El “pescado podrido” que se ha intentado instalar sistemáticamente en los medios -y por momentos en la Justicia- ya tiene calificación en pasillos judiciales: obstrucción de justicia. “El accionar mediático y procesal buscó perjudicar y entorpecer el avance de la investigación”, describió una fuente judicial.
La responsabilidad de los actores se discutirá en tribunales, la de los medios repetidores de esas mentiras tendrán un juzgamiento exprés: el público. En definitiva, son los lectores, oyentes y televidentes, quienes evaluarán y juzgarán a los periodistas y medios en general por la cobertura del caso. Se puede confundir un tiempo, pero a la larga todos recordarán quienes informaron con la verdad y aportaron datos reales, para que cada uno pudiera sacar sus conclusiones, y quiénes desinformaron grosera e impunemente.
Este medio y uno de sus periodistas, Germán Sasso, fueron atacados, insultados y difamados por revelar pruebas de la causa. Está claro: no perdonan haber publicado el paso a paso del expediente judicial. Datos que al ver la luz desmoronan la única hipótesis mediática que debía permanecer: la desaparición forzada. Ante los aprietes e intentos de censura, desde LA BRÚJULA 24 se respondió (y se responderá) con información y señalando mentiras, como puede leerse en este artículo publicado hace dos semanas. Y esta edición no será la excepción.
La prueba objetiva
Los datos presentados a continuación son la clave para entender el caso y por qué la Justicia Federal tiene por descartada la participación de los policías. Hay testimonios relevantes y corroborados. Y hay datos objetivos como las geolocalizaciones, antenas de telefonía y lectoras de patentes, entre otros.
Según la tesis de la querella, Facundo fue secuestrado por dos policías -cuyas identidades nunca aportaron a la causa y que se movilizaban en un patrullero tampoco nunca identificado- en el kilómetro 776 de la Ruta 3, a unos tres mil metros del ingreso principal de Mayor Buratovich. El único “indicio” para sostener tal teoría es el relato de tres testigos que mencionaron haber visto a Facundo “acercarse” a un móvil policial entre las 15.20 y 15.30.
La investigación demostró que la realidad no fue esa.
Peritos de la Policía Federal reconstruyeron el recorrido de Facundo ese 30 de abril y el resultado fue claro: a la hora que los testigos de la querella afirman haberlo visto en Buratovich, el chico estaba en Origone.
No es un dato menor que el auto de los testigos, que dicen haber viajado a Bahía Blanca aquel día, no aparece egresando de Villarino, según demostraron las lectoras de patentes del control fitosanitario. Demoledor.
Pero vayamos a las pruebas que establecieron que Facundo arribó a Origone, lugar al que la querella repitió hasta el cansancio que nunca había llegado.
Por qué está probado que Facundo estaba en Origone el 30 de abril a las 15:30
Más allá del testimonio de la policía Flores que lo trasladó en un auto particular desde Buratovich hasta Origone, que para la Justicia es absolutamente creíble por la obtención de datos técnicos y objetivos, hay otros testigos que confirman el recorrido.
Un empleado rural y una estudiante declararon haber visto a un chico –de similares características a Facundo– sobre la ruta y en inmediaciones al ingreso a Origone. Ante esa situación, los testigos le dieron aviso a un empleado municipal con el fin de que éste le avisara a la policía.
El relato de las personas quedó probado por los registros de llamadas y por la ubicación de las mismas. A las 15.14 horas, según las antenas, hubo comunicación entre el peón rural y el empleado de la delegación municipal. En ese diálogo el trabajador rural le avisó sobre la presencia del chico.
Inmediatamente después, el empleado municipal le reportó sobre el hecho al único policía de turno en el pueblo: Alberto González. Esa comunicación, aunque la querella acuse al efectivo de mentir, también está corroborada por la tecnología.
Las antenas demuestran que –efectivamente– el empleado municipal llama a González dos minutos después de haber recibido la comunicación del trabajador rural. Esa llamada quedó registrada a las 15.16 horas.
González declaró que, tras el aviso, salió en su móvil en busca de esa persona que caminaba por la ruta. Los peritos chequearon la geolocalización (AVL) del patrullero y constataron que coinciden exactamente con los movimientos que el uniformado dijo haber realizado.
Veamos los datos.
-A las 15.16 González recibe el llamado de alerta por la presencia del chico (comprobado por antenas)
-A las 15.18 hs. (según el AVL) sale en su patrullero –identificado con el número 22788– desde destacamento de Origone.
-A las 15.27 se detiene en la Ruta 3 (kilómetro 749). Ahí estaba Facundo.
-A las 15.43 González toma una fotografía con su teléfono celular al carnet de conducir de Facundo para identificarlo (dato corroborado por la memoria del aparato que se le secuestró al policía). No lo infracciona por la violación de la cuarentena porque Facundo le dice que ya le habían labrado un acta por el mismo motivo en Buratovich.
-A las 15.45, siempre según el AVL agregado al expediente, vuelve a ponerse en marcha el patrullero y regresa a Origone. (15.51 se estaciona en el destacamento).
