unque las expectativas habían aumentado en los últimos días, ni el más optimista del principal espacio opositor auguraba un resultado como el que finalmente se concretó en la provincia de Buenos Aires. Si bien el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, se había tomado en sus últimas entrevistas la libertad de anticipar su convicción de que iban a ganar, sino ahora, al menos en noviembre, la verdad es que nadie esperaba terminar haciéndolo por 5 puntos ya.
Tampoco la mayoría de los encuestadores, que confesaron que esta vez no podían garantizar nada respecto de los datos que habían logrado conseguir en un contexto de pandemia. No obstante ello, se descontaba que en lo que no habría dudas era en los bocas de urna. Eso no falla, por eso todos aquellos que tienen acceso a las mismas se han acostumbrado a prestarle especial atención a las que comienzan a circular el día de la elección a partir del mediodía. Después estará en cada uno ver qué credibilidad les da, pero si la fuente es confiable, uno a las 6 de la tarde ya tiene una idea aproximada de lo que dirán las urnas.
Y esos trabajos daban al Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires arriba entre 4 y 6 puntos. Ocho, en sondeos que deslizaban desde Olivos. En la principal oposición había cautela: firmaban con los ojos cerrados perder por 4, confiados en darla vuelta en noviembre, y se desanimaban a partir de una diferencia de 6 puntos. Eso se tradujo en los discursos que brindaron temprano en el búnker de Gonnet Facundo Manes y Diego Santilli. Y también en las caras exultantes en el del Frente de Todos, donde a pesar de la premisa inicial de no exagerar con los festejos atentos al contexto pandémico, se vio a Victoria Tolosa Paz bailando feliz muy temprano por el triunfo que descontaban.
Las versiones estuvieron a la orden del día y se extendieron al otro principal candidato que había puesto a dedo Alberto Fernández, su amigo Leandro Santoro, con el que almorzó el domingo al mediodía. El cabeza de lista del Frente de Todos en la Ciudad de Buenos Aires parecía haber hecho una elección superior a las expectativas, arañando los 30 puntos. Embalados, algunos oficialistas llegaron a entusiasmarse con la posibilidad de que alcanzara a superar a la elección que individualmente había hecho María Eugenia Vidal. Con estar cerca alcanzaba.
A la postre, ni se ganó en la Provincia, ni tampoco estuvo cerca Santoro en CABA. Sacó 24 puntos, 9 menos que Vidal y la mitad que la sumatoria de Juntos por el Cambio. Los dos candidatos “puestos” por Alberto Fernández no pudieron hacer ninguna diferencia.
Y en rigor, el resultado debe ser enmarcado como la peor experiencia del peronismo en la provincia de Buenos Aires. El 33,64% alcanzado el último domingo dista mucho del fulminante 48,92% de las PASO 2019. Ni siquiera supera a cuando Cristina Kirchner fue candidata por Unidad Ciudadana y con el peronismo dividido en dos -Frente Renovador y Florencio Randazzo-, ella obtuvo 34,27 puntos. Solo supera al 29,60% que sacó Martín Insaurralde en 2013, al perder en las PASO ante Sergio Massa.
Nadie pensó en la posibilidad de que el peronismo unido pudiera ser derrotado, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. Duró apenas una elección la imbatibilidad presagiada para el Frente de Todos. Habrá que entender que nadie tiene garantizada la fidelidad absoluta del electorado. Todos mantienen un núcleo duro, pero jamás retienen la totalidad de los votos. El peronismo, dividido o ahora unificado, no gana una elección intermedia desde 2005… ya deberían comenzar a pensar que no es invencible; que cuando el electorado decide aplicar el rechazo, no vota a sus figuras aunque se unan los que antes se habían combatido entre sí.
Desde pasadas las 21.30, cuando el ministro del Interior anunció que ya se podían comenzar a conocer los resultados de la elección, en el oficialismo se preguntan las razones por semejante resultado. Otros son más realistas y contestan con una pregunta: ¿Por qué no?
