Los jueces y los empleados judiciales están eximidos del impuesto a las ganancias. En el pasado hubo varios intentos fallidos de eliminar dicha exención. Ahora, en el marco de la discusión del presupuesto 2023, oficialismo y oposición se pusieron de acuerdo para eliminarla. Los magistrados manifestaron su enérgico rechazo y el sindicato de empleados judiciales amenaza con huelgas y protestas.
Las exenciones de impuestos para determinados grupos de trabajadores, organizaciones, sectores y regiones son moneda corriente en el sistema tributario argentino. En el proyecto de presupuesto 2023 se enumeran y se estima de manera aproximada su costo. Consisten, por un lado, en unas 40 eximiciones y reducciones de alícuotas en el IVA, impuesto a las ganancias, a los combustibles, a bienes de consumo, a los bienes personales, al cheque y a las cargas sociales. Por el otro, en 17 regímenes de promoción en beneficio de actividades industriales, no industriales, minería, bosques, biocombustibles, bienes de capital, autopartistas, industria del conocimiento, naval, pymes y –el más grande y emblemático– régimen de promoción de Tierra del Fuego.
¿Cuál es el costo fiscal de estas exenciones? Según descubrió el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), en el proyecto de presupuesto se estima que en el año 2022 el costo fiscal de las exenciones es el siguiente:
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La eximición a jueces y empleados judiciales cuesta alrededor del 0,2% del PBI.
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El resto de las eximiciones tiene un costo fiscal de un 2,5% del PBI.
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El déficit fiscal primario del sector público nacional se proyecta en 2,8% del PBI.
Estos datos muestran que el costo fiscal de la eximición del impuesto a las ganancias de jueces y empleados judiciales es relevante. Pero mucho más importante es el costo del resto de las eximiciones contempladas dentro del sistema tributario. La evidencia más ilustrativa es que, si se eliminara este oscuro instrumento de asignación de recursos públicos, se podría prácticamente eliminar el déficit fiscal primario.
En el contexto de un sistema tributario muy oneroso, tanto por la carga burocrática como de presión tributaria, ganan legitimidad los mecanismos que permiten eludir toda o parte de esta carga. Pero, lejos de ser una solución, agravan los problemas, ya que el alivio para los beneficiados es a costa de una mayor carga para el resto de la sociedad. La cuestión de fondo es que los tres niveles de gobierno (nación, provincias y municipios) aplican similares impuestos a las mismas personas por los mismos hechos imponibles. Una venta es gravada, como mínimo, con IVA por la nación, con ingresos brutos por las provincias y con tasas de los municipios. Un inmueble o un automóvil están gravados por el impuesto a los bienes personales a nivel nacional y por los impuestos patrimoniales provinciales y municipales. Bajo este desorden naturalmente se exacerban las demandas y las presiones sectoriales por tratamientos especiales para sacarse de encima parte de esta alta presión impositiva. Esto ocurre a nivel nacional, pero también pululan los tratamientos diferenciales en los impuestos provinciales y municipales.
Eliminar las exenciones –es decir que todos los contribuyentes paguen los impuestos que corresponden– no implica dejar de ejecutar políticas de promoción o apoyo. En la medida que se justifiquen pueden seguir ejecutándose, pero estableciendo subsidios directos con una partida presupuestaria específica. De esta manera, se hace más explícito el costo fiscal de la promoción, el cual debe ser contrastado con los beneficios sociales esperados. Mientras que la eximición tributaria opera como una transferencia de fondos públicos encubierta, el subsidio directo es más explícito y transparente.
De todas formas, el principal desafío es ordenar el sistema tributario tomando como eje la unificación de impuestos. Por ejemplo, tender a un único impuesto a las ventas haciendo que el IVA absorba ingresos brutos y tasas municipales. Lo mismo con los impuestos a la propiedad, unificando bienes personales con los impuestos provinciales y municipales aplicados a inmuebles y automotores. Como parte de esta simplificación, las exenciones deberían ser sustituidas por subsidios explícitos, cuando se justifiquen.
