Esta semana vuelve finalmente el fútbol. No el local, pero sí retoman los clubes argentinos que disputan la Libertadores. A regañadientes, pues si no fuera porque la Conmebol se puso inflexible, hubieran preferido que siguiera pasando el tiempo. El torneo local, en cambio, tiene fecha de inicio incierta y prevalece la sensación de que se postergará un arranque que ni siquiera había sido confirmado, pero que ya se descuenta se trasladará a octubre. Pareciera que varios clubes de Primera -y más aún los del ascenso- están muy cómodos con el receso ininterrumpido.
Muchos han arreglado con sus figuras descuentos de sueldo; no tienen que pagar premios; los socios abonan sus cuotas o ya se pondrán al día; los sponsors siguen cumpliendo y la TV no dejó aún de pagarles… No recaudan por partidos, pero tampoco tienen el oneroso gasto de la seguridad…
Y llegamos adonde queríamos. Damnificados por la suspensión del fútbol son sin dudas los barras, que han hecho de esa actividad un muy rentable medio de vida. Por la suspensión prolongada han debido buscar otros ingresos y ahí es que se anotaron como mano de obra dispuesta en las tomas de tierras que proliferan: se ofrecen a usurpadores y damnificados. También afectadas por la falta de espectáculos públicos están las fuerzas policiales, que cada fin de semana recaudan mucho en concepto de seguridad. Al Estado -nacional o provincial- le viene de maravillas, pues por esa vía privada sus efectivos ven engrosar sus magros salarios. Esa ausencia contribuyó a la rebelión de la policía bonaerense de esta última semana.
Nadie vio venir el estallido, aunque cuando el verborrágico ministro de Seguridad bonaerense recuperó el habla el jueves pasado repitió una y otra vez que sabían del mal clima imperante y que lo que pasó no los tomó por sorpresa. Cuesta creerlo. No es lo que en esos días de zozobra se escuchaba de las figuras más cercanas al gobierno nacional. Muy por el contrario, un intendente del Conurbano que lleva varios mandatos al frente de su municipio confió a este medio su indignación por el manejo de la crisis por parte del gobierno provincial. Incluso iba más allá de esta coyuntura a la hora de criticar el modo de gestionar.
Tampoco adelantaron la asonada desde la AFI. El organismo, que según el gobierno actual se dedicó durante la gestión anterior a espiar a políticos y periodistas, tampoco alcanzó a dar el alerta correspondiente. Parecieran sus autoridades más interesadas en auscultar el pasado reciente que en anticipar el futuro inmediato.
Atento a que se trataba de un distrito sensible a los intereses de su mentora, el Presidente optó inicialmente por no referirse al conflicto, hasta que sí lo hizo en tono desafiante al tercer día, cuando la protesta llegó a las puertas de la residencia presidencial: “Este tema no se resuelve escondidos en patrulleros y tocando bocina”, disparó. Contribuyó a su enojo no solo que los uniformados hubieran ido hasta allí, sino que insólitamente rechazaran la invitación a que un representante pasara a dialogar con el Presidente. La teoría conspirativa escaló entonces a niveles preocupantes.
Fue el momento en el que la protesta se les fue de las manos a los agentes. El mayor o menor respaldo que podían haber recogido hasta entonces en la sociedad y, sobre todo, en la dirigencia opositora, se desperfiló. Las imágenes de policías armados rodeando la residencia presidencial representaron un inaceptable desafío institucional que generó el inmediato repudio de todos los sectores. Imprevistamente el gobierno vio así cómo se revertía su estado de desorientación y los rebeldes le regalaban la posibilidad de recuperar la iniciativa.
Mientras recibían muestras de apoyo, desde el gobierno invitaron a intendentes, oficialistas y opositores, a tomar parte de la presentación en la que se esperaba que Alberto Fernández diera una respuesta a lo que se vivía alrededor de la residencia. Aunque ya había trascendido durante el día que lo que finalmente se anunció estaba siendo analizado para proporcionar a la provincia de Buenos Aires los fondos para incrementar los sueldos policiales. El jefe de Gobierno porteño lo confirmó de boca del ministro del Interior. Los intendentes opositores que se sentaron detrás de Fernández para dar marco al discurso presidencial se tragaron el sapo al escuchar el discurso.
Atentos a los detalles, el intendente de Vicente López, Jorge Macri, fue ubicado atrás del Presidente, justo a su derecha, cuestión de estar siempre en pantalla. A la izquierda de Alberto estaba Juan Zabaleta (Hurlingham), su intendente más afín.
