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Acuerdo con el Fondo: las dudas en Juntos por el Cambio frente a un momento decisivo

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Más allá de las discrepancias dentro del oficialismo donde ya se acepta que una parte no apoyará, en la principal oposición es donde crece el debate respecto de cómo plantarse ante una votación tan trascendente.
Más allá de las discrepancias dentro del oficialismo donde ya se acepta que una parte no apoyará, en la principal oposición es donde crece el debate respecto de cómo plantarse ante una votación tan trascendente.

El Congreso de la Nación se apresta a vivir su primera semana intensa en este año y muy probablemente sea también la más trascendente. Después de mucho esperar llega el momento de debatir el entendimiento alcanzado con el Fondo Monetario Internacional. Una instancia muy demorada; demasiado, según quienes sostienen que el Gobierno perdió una gran oportunidad de llegar a un acuerdo conveniente en plena pandemia, cuando tenía más posibilidades de pedir concesiones, dadas las circunstancias. A estas alturas no tienen sentido estos planteos contrafácticos.

 

El acuerdo con el Fondo fue anunciado el 28 de enero pasado, cuando aún no habían sido cerradas todas las cláusulas, y el entendimiento final demoró un mes más. Está claro que en semejante retraso influyó de manera concluyente el hecho político más impactante del verano: la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque oficialista.

Tan importante fue esa decisión que generó un efecto paralizante en el oficialismo que se notó no solo en la demora en cerrar el acuerdo, sino también en las sesiones extraordinarias, que terminaron fracasando. Por primera vez un oficialismo convoca a extraordinarias y no trata ni uno de los proyectos que remitió al Congreso. Y eso que no fueron dos o tres: 18 temas contenía el decreto presidencial suscripto en enero.

Las resistencias internas en el seno del oficialismo han generado previsible efecto en la principal oposición, que tiene claro que el FdT necesita el aporte de al menos una parte de Juntos por el Cambio para aprobar el acuerdo con el Fondo. Por sí solo, el Frente de Todos cuenta con 117 votos, y solo tiene la certeza del apoyo de los 5 diputados de Provincias Unidas. Podría llegar a sumar los dos votos de SER, y un par más del interbloque Federal, donde solo los cordobeses del schiarettismo se han pronunciado: darán quórum, pero se abstendrán a la hora de votar.

Con ese número no alcanza, máxime si se tiene en cuenta que entre 20 y 30 diputados del oficialismo podrían no votar el acuerdo.

Ninguno de los eventuales disidentes del Frente de Todos ha confirmado que vaya a votar en contra. Pero es un secreto a voces que en el mejor de los casos se ausentarán o se abstendrán; José Luis Gioja dijo este fin de semana que “no podemos tachar de no colaborador al que quiera votar en contra”, blanqueando la certeza de que son muchos los que no apretarán el botón del “sí” a la hora de la verdad, posiblemente en la madrugada o antes del mediodía del viernes.

El propio Carlos Heller, quien conducirá el debate en el plenario de comisiones donde se analizará el proyecto enviado al Congreso el viernes pasado, admitió que votará a regañadientes… “Yo y mucha gente tendremos que taparnos la nariz para votar”, señaló quien justamente será el miembro informante del dictamen de mayoría, aunque dio por descontada su aprobación.

Esa confianza se asienta en la certeza de que al menos una parte de Juntos por el Cambio apoyará el proyecto para evitar el default. Lo cierto es que las propias disidencias en el oficialismo son las que han hecho crecer las dudas en el seno opositor.

En la principal oposición hay coincidencias respecto de evitar que la Argentina vaya al default. Si bien algunos halcones del Pro abonarían la idea de que hace falta un derrumbe para que la sociedad acepte las reformas “que ineludiblemente se deben hacer para cambiar”, han sido convencidos por quienes advierten que un “efecto 2001” solo llevaría a un nuevo “que se vayan todos”, esta vez con el peronismo en el poder.

Y que los ganadores de las últimas elecciones no saldrían bien parados de semejante situación, más bien todo lo contrario: la ola los arrastraría.

Es la llama que alienta a los que ya adelantaron un voto contrario, aun antes de conocer la letra chica del acuerdo. La izquierda, pero sobre todo los libertarios. “Es una vergüenza seguir castigando al sector privado en favor de los parásitos”, disparó el diputado Javier Milei este fin de semana, quien sostuvo por Radio Rivadavia que “el acuerdo tiene problemas de inconsistencias técnicas graves, en lo teórico, lo empírico y en el diseño. No estoy dispuesto a aprobarlo desde lo técnico y muchísimo menos desde lo moral”. Y agregó: “Este acuerdo con tal de evitar el default te convierte en un esclavo del Estado”, por lo que obviamente votará en contra.

“Dar quórum y abstenerse”, es la recomendación del politólogo Andrés Malamud para Juntos por el Cambio dada este fin de semana. Por CNN Radio, el investigador de la Universidad de Lisboa reconoció que en el seno de la oposición genera la debida discusión “cómo hacer para no ser cómplice ni obstruccionista”. Y agregó: “No dar quórum es una medida extrema. Hay que dar quórum y discutirlo, dar el debate. En este caso con más razón, porque Juntos por el Cambio es responsable de esa deuda, sea por el caso que sea. El tema es qué se hace después, y acá hay que priorizar la unidad”.

