La noticia fue sorpresiva, violenta y por demás contradictoria. Sin preaviso ni señal alguna, y tras innumerables campañas de prensa gubernamentales pretendiendo reconocer la labor de los trabajadores esenciales durante la Pandemia de COVID-19, quince uniformados de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) fueron echados a la calle.
¿Quién podría poner en duda que el contexto económico, sanitario, social y político de la República Argentina, es quizás uno de los mas adversos que la ciudadanía ha debido enfrentar?
¿Qué docente, médico, policía, o trabajador de cualquier otro sector, podría imaginar que su empleador o para el caso particular -el propio Estado Nacional-, adoptaría en medio de semejante crisis la determinación de despedirlo tras haber enfrentado un virus mortal, que colocó en riesgo su propia salud y vida, y la de sus seres queridos?
“Quiero felicitar a todos los integrantes de la fuerza por este nuevo aniversario”, saludó la ministra durante una reunión de trabajo que tuvo lugar en las instalaciones de la ex base aeronaval ubicada en cercanías del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Frederic destacó “el rol especial de la PSA que, con su presencia en los aeropuertos, fue la primera que debió enfrentarse con el virus COVID-19”, y enfatizó, “el gran trabajo de coordinación con otras agencias del Estado, que supieron llenar ese vacío del comienzo y en un momento de gran incertidumbre”, en referencia a la logística de recepción de más de 300.000 argentinos y residentes que llegaron desde países con alta circulación de carga viral (Fuente: www.argentina.gob.ar)
La cita corresponde a las manifestaciones de la Ministra de Seguridad de La Nación Argentina, Sabina Frederic, en el acto con motivo de la celebración de los 14 años de la sanción de la Ley 26.102 “que dio a luz” a la Policía de Seguridad Aeroportuaria, como primer policía federal creada en democracia.
Por su parte el titular de la PSA, quien acompaño en el acto a Frederic, aludió a la juventud de la fuerza que, a sus 14 años, “todavía se encuentra de algún modo en formación de su espíritu y de su carácter, desde una perspectiva estratégica y revisando sus propias prácticas”, tras reconocer el trabajo del primer interventor, Marcelo Saín. Expresó además que una de las principales “fortalezas de la institución es haber trascendido los distintos proyectos políticos; independientemente de quien gobierne, hay bases sólidas doctrinarias que permitan que haya una idea o propósito institucional”. Finalmente el director nacional opinó que la PSA “está muy asociada a la vuelta de la democracia, y en particular a un momento de la Argentina, como fue 2005-2006 cuando recuperamos la autoestima”.
Dejando de lado el reconocimiento “sincero” de Frederic a los integrantes de la fuerza, la visión “fulgurante y por demás optimista” de Glinski, y la historia de la “moderna y democrática” Policía de Seguridad Aeroportuaria, -la cual merecería un extenso, minucioso y particular análisis-, es importante retomar el foco y colocar la mirada sobre quienes en estos momentos padecen la arbitrariedad y el abuso estatal, a horas del brindis navideño y la culminación de 2020.
Se trata de los 15 jóvenes policías de entre 4 y 5 años de servicio, que hace apenas poco mas de un mes y en circunstancias por demás irregulares, fueron comunicados de manera intempestiva que a partir de ese momento “ya no tenían trabajo”; que cesaron en sus funciones como “Oficiales de la Policía de Seguridad Aeroportuaria”.
¿De qué hechos, antecedentes y elementos objetivos se valió el Ministerio de Seguridad de La Nación para justamente en estos tiempos de zozobra dejar en la calle a 15 familias, desautorizando incluso las efusivas indicaciones del Presidente de la Nación Alberto Fernández, respecto de “mantener a toda costa las fuentes laborales”, máxime tratándose de trabajadores esenciales de la seguridad que enfrentaron desde el primer momento el virus sin la preparación, ni el equipamiento, ni los insumos suficientes, e incluso bajo órdenes de “superiores desencajados y erráticos” que lejos de brindar respuestas y certezas, presionaron a sus subalternos para que trabajen sin garantías ni condiciones de seguridad e higiene?
La documentación obrante indicaría que el director nacional de la PSA basándose en elementos e informes endebles, malintencionados y arbitrarios de las Jefaturas Policiales, ratificó de puño y letra la disposición final que dejó sin trabajo a 15 funcionarios entre quienes se hallan madres solteras y lactantes, padres a la espera del nacimiento de su primer hijo, enfermos y convalecientes de COVID-19 bajo régimen de Aseguradora de Riesgo de Trabajo (ART), entre otros casos por demás complejos, que hoy esperan la respuesta del Estado Argentino tras haber sido forzados a apelar administrativamente la flagrante vulneración de sus derechos fundamentales.
Las cartas están sobre la mesa. La ciudadanía en general es atrapada muchas veces por operaciones mediáticas, puestas en escena, y spot de campaña pergeñados por el poder político a los fines de mostrar su mejor cara y mantener cautivo los votos que les permitirán renovar bancas y cargos, que les aseguran entre otras cosas abultados ingresos, facultades exorbitantes, y la “discrecionalidad” de gestionar y conducir profesionalmente estamentos públicos aplicando regímenes de premios y castigos fundados en principios y valores morales, o destruir sin mas las carreras y vidas de los policías abusando de las prerrogativas conferidas por el Pueblo Argentino, como en el caso de los servidores públicos de la PSA.
Seguramente el tiempo mostrará la verdadera cara de los titulares del Ministerio de Seguridad de la Nación y de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, como así también su compromiso e intensiones no sólo con los servidores públicos a su cargo, sino también con la seguridad y el bienestar del electorado.
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