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Argentina, México y Brasil: no solo se negocia la vacuna de Oxford, se revelan concepciones diferentes de Estado

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¿Y la letra chica?
¿Y la letra chica?

¡Tenemos la vacuna de Oxford!… dicen en Argentina, México y Brasil Sin embargo el acuerdo para fabricarla es tan diferente que muestra la profunda diferencia a la hora de negociar entre los populismos y esos malditos gobiernos de derecha que supuestamente detestan al Estado. Veamos la diferencia, en dólares

 

Argentina y México anunciaron el 12 de agosto un acuerdo para fabricar de manera conjunta la vacuna de Oxford luego de un acuerdo con AstraZeneca, la empresa que desarrolla la más prometedora de las 128 vacunas que se presentaron contra el Covid19. Pero, siempre hay un pero.

El presidente argentino dijo el 12 de agosto que la vacuna iba a costar entre “3 o 4 dólares” y que iba a ser producida en Argentina por el laboratorio privado mAbxience del empresario Hugo Sigman y envasada en México por la empresa privada Liomont bajo el patrocinio de la Fundación Carlos Slim.

Brasil había anunciado en junio un acuerdo muy diferente con AstraZeneca. Pactó una inversión de 357 millones de dólares para producir la vacuna. Y estipuló que sería producida por el laboratorio BioMaguinhos, que pertenece a Fiocruz, institución del Ministerio de Salud

El Estado brasilero gastará 244 millones de dólares en patentes y trasferencia de conocimientos, 103 millones para preparar las instalaciones y otros 18 millones en “inversiones de absorción de tecnología”. Es decir, compra la fábrica y el know how. Y la exclusividad para abastecer a Brasil

Pero además se reservó el derecho para vender su producto en América Latina, lo que le permitirá competir con la iniciativa argentino-mexicana. Todo desde las instalaciones de BioMaguinhos en donde trabajan 1.700 personas. Su par argentina, mAbxience situada en la localidad bonaerense de Garín, emplea a 160 personas.

Brasil estableció un precio por dosis de U$S 2,3. En cambio, la vacuna argentino-mexicana costará “3 o 4 dólares”. Y Bolsonaro se apuró a negociar para llegar a la producción en enero. Su competidor llegará con suerte a marzo, según dijeron los presidentes de México y Argentina.

Es decir que habiendo arrancado la transacción con AstraZeneca en junio, Brasil avanzó en la transferencia de tecnología, la adecuación de instalaciones y pruebas de fase III sobre 9.000 individuos. Y puede vender en toda la región; Argentina y México no pueden hacerlo en Brasil.

Si hacemos números son 650 millones de latinoamericanos como mercado potencial para Brasil. Representa un negocio potencial de 1500 millones de dólares en total, del que se aseguró la provisión a sus 210 millones de ciudadanos. 483 millones de dólares, más que lo que invirtió.

Del otro lado, hay un mercado potencial de 440 millones de personas. Brasil invirtió 357 millones. Argentina y México, si venden al costo a 3 o 4 dólares por unidad y fabricarán entre 150 y 250 millones de dosis, tendrían que invertir entre 450 y 1.000 millones de dólares.

Para terminar, el acuerdo que firmó el estado brasilero con AsrtaZeneca amplía el horizonte de colaboración a otras enfermedades, incluyendo un desarrollo conjunto para una vacuna contra la malaria en el laboratorio de BioMaguinhos. Todo desde el Estado.

Contrariamente a lo que supone el prejuicio, recordemos lo que dijimos unos párrafos antes: el populismo eligió dos laboratorios privados, mAbxience en Argentina de Hugo Sigman, aportante de campaña del actual presidente y en México la empresa Liomont, perteneciente al grupo Anafam. En Brasil, eligieron Estado para afrontar la misma emergencia sanitaria.

Queda ver qué sucede si la vacuna de Oxford es aprobada. El estado brasilero parte con ventaja de tiempo, protegido de la competencia en su territorio y con un precio menor de entre 0,6 y 1,6 dólares. Y al final se quedará con la tecnología y un acuerdo a futuro con AstraZeneca. En paralelo, negocia acuerdos similares con Rusia y con China. Siempre desde la protección de los recursos bioindustriales estatales.

Se trata de concepciones diferentes del rol del Estado en cuestiones estratégicas en momentos clave de la historia de cada país. Solo resta decir que Bolsonaro debe esperar la ratificación del Congreso para el acuerdo. En Argentina y México no conocemos la letra chica del acuerdo

Los presidentes de Brasil, Argentina y México despiertan pasiones diferentes por sus estilos, decisiones y torpezas. Pero yendo más allá de lo pintoresco, la negociación por la vacuna de Oxford revela concepciones opuestas de país, una discusión mucho más importante. ¡Salud!

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Que paso con la primera oferta de los laboratorios Pfizer, que empezaba la vacunacion de voluntarios desde agosto. Alguien dando algun seguimiento? O es tambien otro negociado?

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