La interna en la CGT alcanzó un nuevo pico de tensión tras la reunión que miembros de la mesa chica tuvieron con el presidente Alberto Fernández en la quinta de Olivos, de la que no participó Pablo Moyano. El camionero, enemistado con los otros triunviros Héctor Daer (Sanidad) y Carlos Acuña (Estaciones de Servicio), evalúa una renuncia o –incluso– la posibilidad de desdoblar la central obrera.
Por este motivo, le confirmaron a NA, Pablo Moyano llamó a una reunión de urgencia para las 15 horas en la sede de Camioneros (San José al 1700) con el grupo de sindicalistas que le responde dentro de la CGT. Si bien no trascendieron los nombres de los presentes, cuenta con el respaldo de Omar Plaini (Canillitas), Héctor Manrique (SMATA), y el nuevo ministro de Trabajo del gobierno de Axel Kicillof en la provincia, Walter Correa (Curtidores), Juan Pablo Brey (Aeronavegantes), Raúl Durdos (SOMU), Graciela Aleñá (Viales) y Cristian Jerónimo (Vidrio).
En paralelo, también se encuentran dentro de su radar Sergio Palazzo (Bancarios), Vanesa Siley (Judiciales) y Abel Furlán (UOM), que son otros aliados estratégicos y cercanos al kirchnerismo, con quien el camionero ha entablado relación en el último tiempo a partir de su vínculo con la CTA de Hugo Yasky y algunos referentes de La Cámpora.
Ese grupo, cuya línea es más combativa, se han enfrentado con los lineamientos de los sectores más pragmáticos y tradicionales de la CGT: los “gordos” (encabezado por Héctor Daer y Armando Cavalieri, de Comercios), los “independientes” (Andrés Rodríguez, de UPCN; Gerardo Martínez, de UOCRA, y José Luis Lingeri, de Obras Sanitarias) y el “barrionuevismo” (con Carlos Acuña, socio de Luis Barrionuevo, de Gastronómicos).
Todos estos sectores se vieron representados en la cena que anoche tuvo Alberto Fernández con la “mesa chica” de la CGT en la quinta de Olivos, donde se debatió la “agenda de los trabajadores” en medio de diversos conflictos gremiales por las paritarias y la implementación de un bono de fin de año. De la partida, también participó Claudio Moroni, ministro de Trabajo y hombre de confianza del mandatario, también criticado por Pablo Moyano.
La ausencia del secretario adjunto de Camioneros, a quien sus pares Daer y Acuña le habrían hecho sentir algunos desplantes del pasado, llamó la atención y provocó suspicacias por las consecuencias que podría llegar a tener. Ahora, con la reunión que Moyano hijo tendrá en la sede de su sindicato, la CGT podría atravesar un nuevo proceso de ruptura, tras un año y medio de triunvirato, que acumuló más desencuentros que encuentros.
Si bien hay quienes anticiparon la posibilidad de que Pablo Moyano envíe una carta de renuncia a su cargo como triunviro, otros especulan con la posibilidad de que él y el grupo sindical que le responde conformen una CGT bis, lo que retrotraería a los últimos años del segundo mandato de Cristina Kirchner, donde la central obrera tuvo tres sedes: la de Hugo Moyano (CGT Azopardo), la Antonio Caló (CGT Alsina) y la de Luis Barrionuevo (CGT Azul y Blanca).