Martín Guzmán, el ministro de Economía, estaba por hablar delante de los diputados, un auditorio que para él seguramente merece el respeto que merecería por ejemplo un auditorio en la universidad de Columbia, donde el trabajaba. “Total a los diputados les doy un poco de sarasa y safo”, le dijo en aquel momento a Sergio Massa.
La novedad es que Guzmán nos ha estado dando y promete seguir dándonos sarasa a todos ¿En qué materia? En el corazón del problema económico de la Argentina. Si hay una percha de la que cuelgan todos los demás problemas materiales que tiene el país relacionados con la economía, esa percha se llama inflación. La inflación genera pobreza, la inflación deteriora el salario, la inflación hace que nos desprendamos de los pesos para buscar refugio en algún lado, en general en el dólar.
Respecto de la inflación, el ministro prometió e insistió cuando todos los datos revelaban que era imposible que este año iba a ser del 29%. En el mes de septiembre dijo “29% no, 45%”. En septiembre cuando él dijo 45%, los doce meses anteriores, es decir en septiembre del año anterior, ya daba 48%. Para que ahora dé todo el año 2021, 45% la inflación debería suceder un milagro. Ese milagro es que en noviembre de menos de 1% y en diciembre menos de 1%. No va a ocurrir. Este año va a haber una inflación de aproximadamente 51%, contra los 29 que había prometido.
Para el año que viene, cuando todo el mundo piensa que va a haber alrededor de 57 a 60%, él promete 33%. Ya sabe que arranca mintiendo. Hay una trampa ahí. Todo el presupuesto se organiza de acuerdo con el pronóstico de inflación. Por lo tanto, si la inflación es superior a la que él pronostica, va a tener más recaudación. Y esa recaudación no computada, no prevista, el Gobierno la reparte con criterios absolutamente arbitrarios, no tiene que atenerse al presupuesto. Esa es la trampa.
Lo cierto es que todas las economías se organizan, las expectativas de la gente, el movimiento del dólar, la vida cotidiana, de acuerdo al pronóstico que tenemos de inflación. Y el ministro en eso miente, dice 33%.
Hay que hacer una cuenta, una regla de tres simple, muy sencilla: si era 29 y dio 51, cuando dice 33 va a dar 58. Oh casualidad, todos los profesionales de la economía que no son Guzmán dicen que el año que viene la inflación va a estar mínimo en 58 por ciento. A nosotros nos ofrece un “plan Sarasa”. Habrá que ver si cuando va a negociar en serio con el Fondo Monetario Internacional también en inglés les da “sarasa”.