Faltan 23 días para las PASO. La Argentina va cuesta abajo y en su rodada nos arrastra a todos. No es un tango, es la realidad. Las opciones en las PASO no son tantas, no importan los partidos, se reducen a dos, República o castrochavismo. Simple.
Ante el escándalo del cumpleaños del 2020 de Fabiola Yañez, en plena cuarentena, foto, videos, desmentidas, aceptación, disculpas, más bien lamentos, sin pedir perdón arrepentido, la culpa fue de “la querida Fabiola”, excusa imperdonable en el barrio y entre caballeros. Luego, gritos e insultos.
Fue “too much” diría CFK. La paciencia se fue acabando con el mal manejo sanitario, las vacunas politizadas y escasas, casi 110.000 muertos, miles de ellos evitables, la pobreza feroz, el hambre de los chicos sin escuela. Y la inflación galopante, las grandes empresas dejando el país, las pymes fundidas y las mentiras.
Muchas mentiras, demasiadas mentiras. La oposición, el bloque de la Cámara de Diputados, cámara acusadora, debe pedir juicio político al Presidente. Incumple sus propios DNU. El artículo 53 de la Constitución Nacional dice que el juicio político es válido por ”mal desempeño, o por delitos en el cumplimiento de sus funciones”.
No basta con que 6 diputados de JxC pidan el juicio político del Presidente. Ante los posibles votantes deben mostrarse todos juntos respetando la ley, por dura que esta sea. La ley es la ley, la obediencia es de rigor. Para el Presiente y para los diputados.
No pueden alegar, se escuchó por TV a un precandidato a legislador por la Ciudad decir que “no era conveniente”. Lo que no es conveniente es parecerse a los que dicen combatir. El gobierno no respeta la ley, ¿la oposición tampoco?
Para que el pedido de juicio político* sea aceptado por la Cámara de Diputados se necesitan los dos tercios de los diputados presentes, JxC tiene 116 diputados, imposible que alcancen esa mayoría. Pero sería un claro mensaje: todos los políticos no son iguales, que algunos tienen respeto por la ley.
En el caso de que la oposición hiciera una elección extraordinaria en noviembre, se sabe que el PJ es famoso por acompañar a los suyos hasta la puerta del cementerio, sin entrar en él. El Presidente sería destituido. Su lugar, de acuerdo a la Constitución lo ocuparía Cristina.
Lilita Carrió y muchos otros sostienen “¡qué horror, viene Cristina!”. No es cierto, Cristina no viene, Cristina está desde el 10/12/2019, es la real presidente del país, Alberto hace como si lo fuera y lo hace mal. Resultado, los errores son de Alberto, de haber algún éxito sería de Cris. Es hora de blanquear la situación.
Si el juicio político llegara a buen puerto, las mayorías en el Congreso serían otras o por lo menos más equilibradas. Siento disentir con los que aseguran que Cristina nos llevaría hacia Cuba y Venezuela, hoy ¿hacia dónde estamos yendo?
Si con 116 diputados se frenaron los peores intentos de hundir del todo al país, con más diputados y senadores el freno sería mayor. Los errores serían de Cristina que debería averiguar cómo se hace populismo sin dinero en un país declarado “standalone”.
Todo depende del coraje de la oposición, de su respeto por la ley y de la honorabilidad para dejar de lado “la conveniencia” y ponerse de verdad al servicio de los ciudadanos y de la Patria. Esa Patria que perdimos y tenemos la posibilidad de recuperar.
*Si el juicio político es aprobado por diputados, pasa al Senado, artículo 59 de la CN, cámara revisora. En caso de juzgar al presidente o vice, asume la presidencia del Senado el Presidente de la Corte Suprema mientras dura el juicio.