Razones para el enojo del electorado sobran. El gobierno culpa a la pandemia, y la gente a las medidas extremas adoptadas en ese contexto: una cuarentena capaz de ser incorporada al Guiness, con miles de comercios y otros emprendimientos cerrados en consecuencia, todo para preservar la salud, pero así y todo los muertos superaron los 110.000; alumnos sin clases más de un año; una economía en caída libre; una inflación imparable… Hay que considerar también un estilo presidencial que dista de ser el moderado que se le conocía antaño y por el que su propia mentora lo eligió; y estropicios como la fiesta en Olivos o el vacunatorio VIP. Cuestiones que muchos analistas adelantaron que no tendrían un correlato electoral… pero se ve que no.
Como “cierre de campaña” podríamos sumar la polémica decisión de Mercedes Marcó del Pont de apartarse de la querella en la causa Oil Combustibles por una defraudación de 8 mil millones de pesos. Empresarios PyMEs embargados por deber dos cuotas a la AFIP no deben haber pasado por alto ese detalle.
Desde Vicentin al presente el presidente emprendió un camino que lo distanció acaso definitivamente de lo que se esperaba de él. Y que no hizo más que profundizar con sus medidas. Por ejemplo el cepo a la exportación de carne, que lo malquistó con los productores. Aunque sin rutas cortadas, el clima hostil hacia el Gobierno que se observa en el campo es comparable a los tiempos de la 125. Solo así puede interpretarse la sorprendente derrota que el peronismo tuvo en La Pampa. Precisamente ese resultado, conocido antes de que comenzaran a difundirse los resultados oficiales -salvo en provincia de Buenos Aires, los bocas de urna anduvieron fenómeno-, fue el que comenzó a dar una real visión de lo que sucedería a nivel nacional.
En La Pampa se eligen senadores y de repetirse el resultado del domingo el Frente de Todos perdería uno. En Chubut le iría peor: tiene tres y perdería dos; en Corrientes perdería uno más, otro en Córdoba y también en Santa Fe. Solo retendría los que expone en Catamarca, Tucumán y Mendoza -en esta última, el escaño por la minoría-. No ganaría ningún senador y perdería seis. De 41 que hoy tiene pasaría a tener 35, dos menos que el quórum. Quedaría en manos del rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana para arrancar las sesiones y aprobar las leyes. Un panorama impensado, que molestará tanto a Cristina Kirchner como que le hayan garantizado que ganaban cuando la hicieron venir de Río Gallegos al búnker en Buenos Aires este domingo.
En Diputados no le fue mejor. En esta elección el objetivo era lograr una decena de legisladores que le garantizaran llegar al quórum y dominar así el Congreso. No solo no se acercó a los 129, sino que en caso de repetirse en noviembre el resultado de las PASO bajaría a 117, tres menos que los que hoy tiene.
En el Gobierno no se hacen muchas ilusiones con revertir el resultado de las PASO dentro de dos meses. Porque no tendrían además de dónde recuperar votos, salvo aquellos que el domingo no fueron a votar. Pero en general, el Frente de Todos (o al menos el kirchnerismo) no mejora de las PASO a las generales. O lo hace muy levemente. Es hasta probable que aumente el caudal de JxC para entonces y eso en el Gobierno lo saben. Les alcanzará entonces con moderar las expectativas y tratar de recuperar en algún distrito algún diputado, y sobre todo algún senador.
Después vendrá el camino a 2023. Ya nadie piensa en la posibilidad de la reelección de Alberto Fernández que supo esbozar hace algunas semanas Jorge Ferraresi, y entusiasmó a varios en la Rosada. Los candidatos “naturales” del Instituto Patria también quedaron golpeados para las presidenciales. Aunque nunca se sabe, son Gobierno y tienen dos años por delante.
La oposición también tiene su laberinto. Las victorias consolidan liderazgos y Rodríguez Larreta ganó varios cuerpos este fin de semana. Se jugó dos plenos y tuvo premio. Aunque también perdió otras apuestas en el interior, pero peor le fue a Macri, sobre todo en Córdoba. El radicalismo dará pelea para ya no ser un partenaire.
Mientras buscan liderazgos, será conveniente que exploren un plan para ofrecer a la ciudadanía en 2023. Pues está visto que en materia electoral nadie tiene “la vaca atada”. Por si no les quedó claro.