Ese miércoles ganaron los halcones, de uno y otro lado. Y para el gobierno nacional, deseoso de subir al ring al expresidente Macri, esa siempre es una buena noticia. Porque ya había desechado al inicio de la semana la invitación al “diálogo para retomar la sensatez política y la cordura institucional” hecha por la Mesa Nacional de JxC. Ahora, con la implementación de la quita de un punto en la coparticipación de CABA, parecía darles la razón a las voces que el oficialismo entiende que más le conviene se escuchen en la oposición.
Sin embargo lejos estuvo de parecer un buen negocio para el gobierno. Cuando el objetivo del oficialismo debiera ser dividir a la oposición, la medida logró amalgamarla en torno a la figura que más crece en las encuestas. Horacio Rodríguez Larreta anunció que contestaría al día siguiente. Tuvo tiempo para hablar con todos los sectores internos y analizar qué decir y -sobre todo- el tono, mientras desde las redes sociales los halcones de la oposición pedían sangre. Ya ese miércoles habían logrado imponer el hashtag #MurióCambiemos, indignados porque sus dirigentes hubieran salido a condenar el acoso policial a la residencia de Olivos. Hay talibanes a ambos lados de la grieta… A lo largo del jueves sugirieron no atender más en los hospitales de la Ciudad a las personas provenientes de la provincia. Según cifras oficiales, el 40% de los pacientes que se atienden en los hospitales porteños vive en la provincia. Un dato más a tener en cuenta: un 26% de la matrícula de las escuelas públicas de la ciudad vive en el Conurbano.
No obstante, el jefe de Gobierno porteño no abandonó la moderación al hablar en la noche del jueves, aunque esta vez mostró un cuidado enojo que hizo la diferencia. Conformó a los propios y convenció a muchos ajenos. Sin diatribas, prometió llevar la disputa a la Corte, que era lo que se esperaba.
Rodríguez Larreta, que antes de la pandemia tenía un conocimiento nacional de no más del 25%, consiguió a partir de las presentaciones bimensuales junto al Presidente y el gobernador bonaerense elevar ese nivel a más del 80%, y una imagen positiva que según algunos consultores hoy supera a la de Fernández. El jueves tuvo 36 puntos de raiting, más que un partido de selección. Datos que justifican los fuertes reproches que se hicieron puertas adentro del oficialismo en las últimas horas, convencidos de que en lugar de subir al expresidente al ring, pusieron a Larreta en el centro de atención. Los tiros en el pie incluyen torpezas como la expresión del intendente de Merlo y presidente del PJ bonaerense de comparar a Buenos Aires con Paris y a su distrito… con Merlo.
En esta columna veníamos adelantando que tarde o temprano vendría el hachazo a lo que Macri le había asignado a la Ciudad por decreto. Si no fuera por la pandemia, el recorte hubiera sido antes. La crisis policial fue la excusa justa.
El recorte de un punto representará 45 mil millones para 2021, según estimaciones del Gobierno nacional. Un dato curioso: cuando a los dos días de haber ganado el balotaje, Mauricio Macri se desayunó con la decisión de la Corte de reconocer el reclamo de tres provincias por una reducción de su masa coparticipable, el flamante gobierno de Cambiemos estaba obligado a devolver 45 mil millones de pesos. Podemos hablar de inflación, pero más allá de eso, el dato da una idea de la magnitud del recorte porteño. “Es la primera vez que un conflicto así se resuelve sin negociar. Nadie negoció nada”, insistía Sergio Berni el viernes, sin convencer demasiado. Porque la realidad es que los policías lograron un incremento que obligó a echar mano a fondos de otro distrito, y que el reclamo que nadie frenó con la antelación necesaria será un antecedente para la catarata de reclamos que vendrán ahora de estatales, docentes, médicos y enfermeros.
Y no solo en la provincia de Buenos Aires, pues la protesta policial bonaerense repercutió en sus pares del interior, y se replicará en el resto de los estatales. Para preocupación de Martín Guzmán, que este martes debe entregar en Diputados el proyecto de presupuesto 2021 que originalmente preveía incrementos moderados en la administración pública.