González declaró que cuando él estaba retirándose de la ruta, una vez finalizada la identificación, ve a Facundo subir a una camioneta oscura. En un principio se pensó que era una Oroch, luego se comprobó que era una Honda.
Esa camioneta Honda era conducida por la productora rural, la famosa testigo E.R.
Se estima, teniendo en cuenta que Facundo asciende a la camioneta de la mujer en el mismo momento en que el patrullero de González se pone en marcha para volver a Origone, que el horario fue a las 15.45 horas.
Además de la contundencia del relato de la empresaria, que nunca tuvo dudas de que se trataba de Facundo, y las circunstancias –relato espejo – de la testigo y el policía que ven sus vehículos entre sí, hay otro dato demoledor e inapelable: su camioneta pasa por el fitosanitario poco después.
A saber: a las 15.45 la camioneta Honda de la testigo estaba en el kilómetro 749 y a las 16.03 aparece transitando por el control fitosanitario (kilómetro 714). Es decir recorrió los 35 kilómetros de distancia entre esos dos puntos en 17 minutos, lo que equivale a viajar a una velocidad 117 km/h. Inobjetable.
Los horarios y los tiempos son piezas perfectas de un rompecabezas que reconstruyeron la verdad histórica y echaron por tierra –definitivamente– el planteo de “desaparición forzada”.
Qué pasó con Facundo
Descartada la desaparición forzada por los elementos determinantes que se acaban de enumerar, más otras decenas de pruebas, los investigadores sostienen que Facundo caminó hacia Bahía Blanca por las vías del tren. Esto es más que una conjetura: las evidencias que refuerzan la teoría son básicamente dos. La primera es el testimonio de la testigo clave que sostuvo haber dejado a Facundo en las vías del tren (a unos 19 kilómetros de dónde lo había subido).
La mujer declara que el joven le comentó que llegaría caminando a Cerri para evitar volver a tener problemas en el control del fitosanitario, luego de haber sido demorado en dos oportunidades. El segundo elemento, tan contundente como el primero, es que ya emprendiendo el camino por esas vías del viejo ferrocarril Roca, la antena que tomó las comunicaciones están radicadas en Bahía.
A las 16.06 ya hay un impacto de la línea telefónica de Facundo en la antena de Ingeniero White (Polo Petroquímico). Cuatro horas después, a las 20.21 hs, Facundo le contesta un mensaje a su amigo Juan Francisco Cardona: “Amigo estoy sin señal y batería, en un rato te llamo”.
Los restos humanos, que próximamente serán identificados y fueron hallados en los cangrejales, son próximos a las vías por las que Facundo caminó rumbo a Cerri. Por eso, la Justicia insistió –mucho antes de la aparición del esqueleto– en rastrillar y focalizar en ese sector.
Tal como se venía informando en este diario, las hipótesis trazadas por los pesquisas eran tres: 1) Que algo había pasado en el camino a Cerri 2) Que Facundo había llegado a Bahía y había sido víctima de un homicidio -se apuntaba a un grupo narco cercano a la familia de una exnovia- 3) Que alguien lo tenía “guardado”.
Ahora, de confirmarse que se trata del joven buscado, se confirmaría la primera tesis. Y dentro de ellas hay dos variables que ya comenzaron a esbozarse para intentar explicar su muerte.
La jueza, y un duro revés a la querella
Una de las tantas “curiosidades” del caso es que la querella ha chillado en televisión por el rechazo a los pedidos de detención de los policías, pero nunca las apeló. Lo lógico en un proceso penal es que, cuando hay una decisión adversa del juez de primera instancia, se recurra a la instancia superior que es la Cámara. “Es una tomada de pelo, por TV dicen barbaridades y en la causa no apelan nada. Evidentemente saben que harán un papelón porque no tienen nada”, describió una alta fuente judicial.
En una de sus últimas resoluciones, la juez federal Gabriela Marrón no dejó pasar por alto el dato de que no se interpusieran apelaciones. Al rechazar, una vez más el apartamiento del fiscal Santiago Martínez, señaló que “la utilización de la vía de recusación contra el fiscal por la manera en la que lleva la investigación no se corresponde con el hecho de que la querella no haya recurrido las resoluciones adversas como (la primera recusación denegada) y las detenciones e indagatorias”.
La magistrada sostuvo que “Martínez ha llevado adelante una investigación eficaz y cumpliendo cabalmente el rol de acusador público”.
Luego le dedicó un sablazo a los peticionantes: “La recusación debe basarse en hechos, de lo contrario, resulta caprichosa o arbitraria. Una cosa es representar un interés y la otra la obligación de buena fe, la que incluye no sacar los hechos fuera de contexto. No se trata de defender a Santiago Ulpiano Martínez -que viene cumpliendo su trabajo con compromiso y lealtad-, se trata de defender el procesado penal, la ley, las garantías, la Constitución Nacional y los pactos internacionales de Derechos Humanos. Desnaturalizar esas garantías y su uso sesgado implica una grave violación a la Constitución”.
Escrache a los testigos, obstrucción y prevaricato
Como ya se mencionó, en estrados judiciales, entienden que algunos miembros de la querella deberán ser procesados por obstrucción de justicia. “Su accionar mediático y procesal buscó perjudicar y entorpecer la investigación”, afirman.
Por su parte, entre los investigadores, no sólo se indignan al ver el show de la querella que poco tiene que ver con la realidad jurídica, sino que ahora están notando que comenzaron a escrachar públicamente a los testigos que le derribaron la teoría de la desaparición forzada. “Peretto ya ha mencionado públicamente en Villarino quiénes son los testigos que ven a Facundo en Origone y quién es el empleado municipal que llama al policía González. Eso no se hace, eso está muy mal. Eso puede amedrentar a los testigos que se jugaron y contaron la verdad”, describió uno de ellos.
Casi en paralelo, en el ámbito de la Justicia Provincial, se indignaron al notar que la querella –que representa los intereses de la familia de Facundo- apareciera asesorando a Marcelo González, uno de los hermanos de Daiana e investigado en las primeras semanas. “Eso es prevaricato acá y en la China”, gritó un fiscal que se puso a preparar un escrito.
González, más allá de la voltereta de su discurso, es uno de los que introduce la “pista narco” en la causa por la búsqueda del chico. Es más, declara situaciones de mal gusto e irreproducibles sobre Facundo.
El testigo relata que se tuvo que escapar a Villarino porque en Bahía estaba amenazado por un grupo narco muy peligroso para el que trabajaba “haciéndole lozas”. Esas mismas personas, a las que identifica con nombre y apellido, conocieron a Facundo “gracias” a su intermediación.
“González parece que tuvo amnesia o alguien lo guionó”, evaluó un funcionario judicial.
Triste papel de los concejales
En la última semana, los ediles bahienses se metieron en el “caso Facundo”. El primer desacierto lo tuvo Federico Tucat, de Cambiemos, luego de que se lo escuchara en una conversación por Zoom con otros radicales hablar de la estrategia política-mediática para aprovechar el tema y aportando el dato de que miembros de la querella “son también radicales”.
Luego del infortunio de Tucat, el peronismo salió a “pegarle” y a tratarlo de “mezquino” por la utilización del tema y por haber sido supuestamente acusados de ocultar el tema. Patético.
La reacción del bloque del Frente de Todos también fue muy poco feliz. En un documento, los ediles le responden al radical y en sus consideraciones hablan de “violencia institucional y hechos que no pueden tolerarse en democracia”. Es decir, dan por probado que Facundo fue víctima de una desaparición forzada cuando la realidad judicial comprobó otra cosa. Irresponsables por repetir falsa información (Fuente: La Brújula 24).
El detalle de la posesión de Facundo hallado en Tte. Origone no se menciona ni se desmiente.
Desde que se baja de la camioneta Honda (15:55 a 16:00 apróx.) hasta donde aparece el cuerpo hay 15 km. Hay contacto con el amigo 20:21. Suponiendo que no se cae de la vía mientras le contesta al amigo ¿Más 4:20 hs para hacer 15 km?
Usuario el peor: Sin ánimo de avalar o desmentir la nota te informo que la velocidad del peatón oscila entre los 3 y 4.5 km/h. Y teniendo en cuenta que las vías de ferrocarril no son un lugar cómodo para caminar me parece razonable el tiempo del recorrido.
Creo que es mejor esperar la autopsia,tal ves con ella se sepa si esos restos son de este pobre muchacho,tal ves ahi se sepa por que y de que fallecio,Lo que deberia evitarse darle un tinte politico y dejar de opinar varios tilingos de noticieros que cren ser sabiondos y tener la verdad revelada,por respeto se debe dejar actuar a la justicia,los abogados de la mama de este chico impusieron un tono mediatico que a veces es necesario para que la investigacion no pierda interes,pero cuando se politisa un caso policial uno llega a pensar si no hay otros intereses,deberian dejar en paz a esa madre ,y los abogados no buscar tanta camaras y si presionar al fiscal,juez e investigadores para que no se diluya la pesquisa,pero primero dejar de hacer conjeturas y esperar que esos restos le hablen a los peritos forenses,en este pais todos nos arrogamos saber de todo y no somos mas que aprendices de todo y oficiales de nada.Esto no es una serie policial esto es un hecho muy serio
Usuario el Cesar: Gracias por su atención a mi comentario. Tengo que Corregirlo.
El promedio de caminata de una persona es de 5 km/h según el buscador famoso. En mi experiencia personal, fumé más de la mitad de mi vida, y hace unas semanas por motivos de fuerza mayor tuve que caminar 2 km con leve ascendente durante todo el recorrido. No tardé ni 20 minutos.
Facundo tenía 22 años. A esa edad seguir los rieles pisando los durmientes es un juego.
A menos que la teoría sea que Facundo tuvo un accidente mientras le contestaba a su amigo 4:21 horas después de haberse bajado de la Honda y se haya sentado a descansar 20/30 minutos durante el trayecto, los números no cierran. Al menos para mi.