Entre las múltiples pseudociencias tenemos a la Parapsicología, que nace de una falsa apreciación de la realidad, por una parte, y cierta picardía para engañar al público con propósito de lucro por otra. Es la que presuntamente "estudia" (más bien inventa) los supuestos fenómenos extrasensoriales y paranormales.

En la jerga parapsicológica encontramos términos antojadizos con sus significados como hiperestesia: percepción extranormal mediante captación de estímulos mínimos; cumberlandismo: hiperestesia por contacto por ejemplo entre  dos personas sentadas accidentalmente en un mismo banco, en un cine, transporte, etc., pueden establecerse transmisiones del inconsciente; pantomnesia: cuando el inconsciente se acuerda de todo, incluso de cosas que conocimos cuando todavía no teníamos uso de razón; xenoglosia: hablar lenguas extranjeras sin haberlas aprendido; psi gama: facultad espiritual de conocimiento extrasensorial, es decir una adivinación mediante la que se pretende conocer en relación con el tiempo, directamente un acontecimiento del pasado: retrocognición; directamente un acontecimiento que está ocurriendo en el presente: simulcognición, y lo que que sucederá en el futuro: precognición; telepatía y clarividencia, que es el conocimiento de los pensamientos, imaginaciones, sentimientos y deseos de una persona y el conocimiento psigámico de cosas objetivas y físicas, respectivamente; telequinesia: acción parapsicológica (mental) sobre objetos a distancia, a veces conscientemente aunque generalmente por el inconsciente; prosopopeya: cuando el espíritu de una persona fallecida toma posesión de otra persona viva, basado esto en que ciertos individuos "se acuerdan" de vidas anteriores; fantasmogénesis : una ectoplasmia, es decir la producción de ectoplasma, materia prima para modelar imágenes del inconsciente del dotado. Esto explica, según los parapsicólogos la aparición de fantasmas, pues se dice que del mismo modo como se puede modelar un rostro, un brazo, etc., se puede plasmar la imagen completa de un ser; fotogénesis: cuando ciertos individuos especiales se cubren de claridades eléctricas, o producen chispas; tiptología: es equivalente a golpeteos o ruidos de toda clase sin causa física, cuyo exponente más conspicuo es el rap, término inglés que significa golpe, choque, que en la forma verbal equivale a golpear repetidamente; el deja vu (en el idioma francés que significa "ya he visto esto", "ya he estado aquí"), fenómeno frecuente que en psiquiatría se denomina delirio palingnóstico y que los parapsicólogos interpretan como el fenómeno de la hiperestesia indirecta del pensamiento con la sigla HIP.

Entre los "fenómenos" extranormales de efectos físicos como ruidos, movimientos de objetos a corta distancia que se presentan en las denominadas "casas embrujadas", ciertos contactos o especie de vientos fríos en recintos cerrados, figuras amorfas o borrosamente definidas como manos o cosas que surgen como de la nada, ciertas impresiones fotográficas o registradas en materiales blandos, la levitación del cuerpo humano, luces y globos luminosos, tenemos también a la telergía (de teles: lejos; ergon: acción), una "fuerza" que podría ser comparada con la electricidad y el magnetismo. Por este motivo, para algunos parapsicólogos se trata de una "bio-electricidad", es decir, una suerte de electricidad que no condice con la que estudian los físicos, pues escapa a sus leyes. Se dice con audacia que este tipo de electricidad acciona en virtud de la voluntad consciente de las personas dotadas de este privilegio, algo así como una electricidad estática que impregna al sujeto con una intensidad comparable a la corriente de alta tensión. De este modo, el dotado (desafiando a toda ciencia físico-químico-biológica) poseería a su derredor un campo electromagnético particular.

Finalmente, otros investigadores de la nada (léase siempre metapsíquica) desperdigan a esa supuesta fuerza en diversas energías generadas por nuestro organismo, a saber: eléctrica, magnética, calorífica, muscular, nerviosa, vital (?), motora (?) plástica... y otras. Pero advierten que, a pesar de todas las energías que se manifiestan es sólo una, que se conserva y se transforma según las acciones a que está sometida.