En el muy muy muy improbable caso de que esta persona fuese elegida para gobernar la Pcia de Bs As, la destruiría, endeudaría, vaciaría y fugaría recursos mucho más rápido que el último de sus gobiernos. Basta de verso mal contado. Que cada ciudadano Argentino valga lo mismo. https://t.co/ybddu5YpQ7
— Gustavo Menéndez (@gustavomenendez) September 11, 2020
DI MAURO vivimos en planetas diferentes. Usted ve los Canales de tv EQUIVOCADOS porque poner una foto del Periodista del programa de Facundo Pastor entrevistando al INtendente de Merlo, al que el militante le sale por los poros, es mucvho porque no se lo soporta ni un solo segundo, no minuto, segundo. Evidentemente usted piensa que los ciudadanos, aunque usted se moleste en escribir notas, los cree IDIOTAS. Cual es su temor, las p´roximas elecciones?????? CREZCA, APRENDA A VOTAR LA PRÓXIMA VEZ y NO SE PREOCUPE DEL RESTO DE LOS ARGENTINOS. Si usted quiere seguir en la MUGRE, vótelos nuevamente.,
¿Desde cuándo los estudios complementarios estuvieron por encima de la clínica médica? Todos los que hemos estudiado y ejercemos la medicina en el ámbito de la clínica hemos escuchado y aprendido algo que está escrito en piedra, un aforismo que afirma "La clínica es soberana". Sin embargo, parece que desde hace unos meses a la fecha la clínica ha sido superada increíblemente por estudios complementarios. Los pacientes dejaron de ser personas para transformarse en números, casos positivos de un test sin importar su real estado de salud. En los más de 22 años que trabajo como médico, jamás he visto ni siquiera imaginado algo tan aberrante. Que nadie se sorprenda. Todos los inviernos las terapias intensivas y las guardias de todos los hospitales y clínicas en nuestro país trabajan a máxima capacidad, sin embargo hoy un grupo de sujetos pretende sostener el miedo apelando al relato del colapso del sistema sanitario, psicopateando a parte de la sociedad con el sofisma de que las personas sanas que deciden salir de sus casas después de 170 días de encierro son absolutos responsables de la diseminación de un “virus despiadado”. Siguen infundiendo miedo en la gente publicando todos los días cifras crecientes de resultados de tests informados como positivos llegando incluso en algunos distritos a sumar personas sanas como casos positivos sin siquiera realizarles un test, basándose en meras suposiciones epidemiológicas. Esa es la clave, hacer que sigan subiendo los números para continuar dibujando curvas y justificar más sometimiento. Hasta principios de junio la terapia intensiva de uno de los importantes sanatorios donde trabajo en la ciudad de Buenos Aires siempre estuvo a media ocupación y hasta el día de hoy ésta casi nunca se vió desbordada, al menos no más que otros años. Asímismo, existen en las clínicas pisos completos con habitaciones simples ocupadas con pacientes de todas las edades con las típicas patologías respiratorias de la estación con sospecha o tests positivos para esta polimorfa enfermedad llamada Covid 19, porque así lo disponen los protocolos, quitándoles en muchos casos lugar a personas que por otros motivos clínicamente serios podrían estar necesitando una cama, y ésta a mi entender sería una estrategia diseñada para colaborar con el colapso del sistema y sostener así la necesidad de una cuarentena indefinida. No quiero dejar de mencionar los pacientes añosos dejados dentro de consultorios de guardias externas literalmente tirados sobre duras camillas durante más de 24 horas esperando el resultado de un test, aislados de sus seres queridos como si fueran leprosos, aterrados pidiendo ayuda. Esto que afirmo lo he visto yo con mis propios ojos, nadie me lo ha contado. Es evidente que los protocolos han calado profundo en la cabeza de muchos profesionales de la salud y varias de sus conductas tan desapegadas del sentido común y la compasión no pueden menos que generarme indignación y vergüenza. Podría contar muchos ejemplos de medidas médicas irracionales, hisopados y placas de tórax a pacientes que consultan por síntomas compatibles con cuadros clínicos que lejos están de la enfermedad descripta como Covid. El sinsentido y la falta de criterio de una parte de los médicos me resulta abrumadora. En vez de considerar la clínica en primer lugar para decidir conductas racionales, como debe ser, parecen pensar únicamente en Covid y en la realización de estudios complementarios