Con esa premisa es que este domingo se reunirá la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio, que dadas las circunstancias adelantó la reunión que preveía realizar de manera presencial el martes. Ahora será por Zoom, a partir de las 19, y la consigna es bajar una línea clara a todos sus diputados, pues dentro de pocos días deberán mostrar una imagen más sólida que la difusa que quedó en las últimas sesiones del año pasado. No tanto la última, donde perdió la votación por ausencias inesperadas; lo de la sesión del Presupuesto, que terminó rechazado, fue aún más complicado para la interna opositora, pues se desnudaron las discrepancias que el tema generaba en el espacio. Discrepancias que quedaron expuestas en los desordenados conciliábulos de la mañana de ese viernes en el propio recinto, pero sobre todo a los gritos en la reunión a solas que mantuvieron durante el último cuarto intermedio.

A diferencia de entonces, cuando el oficialismo se resistía a cambiar nada y todo confluyó en el choque final, ahora los negociadores aceptaron nada menos que desdoblar un artículo, tal cual como pidieron desde JxC para evitar verse obligados a votar en contra. Con todo, ahora los del bloque UCR no están tan convencidos con el desdoblamiento de la manera que lo hizo.

En las horas previas, Martín Guzmán lo había esbozado cuando en un extenso reportaje concedido a El Destape Radio aclaró que no se podía separar el financiamiento del FMI del esquema de políticas económicas.

En esas circunstancias fue que una fuente radical explicó que “el proyecto ingresó finalmente con dos artículos desdoblando la autorización del refinanciamiento del programa de gobierno por el cual se buscará cumplir con las metas acordadas con el Fondo. Sin embargo, hay todavía mucho ruido. El ministro Guzmán declaró en radio que ‘las dos cosas no son escindibles, vienen juntas’ y, a la vez, vemos que el artículo segundo ingresado reza ‘a los fines del artículo 1ero se acompañan los Anexos que componen el Programa de Facilidades Extendidas’”.

En ese sentido, la fuente agregó que “hay un desdoblamiento de los artículos a medias, no es total. En Juntos por el Cambio siempre dijimos que el Congreso solo está autorizado a votar el financiamiento, los programas económicos son facultades del Poder Ejecutivo y el Parlamento no tiene por qué opinar o avalarlos”.

Más allá de las sesiones de diciembre pasado a las que hacíamos referencia, tampoco fue más tranquilizadora para JxC la del martes pasado, cuando una parte importante del interbloque se retiró del recinto. Desde el Pro no objetaron mayormente que el resto del espacio no los haya acompañado -aunque el expresidente esté muy enojado, dicen, con Martín Lousteau por no haberse retirado también-, pero no cayeron bien las voces de algunos que cuestionaron esa actitud.

Tampoco les cae bien que en el mensaje que acompaña el proyecto del acuerdo se dedique buena parte del texto a criticar a la gestión anterior, incluso con consideraciones que estiman “gratuitas”, como hablar de una deuda externa “irresponsablemente aumentada durante el período diciembre de 2015 y marzo de 2018”.

Así y todo el presidente del bloque Pro, Cristian Ritondo, salió a aventar fantasmas este sábado al desligar una decisión de JxC de la actitud que vayan a tener los diputados del oficialismo. “Tal vez somos más responsables desde la oposición con el país que el oficialismo mismo”, sugirió el diputado nacional, aunque conforme la decisión imperante en ese espacio evitarán definirse antes de ir al recinto.

Está claro que no votarán de manera homogénea, pero no lo harán masivamente en contra como para hacer fracasar el proyecto. La alternativa de la abstención parece ganar espacio por estos días, pero deja un panorama inquietante para lo que pueda suceder en el Senado.

Es que allí se comenzará a debatir el tema seguramente el lunes 14. Si el debate es exprés, podrían emitir dictamen de comisiones ese mismo día y llevarlo el 21 al recinto, cumpliendo entonces los 7 días de rigor entre el dictamen y el debate. La aprobación podría estar justo antes del vencimiento del próximo pago al FMI, el 22. Lo que inquieta es que, a diferencia de Diputados, las abstenciones en el Senado no cuentan para el quórum.

 

2 comentarios Dejá tu comentario

  1. Según dpa la Argentina cuenta con 2.000 millones de verdes desde el 23 de febrero pasado. Justamente para "no caer en default" : dpa-infocom, dpa:220223-99-245640/2 Para usar en: El dinero se destinará a proyectos de infraestructura, desarrollo, salud y protección del medio ambiente. El prestamo del año pasado fue de 2.100 millones.

  2. Lo malo es que las ventajas del país o las usan mal o se las roban estos impúdicos funcionarios. En esta situación mundial, muy posiblemente la Argentina pueda tener una interesante balanza comercial. Pero esta gente se afana hasta el agua de los floreros. El momento del repunte del país lo tuvo Néstor con el precio de los commodities, pero prevaleció su amgurria y codicia. El delincuente estructuró el sistema de bolsos y nos dejaron para pesar las piedras en la plaza del Congreso, mientras ellos pesaron bolsos.

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