suplicantes. Estàn “al salto por un bizcocho”.
¿Prohibirán una vez más el ingreso de los sponsors particulares para renovada y completa felicidad del Kartell?
Horacio D`Annunzio, el hombre clave
La relación de Raúl Jacinto Naya y Horacio D`annunzio con el diario Clarín y el negocio de la TV se remonta a principio de los años noventa.
Naya tenía por entonces una vasta trayectoria en el campo audiovisual del país.
Como el Grupo de Ernestina de Noble no contaba con licencias de cables en la Capital Federal y quería desembarcar con Multicanal en la Reina del Plata.
Raúl y D`annunzio les vendieron en 1992 la licencia de Video Cable Privado, una pequeña empresa familiar con apenas 3000 abonados.
Desde 1991, Naya fue el presidente de VCP, siendo los Directores Titulares: Horacio Enrique Arduh, Osvaldo Raúl Arias, y Horacio Alberto D'Annunzio. La sede social estaba ubicada en Avenida Córdoba 2036. En 2020, funciona allí la Casa de la provincia de Catamarca en CABA.
La nueva oferta de tv paga en manos de Clarìn, Multicanal, comenzaría a comprar cables en el interior (gracias al arbitrario manejo que hacía de los derechos del fútbol). Luego, el holding absorbió la mitad de VCC (1998) y finalmente, se quedó con su máximo competidor, Cablevisión, en 2006.
El decreto que creaba una suerte de monopolio en el sector fue firmado por el entonces presidente Néstor Kirchner, quién se llevaba de maravillas con el holding.
El monstruo con más de tres millones de abonados se había consolidado porque sus ingresos ya no llegaban desde el mercado publicitario sino de los bolsillos de las propias familias argentinas.
D`Annunzio y el caso Ciccone
Horacio Alberto D`annunzio mantuvo una importante relación de amistad y negocios con Nicolás Ciccone, otrora titular de la imprenta Ciccone Calcográfica.
Dannunzio fue nada menos que el contador y síndico de la empresa gráfica más controvertida de la historia argentina.
A pesar de haber recibido entre mediados de 2009 y fines de 2015 más de 20 millones de pesos en materia de publicidad oficial por parte de la Casa Rosada, VHS SPORTS S.A fue en 2013 denunciada por el propio Gobierno Nacional en medio del escándalo de la empresa que debió ser estatizada.
Se acusó al titular de VHS Sports de haber cometido maniobras de vaciamiento de la imprenta.
Concretamente, Horacio D´annunzio fue acusado por poseer una de las tres firmas responsables de haber acordado operaciones ilícitas, en pesos y en dólares, antes de la quiebra de Ciccone.
Las dos restantes fueron Bates Integrated Communications SA y la Cooperativa Mamakiya de Vivienda, Crédito y Consumo Limitada.
El fiscal federal que intervino en la causa, Federico Delgado, consideró que la figura decisiva en las operaciones ilegales fue justamente Horacio Alberto Dannunzio.
Según el funcionario judicial, las maniobras sospechadas pudieron ser "manejos destinadas a producir el vaciamiento de Ciccone Calcográfica y/o el ingreso al mercado financiero de dinero de origen ilícito".
Por las manos de tan cuestionado personaje pasaron durante seis años completos las publicidades no convencionales del Fútbol para Todos.
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