como ser tests de PCR de cuestionada especificidad y tomografías, irradiación que sabemos no resulta inocua. Es que ahora a todos los paciente con un poco de tos y fiebre no les alcanza con indicarles una radiografía, cosa que no debería hacerse si el paciente está en buen estado general y no tiene semiología, sino que además les realizan tomografías de tórax para buscar "imágenes en parche con patrón de vidrio esmerilado". Parece que a muchos colegas les agarró la obsesión del vidrio esmerilado... y, cuando lo encuentran, el paciente termina siendo internado como posible caso Covid, engrosando las listas de camas ocupadas, aún cuando éste se encuentre bien clínicamente y curse un leve catarro que podría tratarse tranquilamente en su domicilio con pautas de alarma y control. ¿Cuántos pacientes habremos visto con síndromes gripales durante tantos años a los que si les hubiéramos realizado tomografías oportunamente hubiéramos encontrado imágenes de infiltrados como estos? Parece también que a partir de marzo hemos redescubierto y redimensionado la fiebre, las mialgias, las cefaleas y la tos... y todo eso responde hoy a la primacía del Covid-19. Ningún otro virus respiratorio dando vueltas, y el resto de las patologías en último plano o directamente olvidadas por completo. Si un paciente consulta por dolor abdominal, aunque tenga una apendicitis, si no cumple los criterios del protocolo para Covid19 que tome paracetamol y ¡que sólo vuelva al hospital si le duele la garganta, tiene tos, dos líneas de fiebre y pierde el olfato! Muchos de los que trabajan en terapias intensivas y guardias externas son un caso serio, están absolutamente sesgados y cegados. Agotados y asustados con la cabeza literalmente limada, creen que la realidad es solo lo que ven en sus reductos laborales. Como siempre dije en todos estos meses, no han achatado curvas, han achatado cerebros en particular el de muchos profesionales de la salud que ya no piensan críticamente. Perdieron definitivamente el norte y lo peor de todo, a mi entender, les falta humildad para admitir que se están equivocando, que han sido engañados. Muchos se encuentran desinformados, parecen ajenos a las historias de cientos de miles de argentinos que siguen perdiendo sus trabajos, enfermando y muriendo día tras día por multiplicidad de causas evitables secundarias a esta ya clarísima “infectadura” que se pretende prolongar. Quizás sea orgullo o temor lo que los mantiene cerrados en un pensamiento único e inflexible sin poder reconocer que han estado siendo usados como brazo ejecutor de un plan de locura, destrucción y muerte. Por favor, reaccionen. Cuanto más tiempo sigan en esta postura más chance tendrán de ser juzgados en un futuro cercano como cómplices de un plan de terrorismo médico sin precedentes en la historia de la humanidad. Todo esto representa algo para analizar e interpretar desde una perspectiva de la psicología de la conducta humana más que de la inmunología, la Infectología o la biología molecular de un virus que no mata mucho más que el de una gripe estacional. Leonardo González Bayona Médico especialista en Medicina Familiar (M.N. 97.300) Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios
Lo que está claro es que Macri POR DECRETO le dió más fondos a la ciudad de Bs.As. que no correspondía , ahora Fernandez se la saca también por decreto.
maría: Shhh, Ud. olvida que EL CONGRESO DE LA NACION termina AVALANDO ESE DECRETO, cuando se APROBARON LOS PRESUPUESTOS DE 2018 Y 2019....¡EL MISMO QUE ALBERTO FERNANDEZ AMPLIÓ SU VIGENCIA POR NO ACEPTAR EL PRESENTADO POR MACRI PARA 2020! ¡Ah"! Y otra cuestión NO MENOR para NOSOTROS LOS CORDOBESES, el procentaje que Macri le dió a la CABA era de LA NACION y NO ERA DE LA PCIA DE BUENOS AIRES. ¿Porque AHORA ALBERTO, EL PRESIDENTE DE TOOOOOODOS LOS ARGENTINOS RECUPERA ESE PORCENTAJE NACIONAL Y SE LO DA A LA PCIA DE BUENOS AIRES? ¿ACASO NO TENEMOS POBREZA Y NECESIDADES URGENTES EN NUESTRA CORDOBA ? ¡Ud. en su fanatismo SE OLVIDA HASTA de sus COMPROVINCIANOS! ¡Ahí tiene a los Bonaerenses, Caserio, Carro y Estevez , SIENDO LEALES A CRISTINA pero no a los CORDOBESES a quienes se SUPONE deben defender en SUS INTERESES!
La mafia siempre elige elcandidato opositor más cómodo y nunca se equivoca. Además tiene la complicidad o la colaboración involuntaria del periodismo, que cualquier cosa un poco incómoda la esconde para que no se vea.