Nadie que viva de un salario debe pagar impuestos a las ganancias - el salario no es ganancia - por mas elevado que sea el mismo - ni jueces - ni empleados ni ningún asalariado - no debemos naturalizar ese impuesto - dejemos de darle de comer a la corporación política -
Como bien dice Marta, NINGUN SALARIO debería ser alcanzado por el impuesto a las Ganancias. Ese es un tema que tiene a la CORTE SUPREMA COMO AUSENTE. Solo reacciona cuando se ven afectados sus intereses cuando hace DECADAS se deberían haber expedido respecto a la INCONSTITUCIONALIDAD de dicho gravamen. Precisamente la existencia de los PODERES REPUBLICANOS se justifican como EQUILIBRIO ANTE LOS ABUSOS de algunos de esos poderes. En este caso se trata de un tema de FINANCIACION DEL GASTO PUBLICO. No es SOLO aumentando los gravamenes que un ESTADO se hace sustentable, sino en la EFICIENCIA DEL GASTO. Esa EFICIENCIA aún està muy lejos de ser alcanzada por lo que el PODER EJECUTIVO DEBERIAN TRABAJAR EN ESA ORIENTACION A LA HORA DE EVALUAR Y APROBAR EL PRESUPUESTO NACIONAL. ¡Basta de gente que "navega comodamente en la corriente de los escalafones" como "agentes publicos" por su privilegio de "intocables" y por el acuerdo transversal de politicos oportunistas y venales que incorporan generaciones de empleados-familiares-amigos, que viven a costa del Estado, sea este Nacional, Provincial o Municipal! ¡Todo ese mil hojas de cargos publicos lo solventan los CIUDADANOS que aportan al ESTADO (para que pueda pagar los sueldos) con su actividad PRODUCTIVA Y PRIVADA! El que debe EXISTIR ES EL ESTADO EFICIENTE no el ineficaz e ineficiente, que solo genera MAS COSTOS y gravamenes que los privados deberan soportar para que puedan cobrar "puntualmente" sus salarios, cuando muchos emprendedores y trabajadores privados van quedando en la ruina y condenados a sumarse a la sociedad mendicante que vive del Estado.
Hay solo humo por delante. Humo que fabrican los K, para distraer la opinión pública. Hay un viejo dicho que dice: Hay algunas personas a las que se las llama " vivas " solo por el hecho de que saben salir de algunos problemas…problemas que, si hubieran procedido con inteligencia, no se hubieran metido. Eso le pasa a Cristina. Esta mal porque sabe que se le vienen las condenas de Vialidad y luego las de los bolsos y la emperatriz hotelera, ya no sabe para qué lado disparar. Ella se la buscó. Y el que hace la señal de vagancia, que okupa la presidencia, y que al parecer le habría prometido salvarse, tampoco sabe qué hacer. Estos personajes de historieta, han metido el país en una encrucijada terrible, nos han sacado la libertad de decisión, ya hoy día las personas obran por consecuencias cada día más repentinas, muchos se han ido, otros no saben qué hacer. La realidad es que, en una economía libre, ninguna autoridad económica da órdenes a nadie. Es el mercado quien guía la economía. Estos energúmenos K, están haciéndoles creer a sus seguidores que el " control de precios " es bueno, que va contra los especuladores, contra los empresarios " calculadores " contra quienes ponen los precios. Y la realidad nos dice que el famoso control de precios SIEMPRE FRACASÓ, que el control de precios es solo obra de idiotas que quieren imponer su voluntad a millones de ciudadanos que componemos el mercado. Quisieron poner el precio en los envases, otra estupidez supina, ya que la inflación del 100% los descoloca totalmente. ¿No se habrán dado cuenta de semejante idiotez? Seguir con los controles solo traerá más caos, y caída de producción con las consecuencias de faltantes. Pero es la practica socialista que Cristina quiere imponer, para conseguir más idiotas que la voten, creyendo que le trae un alivio a la situación económica, y ella solo quiere más votos, más apoyo, aunque hoy día es completamente inútil, como el payaso que la acompaña. El SISTEMA CRISTINISTA, solo ambiciona mantener la pobreza y la indigencia, para que desesperados, que no piensan con la mente abierta, crean que hay que seguir votándola para que continúen los subsidios, los controles, planes platita, y refrescos dinerarios inventados para cada mes. Entre la viveza de algunos y la ignorancia de muchos el país se retuerce buscando soluciones a 75 años de desgobierno. Tal vez lo consigamos con una nueva administración, de lo contrario seguiremos en caída libre, discutiendo acerca de ganancias.....
Todos somos iguales ante la ley. Por lo tanto todos los que esten alcanzados por el impuesto a las ganancias deben pagar. Es asombroso como la Corte y el Sindicato de judiciales reaccionaron a esto. No son tan rápidos para resolver los casos judiciales.-