El conflicto de la familia Etchevehere escala sin límite en la provincia de Entre Ríos. Es una guerra de intereses en la que nadie se atreve a vaticinar en que puede terminar.
Nada bueno se avecina de las tierras de Francisco “El Supremo” Ramírez. En las últimas horas, se abrió un nuevo capítulo tan escandaloso como insólito que incluyó escenas bizarras que derivaron en otra causa judicial. La tranquera de la estancia Casa Nueva, ubicada en el Paraje El Quebracho, cerca de Santa Elena, en el departamento La Paz, amaneció con un candado que impedía el ingreso y el egreso de cualquier persona.
Según relatan los testigos, la cadena fue puesta por los ruralistas enviados por los hermanos Luis Miguel, Juan Diego y Arturo Sebastián Etchevehere. Incluso, el expresidente de la Sociedad Rural Argentina y ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri pasó la noche durmiendo incómodo en una camioneta a metros del ingreso que suele usarse para la entrada de alimentos y otros víveres.
Las personas que quedaron atrapadas en el interior del campo, entre ellas su hermana Dolores, realizaron una denuncia penal por presunta "privación ilegítima de la libertad, coacción agravada por condición de género y por uso de arma de fuego, extorsión y usurpación agravada".
A24.com tuvo acceso a un expediente escandaloso que amenaza con hacer interminable un conflicto familiar que tensiona tanto al poder provincial como a las máximas autoridades nacionales.
“No conforme con el hecho de que la justicia no le dio la razón, atravesó una camioneta y encadenó la tranquera que permite el ingreso a la estancia en la que estamos viviendo. Es decir, que frente a la mirada atónita de los agentes de policía, me secuestró, impidiéndome que salga o entre, a mi y a mis compañeros, y que ingrese comida o cualquier otro elemento que necesitemos”, dice la denuncia de Dolores, que tiene el patrocinio del abogado Lisandro Mobilia.
“Este comportamiento vergonzoso pone en riesgo mi vida y mi integridad física, y afecta mi libertad personal y el goce de mis derechos”, completa la demanda.
Esta guerra familiar ya escribió varios capítulos. Dolores Etchevehere, haciendo valer sus derechos hereditarios sobre su porción de campo, decidió permitir el ingreso al predio de un grupo de personas vinculadas al “Proyecto Artigas”, un plan agroecológico. Esto desató la furia del resto de su familia y así surgió una batalla de intereses sin precedentes que se mezcló raudamente con la grieta política.
Desde la agrupación ligada al abogado y dirigente social Juan Grabois aseguraron que el exministro “nos secuestró”. El nuevo escándalo obligó a la fiscal de La Paz, María Constanza Bessa, a pedirle al Juez de Garantías, Raúl Flores, que ordene el retiro de la cadena para permitir la libre circulación en el lugar.
“No se puede admitir semejante atropello”, informó al ser consultada. En cuanto a la presencia de los hermanos Etchevehere en la puerta del campo, sobre quienes pesa una perimetral por una denuncia anterior de la propia Dolores por extorsión en contexto de violencia de género, la fiscal aseguró que: “Se está al tanto de la situación y se están tomando distintas medidas para eliminar esa situación”.
Pasado el mediodía del sábado, el escándalo comenzó a viralizarse. La primera en hablar fue Dolores. "Me informaron que hay un candado colocado en la tranquera, que nos impide a mí y a mis amigos la libre circulación. Necesitamos ir a buscar alimentos y medicamentos. Se está violando la resolución del juez", señaló la hermana del ex ministro en las primeras apariciones mediática.
La mujer también le reclamó al jefe del operativo de la Policía de Entre Ríos, quien le respondió que "cualquier decisión debe ser dispuesta por la justicia". A pesar de que el juez de la causa había ordenado la libre circulación de Dolores Etchevehere, así como también una medida de restricción para que sus hermanos no se acercaran al lugar, todo eso fue ignorado por los varones de la familia quienes se presentaron en la tranquera a los gritos.
También se conoció un video donde el propio ex ministro enardecido increpa a un policía local, que atónito lo miraba mientras reportaba por celular la tensión reinante en el lugar.
En las imágenes se lo ve vestido con un pantalón caqui y un sombrero estilo Panamá: “El que quiera venir…el gobernador, el fiscal, el procurador, el presidente de la Nación, yo de acá no me muevo, no va a entrar nadie acá. Si nos tienen que meter presos, que nos metan presos. Proceda, pero basta de conversación. Póngase donde se tiene que poner”, gritaba descontrolado.
Al cierre de esta crónica, la Justicia citó a los Etchevehere a una audiencia de conciliación para intentar mediar en una guerra familiar que parece recién comenzar.