DI MAURO, que boca de urnas, estó cambió desde el momento que aumentaron las escuelas, las mesas de votación por el tema de la Pandemia. Ese Método no va más o no lo entiende. No solo los ENCUESTADORES sabian lo que se venía, muchos analistas también Y SE CALLARON. Porqué motivo, saldrá a la luz. DI MAURO PERDIERON y todas las explicaciones RIDÍCULAS DE LOS PERIODISTAS MILITANTE PERONISTAS al decir, ocurrió como en Europa o como en tal o cuál país donde perdieron sus gobernantes o es culpa de la pandemia, solamente demuestra que son TORPES Y BURROS. En todas sus notas le dije, le anticipé VAN A PERDER, iusted seguía y seguía creyendo. Lo lamento, voy a decirle QUE DE NUEVO VAN A PERDER el 14 de NOVIEMBRE.
Si fuera solamente cuestión de propuestas, la propuesta del gobierno es más o menos que les digan lo que tienen que hacer, que ellos ven si lo hacen pero se quedan en el gobierno. ¿El trabajo lo hace otro, y ellos se quedan con el poder y con la guita? El problema de esa forma de pensar es que como ellos son el problema la única forma de resolverlo es que se vayan. Mientras no se vayan la causa del problema no cambia y cualquier cambio es mera cosmética. Por otra parte, pero mucho más importante. Esto no es un mensaje de castigo porque cometieron errores. La gente se da cuenta de que una cosa es cometer errores y otra estar equivocados.Este gobierno está profunda e irremediablemente equivocado. Este gobierno apoya de manera explícita al Foro de San Pablo, al de Puebla, y a todos esos foros similares de la ultra izquierda. Las propuestas de esos foros son bien claras y explícitas por lo que no es una teoría conspirativa sino una conspiración con todas las letras. Y hablamos de conspiración porque el objetivo declarado de esos grupos, a los que apoya este gobierno, es la destrucción del orden constitucional y la abolición de los derechos individuales. Esto encuadra claramente en lo que está legislado como asociación ilícita desde el momento en que su objetivo es un delito porque es el establecimiento de un régimen contrario al espíritu y a la letra de la Constitución Nacional. El apoyo declarado a esos grupos es, sin ninguna duda, un caso de apología del delito por parte de quien lo haga. No he visto ningún ciudadano que lo haya dicho desde el periodismo ni que haya radicado una denuncia en la justicia ni un pedido de juicio político en el Congreso. Por lo visto nuestra clase dirigente piensa que atentar contra la Constitución es una propuesta política válida dentro de la libertad de expresión. Esa es una equivocación grave, porque una cosa es la libertad de expresión personal y otra cosa, que está prohibida en nuestra Constitución, es el establecimiento de un gobierno paralelo con el fin de voltear al sistema jurídico y legal vigente.
Cuidado con el Código Civil y su artículo 17 que ya estan poniendo en la redes como que será de aplicación. Se quedarán con tu casa, tu cuerpo, tus hijos y este engendro fue convalidado por la mayoría de ambas cámaras, durante el gobierno de la Kretina, a lo que se sumó, la ley de Vacunación Obligatoria durante el de Macri; sumarle que las estan exentas de los riesgos que puedan acarrear las seudo vacunas. Este gobierno, vino a hacer lo que esta haciendo, terminar con la sociedad y lo que queda de lo que fue Argentina. Juntos con Söros y Juntos X Söros, es lo mismo. Tienen el poder por dos años más para hacer las tropelías que se les antojen y el conjunto de la sociedad no moverá un dedo, estan ATERRADOS con la idea que morir y eso es muy bien explotado.
DI MAURO, comience a pensar que FERNANDEZ ALBERTO se puede ir antes de tiempo, antes, dada la gravedad que estamos viviendo No lo quieren ver, es problema de cada uno.
¿Así que la gente del conurbano en boca de urna los engañó a los periodistas, tan vivos que son? Bueno, bien ahí por la gente, que con una mano aceptó lo que les daban los punteros con la otra votaban por quien elegían y con la voz engañaban también a los periodistas dándoles datos falsos. Me parece tan bizarro todo que no lo puedo creer. La realidad siempre supera a la ficción. Pero ahora, ¿qué estará tramando la yarará? nada bueno, eso lo sé. Y los senadores y los gobernadores, ¿se seguirán haciendo pis encima? Alberto lo solucionó comiendo golosinas y engordando unos kilitos. Las ojeras en realidad las consitguió durmiendo con un solo ojo por miedo a que lo visite Lagomarsino.