Disparates van, disparates vienen, esto me hace acordar al mundo de la teosofía de la espiritista amiga de los fraudes Elena Petrowna Blavatsky, fundadora de la Sociedad Teosófica, donde se pone a la física, a la astronomía y otras disciplinas serias, prácticamente "patas arriba" por obra y arte de cierta "sabiduría" carente de todo cimiento en la realidad exterior a la mente. Los metapsíquicos dicen, por ejemplo, que la energía térmica originada por la combustión del oxígeno aéreo con el carbono almacenado en nuestro organismo, puede  transformarse en energía luminosa o eléctrica y que por eso a veces ¡fosforecemos!, de modo que un hombre afiebrado que irradia alta temperatura puede llegar a brillar como un pez abisal o una luciérnaga gigante. Esto es que, sin llegar a incinerarnos podemos resplandecer en la oscuridad cual fantasmas y asustar a cualquiera, incluso a un león furioso.

En base a este "fenómeno" físico incomprobable, imposible de producir en ningún laboratorio serio del mundo, y no obstante este impedimento, se "comprobó" que la telergía, en este caso transfigurada en rayos gamma que emana de ciertos dotados, posee la casi sobrenatural (o paranormal, ¿o quizás extranormal?) propiedad de atravesar chapas metálicas con un poder superior al de los rayos roentgen (rayos x) y también más potentes que los propios rayos gamma del elemento radio. Según los "doctos"  (en disparates), esa telergía humana es tan prodigiosa que puede atravesar nada menos que chapas de plomo de tres centímetros de espesor ubicadas a un metro de distancia del dotado en pleno trance.

Otra superfuerza que nos puede subyugar, según los metapsíquicos, es la denominada por ellos ectoplasma que ya hemos comentado al tratar de la fantasmogénesis. Es un término creado por un fisiólogo y estudioso del espiritismo, el francés Charles Richet, y se compone del griego ectos: exterior, y plasma: forma.

Según los espiritistas (pues hay que tener en cuenta que espiritismo y parapsicología son primos hermanos... o más bien que la parapsicología arrancó precisamente del espiritismo para explicar "científicamente", esto es seudocientíficamente, los "fenómenos" (seudofenómenos) inexplicables para el ignorante), se trata de la figura corporal que tomarían los espíritus. Inclusive se pretende  haberla fotografiado, y hasta el mismo escritor Conan Doyle, autor de Las aventuras de Sherlock Holmes, convencido espiritista, creía en ello, mientras que otros afirmaban que era un engaño. Lo que se puede apreciar en las mencionadas fotografías es una sombra incierta que presenta el cuerpo astral o ectoplasma.

Dice Richet: "Inicialmente, es una masa confusa, más o menos informe... son estas formaciones difusas que yo llamo ectoplasmas, porque parecen salir del cuerpo... a veces  estos ectoplasmas se van organizándose de a poco...".

Según los "estudiosos de este fenómeno": el ectoplasma debe ser considerado como un fenómeno de condensación de la telergía.

Dicen también que en el primer estado de condensación esta telergía es sólo un fluido o se trata de una insignificante radiación humana aunque consista en un fenómeno de naturaleza metafisiológica (sic) y en tal estado débil es solo detectable mediante "delicadísimos aparatos" (?). Pero en otras ocasiones (se desconoce por qué) esta fuerza puede revelarse poderosa en los casos de telequinesia. Según algunos parapsicólogos (pues los hay muchos, y unos disienten de otros) se comprobó que la acción telequinésica se podía realizar mediante un ectoplasma en forma de palanca o asta.

