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Alberto Fernández ha dicho que los ataques a las personas y a la propiedad por parte de delincuentes que se autodenominan mapuches no son un tema de su gobierno. Aunque hasta para gente de su propio partido, como Sergio Berni, son acciones terroristas.
Pero eso no quiere decir que el gobierno nacional se desentienda del bienestar de los ciudadanos. Lo que pasa es que tiene otras prioridades.
Por ejemplo: el gobierno nacional ya abrió un expediente para investigar si el programa “Los ángeles de la mañana” incurrió en “violencia de género y digital” al cubrir el sainete de Wanda Nara, Mauro Icardi y la China Suárez. También vigilará cómo cubrieron “los hechos” los demás medios.
La encargada del análisis será la Defensoría del Público, que encabeza Miriam Lewin. La repartición actuará por dos denuncias de grupos feministas, ya que ni Nara, ni Icardi, ni Suárez denunciaron nada. Difícil que lo hagan: muchas figuras mediáticas basan su fama justamente en estos escándalos.
El trabajo de Lewin es tan arduo como el de los gendarmes. En definitiva, la suya también es una tarea policial. Por suerte la burocracia de la Defensoría va a mil. La oficina ya está constantando si las emisiones de TV que ya vieron 45 millones de argentinos efectivamente se emitieron. Después, el expediente irá a la Dirección de Análisis, Investigaciones y Monitoreo, que hará un análisis de discurso para determinar si hubo o no violencia. Cuando estos forenses de la imagen terminen, le pasarán el expediente a la Dirección de Protección de Derechos, que decidirá si corresponde hacerle recomendaciones a Ángel de Brito y cuáles serán esas recomendaciones.
Le va a venir bien a Lewin tanto ajetreo. A ver si levanta la productividad de la Defensoría del Público. El año pasado Lewin gastó más de 167 mil pesos por cada denuncia que recibió. Por cada empleado de la Defensoría, ingresó menos de una denuncia al mes.
Por suerte, el gobierno tiene claras sus prioridades para enfrentar la violencia: los delincuentes de la Patagonia no; los ángeles de la mañana sí.
