El contexto data de agosto de 2016, entonces un matutino porteño publicó que Florencia Kirchner contaba con 24 efectivos federales para garantizar su seguridad.
Luego de leer la noticia, Cristina Kirchner llamó a Oscar Parrilli para descargar su bronca y apuntó contra Patricia Bullrich, al entender que fue la ministra de Seguridad quien filtró el dato: "La voy a matar, hija de mil putas", dijo tal cual puede escucharse al pie.
La escucha fue ordenada por el juez Ariel Lijo en el marco de la causa contra Parrilli por presunto encubrimiento a Ibar Pérez Corradi.
Es pertinente recordarlo ahora mismo en el contexto de la denuncia que el gobierno hizo contra el periodista Eduardo Prestofelippo, más conocido como El Presto, por amenazar a Cristina Kirchner.
Lo hizo a través de su cuenta de Twitter, donde publicó: "Vos no vas a salir VIVA de este estallido social. Vas a ser la primera -junto con tus crías políticas- en pagar todo el daño que causaron. Te queda poco tiempo".
El repudio a sus palabras es merecido, porque no cabe la violencia, pero también hay que bajar un cambio respecto del grado de “hipocresía por metro cuadrado” de la clase política. Por eso, es bueno volver a escuchar la amenaza de la hoy vicepresidenta: