Había un chiste a mediados de los 90’ que decía: “¿Presidente Menem, porque invita tanto usted a Bernardo Neustadt a su programa?”. Algo de eso pasa con Marcelo Longobardi, quien desde hace un par de años, no podría precisar cuántos, invita a siempre a los mismos personajes a opinar sobre “la realidad”.
Líder, por amplia diferencia, de la primera mañana en la radio desde hace 20 años , Longobardi consolidó, primero en Radio 10, y luego en Mitre, un estilo que repite, casi de manera inalterable, para bien de sus seguidores.
Primero, a las 6.00, una síntesis de los principales titulares de los diarios, un repaso del estado de los servicios, el clima, y luego algunos comentarios, generalmente menores, sobre lo que dice «la primera plana» de los medios, y lo que se espera para la jornada.
A partir de las 7.00 comienza a hablar con sus columnistas, su inseparable Guillermo “Willy” Cohan en economía, su reciente adquisición, Juan Dillon, quien traza el panorama mundial, y a ellos les sumó a Nicolás Singer, en deportes, y a Romina Aldana, en la locución. Allí, el programa va subiendo la «tensión», con algunos, pocos, entrevistados.
Ya en el primer programa volvió a presentar a su “economista de cabecera”, Carlos Melconian, como para que quede claro que muchos cambios no había. Entonces, ¿por qué dejó intempestivamente Radio Mitre a comienzos de noviembre?
Una respuesta, la que él dio fue “Yo quiero cambiar con la época y es muy desafiante. Y espero que sea inspirador, para mí, como para otros”, declaró y concluyó frente al micrófono de Mitre: “21 años de éxito es suficiente, mucho más de lo que yo habría imaginado. En esta época, todo cambia y hay que saber desprenderse de las cosas para no ser un esclavo del pasado”.
Bueno, mucho cambio no hubo. Se extraña el humor de Rolo Villar, o la soltura de María Isabel Sánchez, en la locución, la estructura del programa es exactamente la misma, pero con una sola variante, y no menor. Hoy Longobardi hace más extensos sus editoriales y con foco en la política exterior, de la cual, Argentina, sería apenas un apéndice de lo que pasa afuera.
Longobardi se corrió del formato de Mitre, volcado a la economía y política local, para dar preeminencia “al mundo”, en el cual, Argentina a veces puede estar en sintonía, en especial se es con Estados Unidos o Europa, o navega por “zonas periféricas”.
Esa tendencia ya la venía manifestando en Mitre, pero ahora se da de manera más explícita. Es, en radio, el formato que otro periodista de la CNN, Andrés Oppenheimer, ha logrado imponer, pero en televisión y desde Miami, también intercalando algunos “analistas internacionales” o personajes de la cultura.
Logobardi puede ahora (¿antes no podía?) hacer un “análisis” de 20 minutos de si Rusia debe, o no, permanecer en el G-20, el mismo día en que Argentina puede llegar a anunciar su nivel de inflación más alta en los últimos seis años, con su consecuente repercusión política, económica y social.
Tiene licencia para hacerlo, y una trayectoria de fieles oyentes que lo avalan. Hasta ahora, todo sigue, casi, igual.