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Informe: la mitad de ingresos de empresas de energía vienen de subsidios

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El tema de los subsidios económicos no se agota en su costo fiscal y en el impacto sobre los presupuestos familiares. También son muy importantes los malos incentivos que generan, promoviendo el derroche en el consumo y las ineficiencias y falta de inversión en las empresas que reciben los subsidios.
El tema de los subsidios económicos no se agota en su costo fiscal y en el impacto sobre los presupuestos familiares. También son muy importantes los malos incentivos que generan, promoviendo el derroche en el consumo y las ineficiencias y falta de inversión en las empresas que reciben los subsidios.

El problema más acuciante que tiene el gobierno es la inflación derivada de los excesos de emisión que genera el déficit fiscal. Si bien la Argentina sufre un desequilibrio estructural entre ingresos y gastos de larga data, en la actualidad el factor más decisivo son los subsidios a los servicios públicos. Prueba de ello es que en el primer trimestre del 2022 subieron a razón del 180% interanual. Actualizar las tarifas es inexorable. A tal fin, de manera tardía y dubitativa, el gobierno convocó a audiencias públicas como paso previo a la actualización tarifaria.

 

Los subsidios económicos no sólo resultan insostenibles desde el punto de vista fiscal. Además, generan enormes daños por los incentivos perversos que generan. Por un lado, exacerban el derroche en el consumo. Por el otro, deterioran la calidad de la gestión de las empresas proveedoras de los servicios subsidiados. Cuando las empresas dejan de cobrar por sus servicios en función de sus costos y pasan a depender de los subsidios que reciben del Estado, los incentivos están más orientados a lidiar con la arbitrariedad del Estado que a satisfacer el bienestar de los consumidores.

Sobre la base de datos del Ministerio de Economía sobre valor bruto de la producción y del INDEC, el Instituto de Desarrollo Social Argentino (IDESA) elaboró un revelador informe.

Allí se discriminan las fuentes de generación de ingresos: se puede estimar la parte de la facturación que las empresas de energía eléctrica, gas y agua reciben como pago de los usuarios y la que reciben como subsidios del Estado. Según estas fuentes, para el año 2021 se observa que:

  • El 54% de la facturación proviene del pago de los usuarios.

  • El otro 46% de la facturación proviene de los subsidios del Estado.

  • Esto implica que prácticamente la mitad de los ingresos de las empresas de electricidad, gas y agua provienen de los subsidios del Estado.

Estos datos muestran que el financiamiento de estos servicios públicos proviene casi en partes iguales de la tarifa que pagan los usuarios y de los subsidios que decide el Estado. Ante esta situación, la idea de mejorar la situación fiscal con aumentos de tarifas impone un enorme desafío. La actualización tarifaria implica romper la costumbre de consumidores que pagan solo la mitad del servicio y de empresas que cubren la mitad de sus costos con subsidios del Estado. Estas malas señales seguramente han llevado al arraigo de malas prácticas de consumo y de gestión que es imprescindible revertir.

La muy alta tasa de inflación derivada de los excesos de emisión es la señal más contundente de que la política tarifaria que se vino aplicando en los últimos años es insostenible. Tanto desde el punto de vista fiscal como del desafío de impulsar cambios que induzcan un consumo menos dispendioso de estos servicios y de acciones en el interior del sector tendientes a mejorar la gestión. Hay que aceptar que, con el relajamiento y el desorden que generan los subsidios, necesariamente se sacrifican la inversión y la eficiencia.

El Estado Nacional asigna aproximadamente 3,5% del PBI a subsidios a sectores económicos. Cerca de la mitad se destina a combustibles, electricidad, gas y agua. Se trata de servicios donde el uso de fondos públicos sólo se justifica para garantizar el acceso a consumos mínimos de los sectores vulnerables. En el resto de los hogares, promover el consumo subsidiando el costo no tiene sentido. Diferente es el caso del transporte público de pasajeros donde puede haber un interés social en desincentivar la movilidad en vehículos particulares. Pero en esta área solo se destina un 20% del total de los subsidios y arbitrariamente se concentran en el Área Metropolitana de Buenos Aires

Los subsidios son muy atractivos desde el punto de vista electoralista. Pero cuando se llega a situaciones extremas en que las empresas proveedoras de servicios públicos tienen la mitad de sus ingresos subsidiados, los riesgos de una disrupción son muy altos. No solo porque resultan fiscalmente insostenibles y regresivos para la distribución del ingreso, sino también porque inducen conductas muy dañinas entre los consumidores y las empresas de servicios públicos. Cambiar estas conductas costará mucho tiempo y esfuerzo.

 
 

6 comentarios Dejá tu comentario

  1. Habria que preguntarle a los fraccionadores de garrafas la millonada que vienen recibiendo desde años. A Los Roccini, dueño de Extragas en Cañuelas empresa que despego con los K y cuyos dueños guardan la Ferrari de Menem. O los Miedvietzky dueños de Amarilla Gas amigos de Lilita Carrio. Solo por nombrar empresas medio pelo de energia en este pais.

  2. El esquema que se repite en varias empresas concesionarias es: El Estado les dice que no aumenten, ellas le responden que como hubo aumentos de paritarias, transportes, etc no pueden mantener los precios, el Estado les da un subsidio. Como tantas cosas el gobierno te lo explica para que te caiga bien: Es para preservar las fuentes de trabajo, es para proteger a los que menos tienen... pero en la práctica se convierte en un programa donde las empresas se autopreservan (invierten poco y nada, y la calidad del servicio cae) y pagan únicamente los sueldos. Y se subsidia a los que menos tienen... y a los demás también. Normalmente pierden las industrias, porque se prioriza el servicio domiciliario.

  3. EPEC Empresa Provincial de Energía de córdoba, por donde se comienza .En 23 años que gobierna un mismo partido y la Justicia de córdoba aún no ha encontrado a algún funcionario responsable que haya emitido una boleta trucha, imaginen. No hay que ser muy inteligente.

  4. Por diferentes informes publicados, en CÓRDOBA CIUDADApor una deuda con ECOGAS, no hay gas en las Escuelas del Noroeste de la misma. El problema data del año 2019.

  5. Es cierto es una cómodo para las empresas, pero también para los usuarios. Siempre nos olvidamos de los 'habitantes'. Cuando Galtieri informó en plaza de mayo que se había atacado a los ingleses en MALVINAS, recuerdo claramente que la plaza de mayo estaba a full. Cuando Aranguren explicó la necesidad de subir las tarifas, en las reuniones con los usuarios hubo 1000 y una objeción, recuerdo que ¡¡¡una notable imbécil presentó su objeción con una cancioncita compuesta por ella!!!! Hay demasiadas gordas y gordos ignorantes que opinan que el asfalto no se come.

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