Según una descripción podemos leer: "El visitante usual es convidado habitualmente a entrar en el círculo, a sujetar la mesa cuando está inmóvil y a intentar mantenerla quieta. Empieza entonces la lucha. Si el visitante posee músculos fuertes y concentra todo su peso exactamente en medio de la mesa, podrá conseguirlo por algún momento. Pero luego, la mesa se le escapa, salta, se inclina, gira, y si la presión muscular se relaja, se levanta sobre el suelo. Entonces pocas personas consiguen hacerla bajar, a pesar de los esfuerzos empleados. Después de esta lucha, la mesa vuelve tranquilamente al suelo y el visitante es convidado a sentarse sobre ella. No tarda mucho tiempo, y al cabo de un momento se levanta vigorosamente sobre dos patas y lo hace resbalar por el suelo". (Qué es la parapsicología, de Oscar González Quevedo, Columba, Bs. As. 1971, pág. 49).

También puede ocurrir a la inversa, la mesa puede llegar a pesar tanto por la presión ectoplasmática, que ni un hombre vigoroso la puede alzar.

Este tipo de ectoplasma, se dice, es invisible, aunque cuado se fotografía aparece una figura nebulosa o semitransparente.

En cuanto a la estructura interna del ectoplasma, se dice desde el mismo ámbito parapsicológico que "todos los intentos serios para conocerla, ¡han fracasado!". Uno de los impedimentos para su análisis consiste en la imposibilidad de conservar un poco de ectoplasma para transportarlo a un laboratorio y estudiar su composición, pues esta escurridiza sustancia es siempre reabsorbida por el organismo del dotado. (¡Sagacidad parapsicológica para salir del atolladero!).

Cada vez que se ha tratado de retenerlo en la mano, se ha desvanecido. Incluso se dice que se volatilizó entre los dedos del mismísimo físico y espiritista Crookes. Basándose en estas escurridizas propiedades, los especialistas metapsíquicos (para algunos, una cosa es la metasíquica y otra la parasicología, esto último como un avance sobre la primera, pero a mi criterio todo es lo mismo), deducen que no se  trata de un compuesto químico, sino de "energía transformada". En virtud de esta naturaleza etérea es por lo cual sería imponderable. ¡Ellos sabrán!

Por su parte la física actual no emite opinión sobre la naturaleza del ectoplasma porque sería lo mismo que ocuparse de los fantasmas o de los ángeles, para capturarlos, encerrarlos en una "jaula" hecha quizás con paredes de "energía" más fuerte y estudiarlos allí en su esencia etérea para lanzar al mundo la noticia de la confirmación de sus existencias y naturaleza.

Y hablando de fantasmas, según los parapsicólogos, estas apariciones lejos de pertenecer al mundo e la fantasía ¡pueden existir realmente!

Las variantes del ectoplasma son: la ecto-colo-plasmia, la citada fantasmogénesis, la transfiguración y la materialización.(sic).

Qué puede significar ese estrambótico nombre de ectocoloplasmia inventado por los sesudos seudocientíficos para designar sólo una mera fantasía? "Es el ectoplasma modelado en forma de miembros o partes de personas, animales u objetos" dicen sin empacho.

La palabra ecto-colo-plasma se compone de ecto: afuera, colo: del griego kolon (miembro de persona o animal, y plasma , esto es la conocida telergía condensada y maleable. La reproducción de esas cosas, "se ha visto" que es rudimentaria y la fantasmogénesis consiste "en la reproducción ectoplasmática de un "fantasma" de persona, animal o cosa, enteros... Así, el verdadero fantasma no es una aparición meramente subjetiva, sino que tiene cierta consistencia material, pero tenue, más o menos transparente, con poquísimo peso en comparación con el peso del modelo reproducido.

En cuanto al "fenómeno" de la transfiguración cabe señalar que se trata de una "sencilla modificación del propio sujeto revestido de ectoplasma pero tan modificado que a veces ¡puede tomar la figura de otra persona! Recordemos sobre la marcha la transfiguración de Jesucristo: "... y tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan, subió con ellos a un monte a orar.Y mientras estaba en oración, su rostro cambió de aspecto y sus vestidos adquirieron una deslumbrante blancura". (Lucas 9:28 y 29).

