A días de que se cumpla medio año desde la llegada de la pandemia de coronavirus y de la implementación de varias restricciones a la libertad de los tucumanos, el resultado arrojado no solo habla del fracaso en materia sanitaria, sino también, de la catástrofe en la que desacertadas e inconsultas medidas de parte del Gobierno de Juan Manzur ha sumido a la provincia. Y lo peor de todo es que lo que se avecina es menos auspicioso todavía.
En estos momentos, resuenan los dichos del presidente Alberto Fernández a nivel nacional y replicado a nivel local por el gobernador, acerca de que preferían más pobres antes que muertos. Y, sin embargo, no solo la cantidad de pobres se incrementó, sino que también se produjeron contagios que puso a la nación entre los diez países con mayor cantidad de infectados por COVID-19. Pero, sobre todo, las muertes no paran de sucederse.
En el caso de Tucumán, en apenas 5 semanas, la cifra de muertes ha escalado de manera exponencial y lamentablemente parecieran intentar naturalizarse de parte de las autoridades sanitarias y de algunos medios que hacen hincapié en las comorbilidades previas de las víctimas, no sólo del mortal virus. Un sistema de Salud que clamó por más y estricta cuarentena ante el riesgo de ver desbordada su capacidad.
Pero entonces cabe preguntarse ¿Qué fue lo que se hizo con la infraestructura sanitaria en todo este tiempo? Se suponía que se la iba a preparar para enfrentar la pandemia al tiempo que se volvían a habilitar las actividades, tal y como ocurrió a principios de junio. ¿Qué fue lo que ocurrió si, como se jactaba Manzur, Tucumán cuenta con el mejor equipo de salud bajo la dirección de la ministra Rossana Chahla?
¿Acaso los funcionarios nacionales no se llenaron la boca de palabras vacías cuando se refirieron a que el trabajo de contención del virus era exitoso? No pasa un día en el cual Tucumán no supere la cantidad de infectados. También, en su momento, desde el Ministerio de Salud afirmaban que la mayoría de los contagiados en la provincia eran asintomáticos. Sin embargo, la realidad una vez más se encargó de desmentirlos.
Y es que las personas que se encuentran internadas no solo no son asintomáticas. Sino que, además, se encuentran en salas de cuidados intensivos, al tiempo que varios ya se encuentran asistidos por respiradores artificiales. En esa línea fueron las declaraciones del secretario ejecutivo del Siprosa, Luis Medina Ruiz, cuando hizo hincapié en el hecho de que se incrementan los contagios al tiempo que también lo hace la circulación de personas.
Lo más terrible es cómo pudo expresar sin ningún tipo de pudor que la cifra de contagiados, en realidad, puede duplicar o hasta triplicar a la oficial, la cual, ya configura un escándalo. Y nadie parece sorprenderse por esto, al tiempo de que está claro que, por sobre todo, hay impericia política en esta situación para que se desmadre como lo hizo. Y que no alcanza para explicar esto las reuniones clandestinas del día del amigo.
Justamente, fueron los controles los que terminaron siendo el talón de Aquiles de un Comité Operativo de Emergencias (COE), cuyos integrantes han trascendido más por su inoperancia que por otra cosa. Y es que este grupo se había armado con el objetivo de poder dotar a la provincia de la seguridad sanitaria suficiente como para evitar que hoy el virus circule de forma comunitaria como lo viene haciendo desde hace semanas.
Es el caso de la Ministra de Salud, Chahla, quien aseguró que la pandemia estaba controlada por medio del seguimiento de los contactos estrechos. Y si de controles fallidos hablamos, qué decir del otro integrante del COE, el titular de la cartera de Seguridad, Claudio Maley. Se le escaparon los camioneros en los supuestamente vigilados controles fronterizos, sin mencionar su penoso accionar en materia de impedir delitos.
El ejecutivo recibe a todos, pero no soluciona nada, de esta forma, comerciantes, empresarios y demás representantes productivos y emprendedores de Tucumán se marchan de las reuniones con promesas de estudio a los diferentes pedidos. Tiempo después, el COE no hace más que justificar las razones de por qué es necesario siempre volver atrás a una cuarentena cada vez más estricta.
Entonces, no es válido echarle la culpa a la sociedad por la ineptitud de los funcionarios al frente del Comité Operativo de Emergencia. El hecho es que fracasaron rotundamente en lo que hace a la tarea de prevención que debían desarrollar. No fueron responsables en su momento y siguen sin hacerse cargo de la responsabilidad que tienen en un escenario que causa terror y que deja a la provincia al borde de un retorno a la fase 1 de la cuarentena estricta.
La situación histórica les quedó grande a los gobernantes y funcionarios políticos y sanitaristas. No solo no pudieron exhibir una tarea eficiente, sino que dejaron un tendal de víctimas económicas. Tal es el caso de Pymes quebradas, trabajadores despedidos y en la calle, comercios cerrados y otros que están al borde de la misma situación. Desde la Nación, el kirchnerismo se jactó de haber conformado un “gobierno de científicos”.
Mientras que desde el peronismo local, se regodeaban de haber tenido a un equipo de salud eficiente que, en realidad, no pudo controlar el paso de camioneros infectados y que solo atinó a controlar que la gente que salía de casa fuera detenida y multada. Seis meses lleva esta triste realidad y no se divisa luz al final de un túnel oscuro al que la dirigencia política de Tucumán nos introdujo, cual trampa, y de la cual no sabe cómo salir.
Una sociedad destruida psicológicamente producto del encierro, quebrada económicamente, los niños sin educación y con un año perdido, miles de tucumanos se quedaron sin trabajos, mientras los que gobiernan, como se hacen llamar “gobierno de científicos”, no se hacen cargo de nada, aprovechan cada vez que tienen un micrófono al frente para echarles la culpa a los tucumanos. Sr. gobernador Juan Manzur, es tiempo que se haga cargo de sus errores y busque personas idóneas para manejar esta pandemia, porque de lo contrario serán muchos los tucumanos que morirán por su impericia.
¡¡¡¡¡Un gobernador que fue ministro de SALUD!!!!! ¿El asad iito con el que agasajaron a alverso estaba sabroso? ¿Cuántos eran los invitados? Ahora el sistema sanitario está colapsado............ Qué esperaban, obvio si se la pasan afanando la plata del pueblo y cuando el pueblo necesitan Uds. están a los abrazos y tomando y comiendo. ¡¡¡Dios mío!!! En qué manos hemos caido.