Finalmente la materialización "sería -dicen los parapsicólogos- la reproducción perfecta de un nuevo ser. En este caso el ser materializado poseería peso, movimiento, calor, respiración, etc." Sin embargo la posición de ellos frente a este "prodigio" es escéptica, no lo reconocen como real. Esto lo solucionan con la ideoplastía (y siguen los términos extravagantes), esto es la modelación de imágenes del inconsciente fuera del sujeto a la vista de todos, utilizando como materia prima el ectoplasma. Esto explica la ecto-colo-plasmia, pues del mismo modo como es posible plasmar un rostro, un brazo u otra parte del cuerpo, también se puede modelar la imagen entera de un ser aunque poco densa, tenue, leve, transparente, esto es lo que confirmaría que los fantasmas ¡realmente pueden existir y existen desde siempre!

Así es como el físico Crookes pudo ser testigo de algunas fantasmogénesis producidas por el famosísimo médium Home. "Al declinar el día, en el curso de una sesión organizada por el señor Home en mi domicilio, he visto agitarse las cortinas de una ventana que estaba a unos tres metros de distancia del señor Home. Una especie de sombra, medio transparente, semejante a una forma humana fue percibida, de pie, por todos los asistentes, cerca de los postigos de la ventana. Esta forma agitaba la cortina con la mano y, mientras nosotros la observábamos, ella se desvanecía y las cortinas dejaron de moverse" (Según Oscar González Quevedo: Que es la parapsicología, pag. 49, obra citada).

Sabemos que la parapsicología se halla sectarizada en distintas escuelas como la materialista en parte descrita; la espiritualista comandada por Joseph Bank Rhine, J. G. Pratt, Hubert Pearce y otros; la ecléctica dirigida más bien por europeos; la teórica cuyos adeptos pretenden sacar del conjunto de los "fenómenos" paranormales consecuencias filosóficas, en esa tarea encontramos al alemán Joseph Kral y al abad cirsterciense Alois Wiesinger. Dentro de esta escuela se estudian los nexos entre la parapsicología y la supervivencia del alma, los milagros y hasta sus relaciones con las profecías y revelaciones, y las comunicaciones "naturales" entre los vivos y los muertos.

El espiritismo puede ser considerado como el pionero en las prácticas parapsicológicas aunque reconocidas por los mismos metapsíquicos como exageraciones, fraudes y errores de observación, y de este modo vemos que "el muerto se asusta del degollado". En otras palabras, el espiritismo sería una parapsicología menor desprestigiada, o con mayor precisión para nosotros, una seudociencia de calidad "inferior" a otra seudociencia.

Finalmente, estos "estudiosos de lo inexistente", cazadores de fantasmas con pretensiones de explicarlo todo, ante la Ciencia Experimental de última generación caen en el más flagrante ridículo.

Todos los que hemos incursionado en la ciencia física, en la química, bioquímica, biología con sus ramas: anatomía y fisiología y también en la psicología, sabemos que, los hechos de este mundo son siempre absolutamente naturales. Esto significa que son experimentables, revelables, calculables, reproducibles hasta el cansancio... y los que aun no, es porque se hallan transitoriamente en los límites de la ciencia como los problemas cuánticos de la microfísica y los cosmológicos de la macrofísica, y sólo deben esperar a que nuevos avances, con nuevas técnicas hagan retroceder la barrera de los límites del conocimiento.

Estos límites provisorios entonces, de ningún modo pueden dar asidero a supuestas "ciencias ocultas" ni ofrecer credibilidad a simples vuelos de la imaginación, cuyos productos fantasiosos transmitidos en forma oral o escrita cobran sus adeptos, pues los crédulos siempre han existido, existen y existirán.

Sólo la difusión de la cultura a todos los pueblos puede barrer con toda clase de patrañas urdidas muchísimas veces con propósito de lucro por los charlatanes de siempre que cobran sus espacios en las transmisiones radiales, por televisión, diarios sensacionalistas, revistas chabacanas "por millones" y libros y libritos "por toneladas" engañando a los pobres incautos que a su vez se hacen voceros de las patrañas colaborando sin saberlo con "el negocio de los otros".